Álvaro García
El objetivo de la puntuación de la condición corporal (CC) es ofrecer un método rápido y rentable para evaluar las reservas energéticas de una vaca. A menudo, las vacas con reservas energéticas insuficientes o excesivas experimentan una reducción de la fertilidad, especialmente durante los frecuentes cambios en su estado energético. Para una gestión eficaz de la fertilidad, es fundamental controlar los cambios en la CC, y se recomienda que los intervalos de medición se realicen durante el período de transición: 60 días después del parto, aproximadamente 100 días antes del secado y durante el secado. Es fundamental asegurarse de que todo el personal de la explotación reciba formación sobre la puntuación de la CC por parte de expertos y de que los sistemas de puntuación sean coherentes dentro de una misma granja, para que la evaluación y la identificación de tendencias sean precisas. Además, el hecho de que las mediciones de CC varíen de un evaluador a otro puede suponer un reto. No obstante, gracias a la introducción de la tecnología de imágenes en 3D, se ha conseguido reducir esta variabilidad y minimizar el componente subjetivo de los métodos de puntuación tradicionales, ya que se proporcionan datos más objetivos.
Una puntuación excesiva de la condición corporal
Una CC elevada, sobre todo en el momento del parto, está estrechamente relacionada con enfermedades como la cetosis, que provocan una reducción de la fertilidad. Esta conexión se debe a que las vacas con sobrepeso tienen menos apetito y más grasa corporal que movilizar. Además, una CC demasiado elevada puede afectar negativamente a la fertilidad igualmente, aunque no haya una enfermedad clínica aparente. Las vacas con un nivel excesivo de grasa pueden experimentar unos intervalos más largos entre la ovulación, el primer celo, la inseminación y la concepción, así como unos índices reducidos de concepción en el primer ciclo. Aunque normalmente surgen muchos problemas cuando las vacas superan la CC recomendada por un margen considerable (por ejemplo, con una puntuación de 4,5 en una escala de 1 a 5), las vacas con una CC de 4 pueden seguir mostrando alteraciones en el intervalo entre el parto y el primer celo..
El principal factor responsable de que se dé una puntuación de la condición corporal elevada y una baja fertilidad es la pérdida de condición corporal. Las vacas con una CC elevada en el momento del parto suelen experimentar una pérdida más significativa de condición entre el parto y su punto más bajo de CC (nadir). Cuanto mayor y más rápida es la pérdida de condición corporal tras el parto, más empeora la fertilidad en diversos parámetros, como el intervalo entre el parto y el primer celo o el porcentaje de vacas sacrificadas por infertilidad. El efecto de la pérdida de CC sobre la fertilidad se debe a que afecta a los ovarios, al útero y al eje cerebral, responsables de la producción de hormonas que controlan el ciclo estral. La repercusión exacta de la pérdida excesiva de CC varía considerablemente de una explotación a otra y depende de factores como el periodo de espera voluntario, el tipo de granja y el grado de fertilidad subyacente. Los estudios muestran que las vacas que pierden <0,5 puntos de condición corporal entre el parto y el nadir de la CC, ovulan y son atendidas antes que las vacas que pierden ≥1 puntos de condición corporal. Además, sugieren que las vacas en las que la CC aumenta presentan el celo antes que las que la pierden. Estos resultados subrayan la importancia de minimizar la pérdida de CC al principio de la lactación para alcanzar los objetivos de fertilidad. La pérdida excesiva de CC no sólo afecta a la capacidad de la vaca para concebir, sino también a su capacidad para ser gestantes. Además, las últimas investigaciones también han determinado que, si se pierde CC entre los días 28 y 56, se incrementan las pérdidas de embriones. En el siguiente gráfico se presenta el caso de la vaca 118, procedente de una explotación que utiliza la tecnología de imagen 3D para monitorizar a sus vacas. Fue inseminada el día 435, cuando mostró su primer celo, con una puntuación de condición corporal (CC) 0,5 puntos por encima de su CC ideal, y posteriormente se certificó que estaba preñada. Hay que señalar que su CC estaba en aumento en el momento de la inseminación.
Puntuación baja de la condición corporal
Si bien una CC elevada está directa e indirectamente relacionada con una baja fertilidad, no basta con mantener a las vacas con una condición corporal deficiente, ya que una CC baja también se asocia con una baja fertilidad. Como ocurre con la pérdida excesiva de CC, una baja condición corporal (es decir, una CC por debajo del nivel indicado en la Tabla 1) afecta a la fertilidad, desde la reaparición del celo hasta la tasa final de preñez. Sin embargo, estos factores no son tan consistentes como los observados en el caso de la pérdida excesiva de CC. De todos modos, las vacas con una CC por debajo de los objetivos generalmente experimentan una fertilidad más baja que las que cumplen los objetivos, además de reducir su producción de leche. Diversos estudios han demostrado que el intervalo entre el parto y la concepción disminuye 6 días por cada punto de variación de la CC. Además de estos impactos directos, las vacas con un CC bajo corren un mayor riesgo de padecer enfermedades uterinas como la endometritis. Por lo tanto, al igual que en el caso de una CC elevada, existe una relación indirecta entre una CC baja y una fertilidad pobre. Asimismo, aunque una CC baja en el momento del parto tiende a asociarse con una menor pérdida de CC después, no existe certeza de ello. Es fundamental asegurarse de que la pérdida de CC no es excesiva, incluso en las vacas que no alcanzan sus objetivos.
El siguiente gráfico corresponde a la vaca 88, una vaca muy delgada que comenzó el periodo de lactación con una CC de 3,2, descendió a 2,6 a los 30 días en leche y se mantuvo por debajo de este valor a partir de entonces. Durante sus primeros 130 días en leche no tuvo signos aparentes de celo. Aunque su producción ha superado las expectativas, ha sido muy errática, y se ha caracterizado por picos y valles intermitentes. Este patrón sugiere que la vaca carece de reservas energéticas suficientes para mantener unos niveles de productividad elevados.
Cómo gestionar la puntuación de la condición corporal (CC)
Los datos obtenidos mediante la puntuación de la condición corporal son una fuente de información continua y muy útil, y para obtenerlos es necesario, no solo registrarlos, sino también realizar un seguimiento continuo, detectar los problemas y aplicar soluciones. Los registros informáticos simplifican este proceso, facilitando la creación de datos útiles y la evaluación de la eficacia de los cambios en la gestión. Es crucial evitar cambios excesivos en la CC tras el parto para poder optimizar la fertilidad. Aunque aumentar la ingesta de energía suministrando alimento de alta densidad energética puede parecer una solución sencilla, a menudo su impacto en la pérdida de CC o en la fertilidad es mínimo. Esto se debe a que las vacas alimentadas con grandes cantidades de alimentos concentrados destinan la energía adicional a la producción de leche, lo que supone un escaso beneficio a la hora de reducir el balance energético negativo y la pérdida de CC. Además, las dietas bajas en fibra pueden reducir el consumo de alimento como consecuencia de las fluctuaciones del pH ruminal, lo que afecta al apetito. Para optimizar la ingesta tras el parto es esencial que las dietas estén correctamente formuladas y que la transición de las dietas de secado a las de la lactación sea efectiva. También es fundamental disponer de un espacio adecuado en el comedero, ya que la falta de espacio puede reducir el consumo de las vacas, sobre todo en las que son menos dominantes. Por último, el objetivo de la gestión de la CC debe ser alcanzar la CC deseada (2,5 a 3,0) en el momento del parto.
Cómo conseguir la CC deseada para el parto
No es óptimo secar a las vacas con una CC excesivamente alta, ya que esto supone tener que perderla durante el periodo seco. Es más probable que estas vacas tengan dificultades para parir (distocia) y corran un mayor riesgo de ser sacrificadas durante la siguiente lactación. Para evitar estos problemas, es necesario controlar a las vacas al final de la lactación, especialmente en los tres últimos meses, y ajustar la alimentación (o aumentar la producción de leche) si la CC es demasiado alta. Es más factible aumentar la CC durante el periodo seco gracias a las mayores concentraciones plasmáticas de insulina y a una menor distribución de la energía en la leche. Sin embargo, un periodo seco prolongado, causado potencialmente por problemas de fertilidad, aumenta el riesgo de que las vacas estén demasiado gordas en el momento del parto. Por el contrario, un periodo seco corto puede no dejar tiempo suficiente para un aumento favorable de la CC. Por lo tanto, el objetivo es que las vacas empiecen el periodo seco con la mismo CC que cuando paren, procurando mantenerla estable en lugar de aumentarla o disminuirla durante este periodo.
Conclusión
Una gestión eficaz de la condición corporal es esencial para optimizar la fertilidad y la salud general del rebaño de vacas lecheras. La puntuación de la condición corporal es una herramienta muy valiosa que permite calcular las reservas de energía, con el objetivo de alcanzar y mantener los objetivos de CC durante toda la lactación. Si bien una condición corporal elevada puede provocar trastornos metabólicos y reducir la fertilidad, las vacas con una condición corporal deficiente también se enfrentan a problemas de concepción y productividad. Utilizar tecnologías innovadoras como las imágenes en 3D, junto con los métodos tradicionales de puntuación, mejora la precisión y la fiabilidad, lo que permite afrontar los retos asociados a la variabilidad del evaluador. Si se aplican buenas prácticas de gestión, como una nutrición adecuada, un espacio adecuado en los comederos y una gestión estratégica del periodo seco, los ganaderos pueden trabajar para conseguir una CC óptima y, en última instancia, mejorar los resultados de fertilidad en sus rebaños. La gestión eficaz de la condición corporal no sólo mejora el éxito reproductivo, sino que también contribuye a la rentabilidad general y a la sostenibilidad de las explotaciones lecheras.
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