Álvaro García
El henolaje, también conocido como ensilado de heno, es un método de conservación del forraje que se elabora a partir de hierbas y leguminosas cosechadas con un grado de humedad superior al del heno seco, generalmente entre el 40% y el 60%. El forraje cosechado se compacta y se almacena bajo condiciones herméticas, donde comienza a fermentar. Este proceso crea un ambiente anaeróbico que preserva el forraje y aumenta su valor nutritivo.
Cómo funcionan los inoculantes para henolaje
En los inoculantes para henolaje se emplean microorganismos beneficiosos para optimizar el proceso de conservación del heno. Estos pueden aplicarse en distintas fases del proceso de henificación, como durante el empacado, en la hileradora o en el picado. Entre los tipos de bacterias más comunes que se utilizan en los inoculantes para henolaje se encuentran:
- Plantilactibacillus plantarum: es conocida por su capacidad de producir una gran cantidad de ácido láctico en poco tiempo, lo que reduce el pH del heno e inhibe la proliferación de organismos nocivos.
- Pediococcus pentosaceus: es muy eficaz en condiciones ligeramente menos ácidas y contribuye a una rápida disminución del pH.
- Enterococcus faecium: permite activar la fermentación en condiciones muy variadas, sobre todo cuando el nivel de humedad varía.
La combinación de estas bacterias con enzimas que degradan carbohidratos, como la amilasa, la xilanasa, la celulasa y la betaglucanasa, ofrece numerosas ventajas para el heno. Esta mezcla reduce rápidamente el pH, creando un entorno hostil para el moho y las levaduras. Las enzimas descomponen las fibras más complejas, mejorando la digestibilidad y la absorción de nutrientes por parte del ganado. Además, mejora la palatabilidad del heno, favoreciendo su ingesta. Por otro lado, los lactobacilos y las enzimas permiten conservar eficazmente el heno incluso con niveles de humedad más altos, lo cual es crucial en regiones con clima impredecible. Las enzimas también ayudan a mantener la integridad del tallo, minimizando la rotura de las hojas durante el empacado y asegurando que las hojas ricas en nutrientes permanezcan dentro de la paca, lo que garantiza la calidad general del heno.
Análisis de una etiqueta comercial
La siguiente etiqueta pertenece a un producto comercial que contiene una fórmula a base de lactobacilos y enzimas que degradan los hidratos de carbono. La combinación de las bacterias Pediococcus pentosaceus, Enterococcus faecium y Lactobacillus plantarum garantiza un proceso de fermentación sólido y eficaz. Además, está diseñado para funcionar en una amplia variedad de condiciones higrométricas, lo que asegura que el heno se conserve correctamente y mantenga su valor nutritivo. Este producto garantiza un mínimo de 11,3 billones de unidades formadoras de colonias (UFC) por cada paquete de 1 kg, lo que se traduce en 50.000 UFC/g de heno, es decir, una población inicial de bacterias beneficiosas lo suficientemente grande como para superar a los organismos perjudiciales. Repasemos las ventajas de cada uno de los componentes de este inoculante.
El Pediococcus pentosaceus es conocido por su capacidad para iniciar rápidamente la fermentación y reducir eficazmente el pH en las primeras fases del proceso. Tiene un buen rendimiento en ambientes ligeramente menos ácidos, lo que facilita un arranque rápido de la fermentación.
Enterococcus faecium, por su parte, es especialmente útil para iniciar la fermentación cuando el nivel de humedad es variable. Este microorganismo puede funcionar incluso cuando los niveles de humedad no son los ideales, lo que incrementa la eficacia del inoculante.
Finalmente, Plantilactibacillus plantarum es altamente eficaz en la producción de ácido láctico, lo que reduce rápidamente el pH y crea un entorno que previene la aparición de organismos dañinos como el moho o los hongos. Aunque esta bacteria se desarrolla mejor en condiciones de humedad moderada (entre 50-70%), es capaz de funcionar eficazmente en diversas condiciones climáticas.
Las enzimas amilasa, xilanasa, celulasa y betaglucanasa desempeñan un papel clave al descomponer los carbohidratos complejos presentes en el forraje, lo que facilita la fermentación de los azúcares por parte de las bacterias. Esta acción mejora la digestibilidad del forraje y optimiza el proceso de conservación.
Impacto económico
El impacto económico de los inoculantes para henolaje se puede resumir en varios conceptos clave, cada uno representando un ahorro o una ganancia de costos:
- Si no se utilizan inoculantes, el deterioro puede provocar una disminución del valor del heno de hasta un 20%. Con el uso de inoculantes, el porcentaje de deterioro se reduce a solo un 5%.
- Los inoculantes incrementan en un 5% el valor relativo del alimento (RFV) y el contenido de proteína bruta, lo que contribuye a reducir los costes de los alimentos suplementarios.
- Los inoculantes permiten realizar el empacado a niveles de humedad más altos, lo que acelera el proceso de empacado y reduce los costes asociados a la mano de obra y al uso de equipos.
Cálculo de las pérdidas en el henolaje
Para evaluar la pérdida de materia orgánica en el henolaje, se pueden monitorizar las variaciones en la concentración de cenizas a lo largo del tiempo. Al comparar la concentración de cenizas en el momento del ensilado con la que se presenta después del almacenamiento, es posible estimar las pérdidas de materia orgánica, las cuales afectan directamente la calidad nutricional y la eficiencia de la conservación del forraje. Este método resulta especialmente útil para evaluar el impacto de los inoculantes en la reducción de las pérdidas de materia seca del henolaje. Para cuantificar y comparar estas pérdidas, se pueden analizar muestras de varias bolsas de silo, tanto con inoculantes como sin ellos, con el fin de determinar sus concentraciones de cenizas. Es importante tener en cuenta lo siguiente:
- La materia orgánica (MO) es la parte de una muestra que excluye el agua y los minerales (cenizas); se calcula como el 100% menos la concentración de cenizas.
- La materia seca (MS) es la parte de la muestra que queda después de eliminar toda la humedad; incluye tanto la materia orgánica como las cenizas.
Pasos a seguir:
- Obtener muestras representativas de henolaje tratado y no tratado (inoculado y no inoculado) después de al menos 3 meses de ensilado. Se deben tomar muestras tanto del centro como del borde de la bola de ensilado, pero evitando el tercio inferior (más cercano al suelo) para evitar que la concentración de cenizas se vea alterada por la contaminación del suelo.
- Enviar las muestras a un laboratorio analítico acreditado para medir el nivel de cenizas en ambas.
- Calcular las pérdidas orgánicas y de materia seca (MS):
Supongamos que los resultados del laboratorio muestran que el porcentaje de cenizas en el heno inoculado es del 5%, y del 15% en el heno no inoculado.
- Calcular primero las pérdidas de materia orgánica (MO):
- Pérdida de MO = concentración de cenizas en el heno no tratado menos concentración de cenizas en el heno tratado
- Perdida de MO = 15% – 5% = 10%
- A continuación, calcular las pérdidas de materia seca (MS):
- Perdida de MS = Perdida de MO / (1- Perdida de MO)
- Perdida de MS = 10% / (1 – 0.10)
- Perdida de MS = 10% / 0.90
- Perdida de MS ≈ 11.1%
En este ejemplo se observa que con una concentración inicial de cenizas del 5% y una concentración final del 15%, la pérdida de materia orgánica es aproximadamente del 10%. Si esto se traduce en pérdidas de materia seca (MS), la pérdida es aproximadamente un 11,1% superior en el heno no tratado. Esto se debe a que la MS incluye tanto la MO como la ceniza, y la pérdida de MO significa que una porción mayor de la MS total se ve afectada.
A continuación, calcularemos cuánto se ahorra utilizando inoculante según los resultados anteriores y tomando como base un precio de 100 € por tonelada de MS de heno y 3 € por tonelada de inoculante.
- Disminución del deterioro:
- Sin inoculante: pérdida de MS = 11,1%
- Con inoculante: la pérdida de MS se reduce al 5% (como en el ejemplo anterior).
- Beneficios derivados de la disminución del deterioro:
- Reducción de la pérdida de MS = 11,1% – 5% = 6,1%.
- Ahorro económico derivado de la reducción del deterioro por tonelada = 6,1% de 100€ = 6,1€.
- Mejora nutricional:
- Mejora del RFV y de la proteína bruta en un 5% aproximadamente.
- El ahorro derivado de la mejora del valor nutritivo por tonelada = 5% de 100€ = 5,00€
- Mejora de la eficiencia:
- Gracias a un empacado más rápido y a la reducción de los costes de mano de obra, se ahorran unos 5 euros por tonelada.
Beneficio económico bruto potencial:
Disminución del deterioro + mejora nutricional + mejora de la eficiencia = 6,1€ + 5,00€ + 5,00€ = 16,1€ por tonelada
Beneficio económico neto:
Si se resta el coste por tonelada de inoculante (3€) al beneficio económico bruto potencial:
Beneficio neto por tonelada = 16,1€- 3,00€ = 13,1€
El uso de inoculantes en la conservación del henolaje representa un avance significativo en su gestión. Estos microorganismos beneficiosos, junto con las enzimas, mejoran la calidad nutricional, la resistencia al deterioro y la digestibilidad del forraje. Esta técnica preserva la integridad del heno en diversas condiciones de humedad, mejora la eficiencia alimentaria y reduce la necesidad de suministrar alimentos suplementarios. Desde un punto de vista económico, los inoculantes para henolaje minimizan las pérdidas ocasionadas por el deterioro y aumentan el contenido nutricional. Cuantificar las pérdidas de materia orgánica mediante la medición de la concentración de cenizas es una forma confiable de evaluar la eficacia de los inoculantes.
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