Existen variantes para alimentar con forraje a las vacas lecheras al margen de los tradicionales ensilado de maíz y heno de alfalfa.
Paja de trigo y rastrojo de maíz
Los residuos de cereales como la paja de trigo y el rastrojo de maíz son alimentos usados frecuentemente en dietas de vacas secas y animales de recría. Su inclusión en dietas de vacas en lactación es limitada debido a su alto contenido en fibra indigestible y su baja densidad energética. Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Ohio determinó si estos alimentos podían ser añadidos a las dietas de vacas lecheras en mitad de lactación como fuentes de fibra forrajera efectiva.
Los investigadores (Eastridge y col., 2017) compararon raciones completas mezcladas (RCM) que contenían 18,0% de fibra neutro detergente (FND) forrajera sobre materia seca (MS) mediante la inclusión de 34% de ensilado de maíz en base a MS y uno de los siguientes forrajes: heno de alfalfa (11,5% inclusión sobre MS), paja de trigo (5,0 %) o rastrojo de maíz (5,5%).
Los resultados, publicados en el Animal Feed Science and Technology, mostraron similares rendimientos productivos (36,8 kg/día leche corregida 3,5% de grasa, 3,7% de grasa láctea, 2,85% de proteína láctea), pH ruminal (6,12), concentración de ácidos grasos en el rumen (164 mM), consistencia de la masa ruminal y digestibilidad aparente entre las dietas. En conclusión, estos resultados sugieren que, en dietas basadas en ensilado de maíz, el rastrojo de maíz y la paja de trigo pueden ser sustituir al heno de alfalfa como fuente de fibra forrajera cuando se incluyen en las dietas a bajo nivel (5,0 – 5,5% de la MS).
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