Fernando Diaz
La grasa de la leche es actualmente el componente lácteo más valioso. En este artículo se presentan cuatro trabajos publicados recientemente en los que se discuten estrategias para mejorar la producción de grasa en la leche.
Disminuir el riesgo de depresión de la grasa láctea
Un estudio reciente llevado a cabo en la Universidad Nebraska-Lincoln evaluó los efectos aditivos de la grasa y el almidón en la dieta de vacas lecheras como factores de riesgo asociados con la depresión de la grasa en leche. Los investigadores (Ramírez Ramírez y col., 2015) compararon una dieta control (grasa 5,2%; almidón 19%) con otras 3 dietas similares al control conteniendo 0,97% aceite de maíz (grasa 6,4%, almidón 18%); 8,5% maíz molido (grasa 5,5%, almidón 22%); o ambos: 0,97% aceite de maíz y 7,6% maíz molido (grasa 6,5%, almidón 23%). Todas las dietas estuvieron compuestas por 33% de ensilado de maíz, 10% de heno de alfalfa y 20% de granos de destilería (DDGS).
Los resultados, publicados en el Journal of Dairy Science, mostraron que la inclusión de aceite, almidón, o la combinación de ambos indujo a la depresión de la grasa en leche, medida como la reducción de la concentración total y producción de ácidos grasos sintetizados de novo (<16 carbones) en la leche. Comparadas con la dieta control (3,3% grasa en la leche), las dietas con aceite de maíz adicional o almidón de maíz disminuyeron la grasa de la leche en 0,3 unidades porcentuales, mientras que la dieta con ambos factores disminuyó esta en 0,57 unidades.
Continua leyendo este articulo publicado en Revista Frisona.
