Estrategias de manejo de la colza forrajera para maximizar la producción y el valor nutritivo

Maria Villagrasa & Fernando Diaz

La colza (Brassica napus) es una planta de la familia de las crucíferas, entre las que se encuentran coles, coliflores, nabos, etc. En los últimos años se ha producido un aumento importante de su producción, que alcanza entre las 11-14 t/ha, debido principalmente a la siembra de nuevas variedades e híbridos.

El cultivo de colza tiene buena calidad para su uso como forraje y se puede aprovechar también como heno o conservar en forma de ensilado. Otro uso es como forraje bajo pastoreo, ya que tiene una buena respuesta al rebrote. Puede existir una gran diferencia en la concentración de materia seca (MS) según la variedad utilizada por lo que es importante seleccionar variedades con las mejores características forrajeras y que tengan alta producción de materia seca.

Además, para obtener una producción óptima es necesario desarrollar la tecnología adecuada para el manejo del cultivo. En este sentido se sabe que es importante la densidad de sembrado ya que esta afecta al crecimiento de la planta y al coste de la producción de forraje.

Otro elemento que hay que considerar es la altura que alcanza la planta en el momento de la cosecha y la altura a la que se corta puesto que ambos valores influyen en la tasa de rebrote que también puede afectar al contenido de materia seca y, una vez más al coste de la producción.

Un estudio (Islam, MR. et al, 2020) evaluó los efectos de la altura de defoliación (AD; altura de la planta al ser cosechada) e intensidad de defoliación (ID; altura a la que las plantas son cortadas) en un ambiente controlado, para determinar la base fisiológica del rebrote y el valor nutritivo de la colza forrajera.

Se sembraron semillas de colza forrajera (Brassica napus L. cv. Goliath) y se realizaron dos cosechas, la segunda aproximadamente dos meses después de que se hubiera producido el rebrote tras la primera. Las plantas que alcanzaron una AD de 40, 70 y 90 cm fueron cosechadas para cada una de las ID de 5, 20 y 35 cm, de modo que cada altura tuvo tres intensidades de corte.

En la primera cosecha se observó que el aumento de la altura de 40 a 90 cm incrementó la producción de MS de 2.6 a 24.0 g MS/planta y también el peso de la planta residual.

En la segunda cosecha el aumento de la AD de 40 a 90 y la reducción de la ID (es decir, un incremento de la altura residual de la planta) de 5 a 35 incrementó la MS de 0.2 a 0.5 y de 0.2 a 0.4 g MS/planta día, respectivamente, lo que tuvo su máximo cuando la AD fue de 90 y la ID de 35.

El aumento de la AD de 40 a 90 hizo que aumentara el número de hojas totales y axilares lo que también tuvo su pico cuando la AD fue de 90 y la ID de 35.

Seguramente, el aumento de la altura permitió un mayor desarrollo de las hojas y, por lo tanto mayor peso de la planta. No obstante, a partir aproximadamente de los 90 cm de altura empezaron a aparecer más hojas amarillas y muertas y, por tanto, se redujo la fotosíntesis y en consecuencia tendió a disminuir el peso de la planta. Estos resultados sugieren que el momento óptimo para cosechar la colza forrajera es cuando la planta tiene aproximadamente 90 cm de altura.

Relación entre el contenido en azúcares y el nitrógeno

El aumento de la AD de 40 a 90 incrementó la concentración de azúcares (% de MS) tanto del tallo residual como de la raíz de 6.7 a 13.0 y 3.0 a 8.5 respectivamente. De manera similar, el aumento de la AD aumentó el contenido de azucares en toda la planta (de 0.05 a 2.54 g MS/planta). Por otra parte, la disminución de la ID de 5 a 35 también aumentó el contenido de azúcares en el tallo residual (0.04 a 1.86 g MS/planta).

Respecto al contenido de nitrógeno en relación a la altura de la defoliación fue similar en todos los valores en el tallo residual, pero al pasar de una AD de 40 a 90 aumentó el nitrógeno en la raíz de 0.01 a 0.08 g MS/planta. La disminución de la ID de 5 a 35 aumentó el nitrógeno en el tallo residual de 0.03 a 0.16 g MS/planta.

El alto contenido de azúcares y nitrógeno, necesarios para llevar a cabo la fotosíntesis, en plantas con mayor AD y menor ID hizo que aumentara la tasa de rebrote, algo que se logró cuando las plantas alcanzaron aproximadamente 90 cm de altura y se cosecharon entre 20 y 35 cm sobre el suelo.

La altura óptima de defoliación está entre 70 y 90 cm en la colza forrajera

En la primera cosecha el aumento de AD de 40 a 90 disminuyó la cantidad de proteína y nitratos, pero aumentó la fibra neutro detergente (FND). La disminución de la ID de 5 a 35 disminuyó la cantidad de fibra ácido y neutro detergente y de nitratos, aunque los valores de este último se mantuvieron similares a una ID entre 20 y 35 cuando la AD fue de 70 y 90. Ni la AD ni la ID afectaron a la digestibilidad in vitro de la MS, aunque el aumento de la AD disminuyó el pH de los productos finales de la fermentación (de 6.5 a 5.8).

En la segunda cosecha el aumento de la AD y la disminución de la ID redujeron la cantidad de proteína (de 37.3% a 5.0% MS), FND (de 25.1% a 18.4% MS) y nitrato (de 1.63% a 0.06% MS).

En general, los datos muestran que la cosecha en 90 cm de altura tuvo una mayor producción independientemente de la intensidad de defoliación, pero la cosecha de forrajes en esta etapa tenía un contenido más bajo de proteína. Sin embargo, el contenido de proteína de la colza forrajera en los tratamientos de 70 cm fue superior (26.0 – 43.8% MS) a los tratamientos de 90 cm (5.0-12.6% MS) aunque la producción de MS fue aproximadamente un tercio en estos tratamientos de 70 cm (1.4–1.6 t MS/ha) en comparación con los tratamientos de 90 cm (4.2–5.0 t MS/ha).

Este resultado sugiere que los cambios rápidos en la planta, particularmente en términos de producción y contenido de proteína, se dan durante el periodo de 70 a 90 cm de altura. Por lo tanto, se requiere encontrar el equilibrio entre la producción y el contenido de proteína de la colza forrajera en los tratamientos entre 70 y 90 cm de altura a diferentes intensidades de defoliación.

Conclusiones

  • La producción total de forraje fue mayor cuando las plantas alcanzaron los 90 cm de alto independientemente de la intensidad de defoliación.
  • El recrecimiento desde la primera cosecha fue mayor cuando las plantas alcanzaron los 90 cm de alto y se cosecharon a los 35 cm por encima del suelo. Sin embargo, el contenido de proteína y nitrato de los forrajes en este nivel es bajo.

A la luz de los resultados se recomienda que la altura de defoliación esté entre 70 y 90 cm para optimizar la producción de MS, así como el contenido de proteína y energía a los niveles que son deseables para vacas lecheras en lactación.

Referencia

Islam MR, Garcia SC, Horadagoda A, Kerrisk KL, Clark CEF. Management strategies for forage rape (Brassica napus L. cv Goliath): Impact on dry-matter yield, plant reserves, morphology and nutritive value. Grass Forage Sci. 2020;75:96–110.

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