Los cultivos proteicos en la Unión Europea (UE) representan solamente un 3% del total de tierra cultivable y aportan solamente un 30% de los alimentos proteicos consumidos por los animales de la UE. Casi un 70% de los concentrados proteicos son importados, y especialmente para la harina de soja, esta cifra es superior al 97%.
El Grupo de Cultivos Proteicos de la Sociedad Europea de Innovación (en inglés: The Focus Group on Protein Crops of the European Innovation Partnership), que trabaja con el objetivo de mejorar la rentabilidad de los cultivos proteicos en Europa, sugiere que las alternativas a la harina de soja deberían cumplir tres requisitos para poder ser consideradas una buena opción para la industria alimentaria animal:
- El contenido proteico debe ser elevado.
- La calidad de la proteína de ser alta, buena digestibilidad de aminoácidos y buen perfil en el contenido de estos.
- El precio debe ser bajo.
Debido a su contenido elevado en proteína, la UE ha promocionado el cultivo de guisantes (Pisumsativum). Según datos publicados por Eurostat (2012), el cultivo de guisantes ocupó 520.000 ha, mientras que el cultivo de judías y lupinos ocupó 460.000 y 84.000 ha, respectivamente.
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