Fernando Diaz
El ordeño robotizado es muy común en sistemas de producción intensivos. La adopción de este en sistemas extensivos de pastoreo es infrecuente. Sin embargo, investigaciones recientes procedentes de Nueva Zelanda, Australia e Irlanda están mostrando que esta tecnología puede implementarse en estos países donde el pastoreo es una parte critica del sistema productivo. La mayor distancia al robot hace que las vacas estén menos motivadas a dirigirse al ordeño, por lo que, el aporte de concentrado durante el ordeño juega un papel primordial para atraer a las vacas.
Un trabajo llevado a cabo en el Dairygold Research Farm, Animal and Grassland Research and Innovation Centre (Co. Cork, Irlanda) evaluó el efecto que tiene la cantidad de concentrado ofrecido en el robot sobre el rendimiento productivo y la frecuencia de ordeño en vacas al comienzo (18.9 días en leche; DEM) y al final de la lactancia (207.9 DEM).
Ya que era un sistema de partos estacionales, el periodo del comienzo de la lactación se extendió desde el 23 de febrero al 12 abril de 2015 y la fase de final de la lactación desde el 31de agosto al 18 de octubre de 2015. Los investigadores Shortall y col. (2019) compararon dos estrategias alimentarias:
- Un nivel bajo de suplementación de concentrado en el robot en el cual las vacas al comienzo y al final de la lactación recibieron 2.3 y 0.4 kg/vaca, respectivamente.
- Un aporte elevado de concentrado en el que las vacas fueron alimentadas con 4.4 y 2.7 kg/vaca por día en el comienzo y el final de la lactación.
Mientras que las vacas tuvieron la posibilidad de ordeñarse 3 veces al día al inicio de la lactación, al final de la lactación el máximo numero de ordeños posible fue 2 por día. Con el objetivo de asegurar el consumo adecuado de concentrado, las vacas recibieron un 85% de su cantidad diaria durante el primer y el resto (15%) en los ordeños sucesivos. La distancia media que las vacas caminaban desde el robot a los potreros fue 325 metros (rango 25 a 650 m).
Los investigadores indicaron la frecuencia de ordeño fue menor al final de la lactación que al comienzo de esta (1.4 vs. 1.8 ordeños/día). La cantidad de concentrado ofrecido, sin embargo, no afectó a la frecuencia de ordeños en ninguna de las fases de la lactancia.
Es interesante resaltar que mientras que el nivel de concentrado no tuvo efectos significativos en la producción de leche durante el comienzo de la lactación (22.7 kg/vaca), las vacas que recibieron más concentrado al final de la lactancia produjeron más leche que las vacas que recibieron menos (12.4 y 10.9 kg/vaca, respectivamente). Esto podía haber sido debido a que el pasto consumido durante este periodo era de menor calidad. Comparado con el pasto disponible durante el comienzo de la lactancia (primavera), el pasto de final de la lactación (otoño) tenía menor contenido energético (1.7 vs. 1.58 Mcal/kg MS).
En conclusión, estos resultados indican que reducir el aporte de concentrado en el robot no afecta la frecuencia de ordeño. Sin embargo, cuando la calidad del pasto es baja, alimentar más concentrado podría mejorar el rendimiento productivo como se puedo observar en este trabajo a final de la lactación.
Referencia
Shortall, C. Foley, R. D. Sleator and B. O’Brien. 2019. The effect of concentrate supplementation on milk production and cow traffic in early and late lactation in a pasture-based automatic milking system. Animal. 12: 853–863.
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