Cada transductor está optimizado para una determinada frecuencia y tiene cristales piezoeléctricos que vibran de forma natural en esa frecuencia. La frecuencia de funcionamiento de un cristal está determinada por la velocidad de propagación en el material del transductor y el espesor del elemento transductor, lo que depende del tamaño, el material y la forma en que fue polarizado el cristal.
Existen transductores con una frecuencia primaria y una o varias alternativas (transductores multifrecuencia). En este caso las frecuencias alternativas son controladas electrónicamente y son elegidas por el usuario a través del control MultiHertz®. La frecuencia del transductor es importante ya que las capacidades/aplicaciones diagnósticas variaran en función de la misma.
