La mastitis clínica sigue siendo el problema de salud número uno identificado por los productores de leche. Afecta al 25% de todas las vacas lecheras en Estados Unidos. Existe consenso en que las bacterias con mayor ocurrencia son Streptococcus agalactiae, Staphylococcus aureus y Mycoplasma. Las bacterias ambientales como Escherichia coli y Klebsiella también son una amenaza constante y significativa.
La limpieza de la vaca, los desinfectantes de pezones y las prácticas de ordeño adecuadas son la tríada crítica para reducir contaminación bacteriana en la punta del pezón y minimizar el riesgo de mastitis. Independientemente del organismo causal, el uso de guantes es una práctica profiláctica fundamental porque reduce en gran medida el riesgo de transmitir patógenos entre las vacas.
El proceso de cinco pasos
En la mayorá de los establos lecheros comerciales la rutina de ordeño consiste en cinco pasos básicos: despuntas, presellar, limpiar, ordeñar y sellar.
El despuntado consiste en el retiro manual de tres a cuatro chorros de leche de los pezones para revisar si hay leche anormal antes de comenzar el ordeño. Este paso elimina la leche con la concentración más alta de células somáticas presente en el canal del pezón y estimula la bajada de la leche. Se calcula que el 12% de todas las operaciones lecheras en Estados Unidos no despuntan a sus vacas.
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