El ácido málico es un ácido orgánico presente de forma natural en muchos forrajes. Este ácido es un dicarboxílico de cuatro carbonos que es intermediario en la ruta del succinato-propionato de las bacterias ruminales. Ha quedado demostrado que el ácido málico puede estimular el crecimiento de la bacteria Selenomonas ruminantium, mejorando el ambiente ruminal e incrementando la producción de propionato.
Este microorganismo es una especie predominante en el rumen, representando entre el 21 y el 51% de todas las bacterias viables en el rumen. In vitro, el ácido málico ha incrementado la concentración de propionato y de ácidos grasos volátiles totales, aumentado el pH, reducido la producción de metano y la concentración de lactato, e incrementado la digestibilidad de la materia seca (MS), materia orgánica y fibra neutro detergente.
El ácido málico puede ser añadido a la dieta como un ácido libre o como una sal (por ejemplo, malato sódico o cálcico). Estudios llevados a cabo in vitro demostraron que el efecto delácido málico libre en el rumen es similar al efecto del malato sódico, aunque el ácido málico aporta protones al líquido ruminal, los cuales pueden disminuir el pH de éste.
Martin et al. (1999) concluyeron que cuando se incuban muestras de forraje en liquido ruminal, el malato se solubiliza y desaparece rápidamente (menos de 30 minutos). Estos autores sugirieron que la suplementación con malato en la dieta podría ser necesaria para asegurar una adecuada concentración de éste en el rumen a lo largo del ciclo de alimentación.
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