Añadir melaza en las dietas de vacas secas aumenta el consumo y mejora su salud

Álvaro García

El periodo de transición de las vacas lecheras se caracteriza por cambios en su comportamiento y patrones hormonales, así como por mayores demandas metabólicas y nutritivas. Las vacas al final de la gestación (2-3 semanas antes del parto) experimentan cambios en su metabolismo y un desajuste entre los requerimientos nutricionales y el consumo de materia seca/absorción de nutrientes lo que provoca la movilización de las reservas corporales, principalmente grasa del tejido adiposo y glucógeno del hígado.

Estos cambios también predisponen a trastornos metabólicos como la cetosis, la acidosis y el desplazamiento de abomaso. La investigación ha demostrado que alimentar con una dieta baja en energía, en la que se incluya más fibra, favorece el consumo de alimento después del parto y provoca una menor movilización de grasa corporal. También se ha sugerido que un consumo moderado de energía antes del parto puede tener un impacto positivo en la fertilidad de las vacas.

¿Cuál es la dieta más adecuada para las vacas secas?

En la actualidad se recomienda alimentar a las vacas secas con dietas bajas en energía [1.30 a 1.39 Mcal de energía neta para la lactación (ENL)/kg de materia seca (MS)] durante todo el periodo seco. Una limitación es que las dietas con una elevada cantidad de paja provocan que el rumen se llene en una etapa de la gestación en la que el feto ya está ocupando más espacio, y que también pueden aumentar el riesgo de que las vacas seleccionen los alimentos en el comedero.

Sin embargo, investigaciones recientes también han sugerido que índices fibra:almidón elevados inhiben la expresión de los genes que regulan el crecimiento de las papilas ruminales. El reto consiste en alimentar con forrajes fibrosos al mismo tiempo que se estimula el desarrollo de una adecuada superficie de papilas ruminales. Dicha superficie es necesaria para absorber el exceso repentino de ácidos grasos volátiles que provienen de los alimentos altamente digestibles suministrados al principio de la lactación.

La investigación también ha demostrado que usar un tamaño de criba más pequeño (de 2.54 cm frente a 10.16 cm) para moler la paja de trigo en una dieta con alto contenido en paja para vacas secas (29%), aumenta el consumo de alimentos, reduce la selección de ingredientes y mejora la salud después del parto.

Otra estrategia de manejo consiste en agregar agua a la dieta con alto contenido en paja para vacas secas, con paja molida a 2.54 cm. Esto aumenta el consumo de MS y reduce la selección de ingredientes durante el periodo seco, al tiempo que mejora el pH del rumen alrededor del parto.

Efectos de la suplementación con melaza líquida

Otra alternativa es el uso de melaza líquida para mejorar el consumo de alimentos y reducir la selección de ingredientes. La suplementación con melaza también favorece el crecimiento microbiano, particularmente de bacterias que digieren fibra, y puede promover el desarrollo de una adecuada superficie de papilas debido a su perfil de ácidos grasos volátiles.

Un estudio reciente (Havekes et al.2020) analizó los efectos sobre el comportamiento de selección de ingredientes, el consumo de nutrientes, el estado metabólico y la productividad de las vacas en transición, de la melaza líquida agregada a una dieta para vacas secas con alto contenido en paja.

Se utilizaron 40 vacas Holstein [número de partos 1.9 ± 1.04 (media ± DE)] en este estudio. Las vacas se secaron y entraron en el estudio aproximadamente 45 días antes del parto (43.2 ± 5.87 días). Durante el periodo seco, las vacas se alojaron en 1 de 2 corrales para vacas secas y se entrenaron para comer en comederos automáticos asignados individualmente.

Cada grupo de vacas tuvo acceso a su propio cubículo para tumbarse y a un comedero automatizado donde fueron alimentadas con una ración total mezclada (RTM) con alto contenido en paja:

  1. Control. Sin melaza [10.7% de proteína bruta (PB), 1.45 Mcal/kg de ENL)].
  2. Complementado con 1 kg/vaca al día (base MS) de melaza líquida (11.2% PB, 1.49 Mcal/kg de ENL).

Después del parto, las vacas fueron trasladadas a su corral de lactación y alimentadas con la misma RTM de lactación (14.9% CP, 1.68 Mcal/kg de ENL). Se realizó un seguimiento durante 28 días. El corral de lactación también tenía comederos automatizados y bebederos.

Los resultados de este experimento mostraron que suplementar las dietas con alto contenido en paja para vacas secas con melaza líquida puede ser una estrategia efectiva para aumentar el consumo total de alimento, reducir la selección de ingredientes y promover un consumo más constante.

Además, la suplementación con melaza durante el periodo seco mejoró el ambiente ruminal, con un pH medio del reticulorumen más alto en el periodo seco y más constante en la primera semana después del parto.

Durante el periodo seco las vacas alimentadas con melaza consumieron más MS (15.3 vs. 13.4 kg/d) y tendieron a tener un intervalo más corto entre comidas (192.8 vs. 216.5 min) así como comidas más frecuentes (6.3 vs. 5.6 comidas/día), mientras consumían su alimento más rápido (0.09 vs. 0.08 kg de MS/min).

Comportamiento de selección de ingredientes antes y después del parto

Independientemente del tratamiento, las vacas rechazaban las partículas más largas (> 19 mm), y las vacas alimentadas con la dieta control todavía más (81.1 frente a 93.9%). Las vacas alimentadas con la dieta control no seleccionaron a favor o en contra de partículas cortas (<8, > 4 mm; 100.2%), sin embargo, las vacas alimentadas con melaza tendieron a rechazar dichas partículas (99.2%).

Después del parto, las vacas alimentadas con melaza no rechazaron partículas largas (98.5%), pero las vacas alimentadas con la dieta control continuaron rechazándolas (96.3%).

pH ruminal en las vacas alimentadas con melaza

El pH medio del reticulorumen de las vacas alimentadas con melaza fue más alto durante el periodo seco (6.4 vs. 6.2) y en la primera semana después del parto (pH control = 5.7, pH melaza = 5.8), y tendieron a tener un pH del reticulorumen más alto en la segunda semana después del parto (pH control = 5.7, pH melaza = 5.9).

Estos resultados sugieren que complementar con melaza líquida la dieta con alto contenido en paja para vacas secas puede mejorar el consumo y la consistencia de los nutrientes ingeridos durante el periodo seco y al principio de la lactación, y posiblemente promover una mejor salud del rumen durante el periodo de transición.

Referencia

C. D. Havekes, T. F. Duffield, A. J. Carpenter, and T. J. DeVries. Effects of molasses-based liquid feed supplementation to a high-straw dry cow diet on feed intake, health, and performance of dairy cows across the transition period. 2020. J. Dairy Sci. 103:5070–5089.

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