Álvaro García
Utilizar los aditivos para ensilado adecuados influye significativamente en la calidad y eficacia de su fermentación, impactando, en última instancia, la productividad y la salud del ganado. Una de las especies bacterianas más utilizadas y efectivas en este proceso es el Lactiplantibacillus plantarum, una bacteria láctica ampliamente reconocida por su papel en la mejora de la fermentación del ensilado. Esta bacteria, anaerobia facultativa, prospera en condiciones de bajo oxígeno en los forrajes ensilados y favorece una acidificación rápida, fundamental para preservar los nutrientes e inhibir el crecimiento de microorganismos responsables de la descomposición. En este artículo se analiza la contribución del L. plantarum al proceso de fermentación del ensilado, sus ventajas frente a los métodos tradicionales y las razones por las que se ha convertido en un componente esencial de las prácticas modernas de gestión del ensilado.
La función del Lactiplantibacillus plantarum
El principal motivo para añadir L. plantarum al ensilado es garantizar una fermentación rápida, estable y eficaz. La fermentación del ensilado es un proceso biológico en el que las bacterias naturales descomponen los azúcares de la materia vegetal y producen ácidos orgánicos, principalmente ácido láctico. Este ácido reduce el pH, creando un ambiente hostil para organismos responsables de la descomposición, como mohos, levaduras y bacterias patógenas.
El Lactiplantibacillus plantarum es ideal para esta tarea, ya que es una bacteria homofermentativa de ácido láctico, lo que significa que produce principalmente ácido láctico en lugar de otros ácidos, como el acético o el butírico. El ácido láctico es más eficaz para reducir el pH, lo que permite estabilizar rápidamente el ensilado y conservar mejor la calidad del forraje. Este descenso abrupto del pH es fundamental para inhibir microorganismos nocivos, mejorar la estabilidad del ensilado y preservar un mayor contenido de nutrientes.
Beneficios de su uso en ensilados
Aumento de la eficacia de la fermentación
La incorporación del L. plantarum en el ensilado acelera la producción de ácido láctico, mejorando significativamente la eficacia de la fermentación. Al reducir rápidamente el pH, se inhibe el crecimiento de bacterias y levaduras responsables de la descomposición, que podrían afectar la calidad nutricional del ensilado. Además, una acidificación más rápida minimiza la pérdida de azúcares y nutrientes esenciales, asegurando que el ganado disponga de una mayor cantidad de energía y proteínas.
La densidad óptica (D.O.) mide la cantidad de luz absorbida por una muestra a una determinada longitud de onda. En el contexto del crecimiento microbiano o la fermentación, se emplea comúnmente para estimar la concentración de células o partículas en una muestra.
Aumento del valor nutritivo, la estabilidad y los beneficios económicos
El uso de L. plantarum como aditivo para el ensilado ofrece múltiples beneficios, entre ellos la mejora de su calidad y rentabilidad. Una de sus principales ventajas es su capacidad para aumentar el valor nutricional de los alimentos. A través de la fermentación, el L. plantarum contribuye a descomponer las paredes celulares de las plantas, especialmente en ensilados con alto contenido de fibra, como los tallos de maíz u otros cereales. Esta descomposición deja al descubierto una mayor cantidad de contenido celular, incluidos azúcares y proteínas, lo que facilita la disponibilidad y aprovechamiento de los nutrientes por parte de los animales.
Además, al promover una rápida acidificación, el L. plantarum crea un entorno anaeróbico con un pH bajo que impide la proliferación de organismos nocivos. Gracias a esta fermentación controlada, se reduce el riesgo de deterioro del ensilado cuando se expone al oxígeno, como sucede durante la fase de alimentación. Esto no solo disminuye la generación de residuos, sino que también proporciona un alimento más estable y duradero. Todas estas mejoras contribuyen directamente a la salud de los animales. Un ensilado con altos niveles de ácido láctico y una baja presencia de microorganismos dañinos ayuda a prevenir trastornos metabólicos y favorece el equilibrio del rumen. Como resultado, se optimiza el aprovechamiento del alimento, lo que, en última instancia, mejora la producción de leche y el rendimiento general de las vacas lecheras.
Una conservación eficaz del ensilado, como la que proporciona el L. plantarum, supone un importante ahorro de costes para los ganaderos. Al minimizar la pérdida de nutrientes y reducir el riesgo de deterioro, se optimiza el aprovechamiento de los recursos alimenticios, haciendo que los sistemas de alimentación basados en ensilado sean más sostenibles desde el punto de vista económico. A largo plazo, la mayor estabilidad del ensilado, el incremento en la disponibilidad de nutrientes y la reducción de residuos se traducen en una mayor eficiencia alimentaria y un aumento de la rentabilidad para los ganaderos.
Comparación con los aditivos para ensilado tradicionales
Hasta ahora, los aditivos tradicionales para el ensilado se han basado en lactobacilos, enzimas o incluso en compuestos químicos como los ácidos orgánicos. Si bien estos métodos pueden ser efectivos, los que incorporan L. plantarum ofrecen un enfoque más específico y eficiente para la acidificación y conservación del ensilado. Gracias a su capacidad homofermentativa, esta bacteria está especialmente preparada para producir ácido láctico de manera rápida, lo que suele ser más eficaz para reducir el pH que los lactobacilos heterofermentativos, que generan una combinación de ácidos. Además, su rentabilidad y facilidad de aplicación la convierten en una opción preferida frente a los conservantes químicos, que pueden ser costosos y generar residuos.
Cómo optimizar su uso en ensilados
Para obtener resultados óptimos, se recomienda que los productores sigan las directrices establecidas sobre la concentración de inoculante, que suele oscilar entre 1 × 10⁵ y 1 × 10⁶ UFC por gramo de forraje. Además, la combinación de L. plantarum con otras bacterias lácticas puede resultar beneficiosa para ciertos tipos de ensilado. Por ejemplo, su combinación con el Lentilactobacillus buchneri (anteriormente Lactobacillus), una cepa heterofermentativa, puede mejorar la estabilidad aeróbica en ensilados expuestos al aire durante la fase de alimentación.
La eficacia del L. plantarum también depende de su compatibilidad con el tipo de forraje. Los ensilados elaborados a partir de cultivos con un alto contenido de azúcares, como el maíz y la alfalfa, son especialmente adecuados para este aditivo bacteriano, ya que contienen azúcares fácilmente fermentables. Además, unas prácticas adecuadas de compactación y sellado mejoran aún más su eficacia, al garantizar un entorno anaeróbico óptimo para la actividad bacteriana. Esta bacteria se ha convertido en una herramienta invaluable para la gestión moderna del ensilado, ayudando a maximizar la retención de nutrientes, reducir la descomposición y mejorar la calidad nutricional del forraje ensilado. Al ser una solución rentable y biológicamente eficiente, no solo mejora la calidad y estabilidad del ensilado, sino que también contribuye a la salud y productividad del ganado, generando beneficios económicos para los ganaderos. Incorporar L. plantarum dentro de una estrategia integral de gestión del ensilado permite a los productores garantizar que su forraje se mantenga como una fuente de alimento de alta calidad, sostenible y confiable durante todo el año.
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