Las necesidades energéticas y proteicas de la vaca aumentan durante las últimas tres semanas de gestación debido al crecimiento del feto, de la ubre, y la síntesis de calostro. Generalmente este periodo es conocido como preparto. Paralelamente, el consumo de materia seca (CMS) disminuye cerca de un 30% durante el preparto, aunque la mayor parte (89%) de esta disminución ocurre durante la última semana de gestación (Hayirli y col., 2002).
A los 21 días antes del parto el CMS de novillas y vacas es aproximadamente 1,7 y 2,0 % de su peso vivo, respectivamente, y cae el día anterior al parto a 1,3 y 1,4% (Grummer et al., 2004). La reducción en el CMS unido al incremento en la demanda de nutrientes, genera un balance energético negativo al final de la gestación, el cual se prolonga hasta varias semanas después del parto. Este balance energético negativo ha sido asociado con inmunosupresión, enfermedades del periparto e incremento del intervalo a la primera inseminación.
Algunos trabajos de investigación han indicado que vacas con menor CMS presentan mayor probabilidad de sufrir enfermedades metabólicas e infecciosas durante el postparto. Un trabajo llevado a cabo en la Universidad de British Columbia (Canadá, Urton y col., 2005) demostró que vacas diagnosticadas con metritis aguda pasaron comiendo menos tiempo durante el periodo de preparto (-12 a -2 días al parto) que las vacas sin esta afección. El riesgo de metritis aumentó 1,6 veces por cada 10 minutos menos que las vacas estuvieron en el comedero diariamente.
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