El periodo de preparto comienza tres semanas antes del parto. Durante este tiempo se produce una disminución gradual en el consumo de materia seca y un incremento progresivo de la demanda de nutrientes por parte del feto y de la glándula mamaria. Estos factores provocan una elevada casuística de desórdenes metabólicos y problemas de salud durante este momento del ciclo productivo. Una adecuada nutrición y manejo a lo largo de este periodo de transición permite aumentar el rendimiento productivo durante toda la lactación.
Nutrición energética
El National Research Council, 2001 (NRC, 2001) recomienda un aumento de 0,3-0,4 Mcal ENL/kg de ración durante las tres últimas semanas de gestación, hasta llegar a niveles de 1,54-1,62 Mcal ENL/kg. La alternativa más efectiva para aumentar la energía de la ración de transición es incrementar la concentración de carbohidratos no fibrosos (CNF), ya que permite la adaptación del rumen a la ración posparto de alta producción. El rumen debe adaptarse a dos niveles: microorganismos y papilas.
Al incorporar a la dieta cantidades importantes de CNF (granos cereales), las bacterias amilolíticas se desarrollan rápidamente (3-5 días) produciendo grandes cantidades de ácidos grasos volátiles (AGV). En particular, el ácido propiónico estimula el desarrollo de las papilas del rumen en un proceso que requiere de 4 a 6 semanas (Dirksen y col., 1985). El desarrollo de las bacterias que utilizan el ácido láctico derivado del propiónico también es lento (3-4 semanas), por lo que se acumula (Calsamiglia, 1995).
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