La acidosis ruminal es un proceso derivado de la acumulación excesiva de ácidos grasos volátiles en el rumen o de un aporte insuficiente de sustancias que neutralicen su acidez (tampones) a través de la saliva o de la ingestión de alimento.
En vacas sometidas a estrés calórico, los cambios fisiológicos, metabólicos o de comportamiento aumentan su susceptibilidad a padecer acidosis ruminal subaguda o subclínica (ARS), que se caracteriza por caídas del pH ruminal hasta valores de entre 5,2 y 5,6.
Mishra y col. (1970) observaron pH ruminales inferiores en vacas en ambientes cálidos (29,4 °C y 85% humedad relativa —HR—) alimentadas con dietas de alto contenido en forraje (65%; pH de 6,1 vs. 6,4) en comparación con ambientes fríos (18,3 °C y 50 % HR).
Esta diferencia en el pH ruminal fue más acusada cuando la dieta contenía menor cantidad de forraje (35%; pH de 5,6 vs. 6,1). Además del pH ruminal medio, también es importante el tiempo durante el cual el pH se mantiene en niveles bajos.
Efectos del estrés calórico
Estos son los principales cambios que se producen en los animales durante periodos de estrés calórico:
- Las vacas afectadas por estrés calórico consumen menos alimento y, por tanto, rumian menos.
- Durante el estrés calórico las vacas incrementan el ritmo respiratorio (jadeo) para aumentar la eliminación de calor a través de los pulmones.
- Cambios en el comportamiento alimentario también contribuyen a la acidosis ruminal.
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