Álvaro García
En la producción lechera, las novillas de reposición son una inversión biológica y económica. Cualquier decisión tomada desde el nacimiento hasta el primer parto tiene consecuencias a largo plazo en el rendimiento y la rentabilidad del rebaño. Aunque una ganancia media diaria (GMD) de 780 gramos por día es un parámetro de referencia habitual, utilizar esta cifra de manera uniforme en todas las etapas del desarrollo simplifica en exceso un proceso complejo. Las novillas Holstein no crecen a un ritmo constante, ya que sus necesidades nutricionales y los aspectos de su desarrollo cambian de forma considerable a lo largo de su vida, desde el nacimiento hasta la pubertad, la reproducción y el parto.
El periodo predestete es la fase de crecimiento más eficiente en la vida de una novilla. Aunque la leche y los iniciadores para terneras son de los alimentos más caros, las crías de menos de dos meses transforman los nutrientes en peso corporal con una notable eficiencia, ya que solo necesitan de 2 a 2,5 kg de materia seca para ganar 1 kg de peso. Este índice de conversión alimenticia (ICA) de 2:1 a 2,5:1 equivale a una eficiencia de casi el 50 %, muy por encima de las etapas posteriores. A medida que las terneras van madurando, la eficiencia alimentaria disminuye: 3-4:1 de los 2 a los 6 meses, 4:1 entre los 6 y los 12 meses, y 6-7:1 de los 12 a los 24 meses. Esto significa que, a medida que las novillas crecen, ganar peso se vuelve cada vez más caro.
Invertir en el crecimiento durante las primeras semanas aporta beneficios a largo plazo. Un desarrollo inicial acelerado permite que las terneras se adapten con mayor rapidez a las dietas a base de forraje, lo que reduce los costes generales de recría. Si no se aprovecha esta oportunidad, el crecimiento se ralentiza, la reproducción se retrasa y el periodo de alimentación se prolonga. Por el contrario, la sobrealimentación en etapas posteriores conlleva el riesgo de un engorde excesivo, complicaciones en el parto y una disminución de la producción de leche en el futuro. Establecer un objetivo de ganancia media diaria (GMD) uniforme para todas las etapas supone ignorar estas realidades biológicas y puede comprometer la salud, la fertilidad y el rendimiento.
Cómo entender mejor el crecimiento según las etapas
El desarrollo de las novillas debe dividirse en distintas etapas, cada una con objetivos específicos de ganancia media diaria (GMD) y prioridades nutricionales:
Etapa de crecimiento |
Meses |
Ganancia diaria |
Objetivo |
Predestete |
0–2 |
0,8–1,0 kg/día |
Crecimiento acelerado mediante leche y alimento iniciador |
Desde el destete hasta la pubertad |
2–6 |
0.8–1,0 kg/día |
Desarrollo corporal y ruminal |
De la pubertad a la inseminación |
6–12 |
0,7–0,9 kg/día |
Crecimiento controlado y uniforme |
Desde la inseminación hasta el parto |
12–24 |
0,7–0,8 kg/día |
Evitar acumulación excesiva de grasa; favorecer el crecimiento fetal |
Alcanzar estos objetivos garantiza que las novillas se inseminen entre los 13 y los 15 meses y que paran entre los 22 y los 24 meses, con el tamaño corporal y la condición física adecuados. Un parto demasiado tardío supone un retraso en el retorno de la inversión, mientras que hacerlo demasiado pronto o con un peso insuficiente puede afectar negativamente a la productividad a largo plazo.
Las terneras deben duplicar el peso que tenían al nacer en los primeros 60 días. Una ternera Holstein suele nacer con un peso de entre 39 y 43 kg y, a los dos meses, debería pesar entre 77 y 86 kg, siempre que se le proporcione leche y un alimento iniciador de calidad. No alcanzar este peso es un indicio de que puede haber problemas de salud o nutricionales. Por ejemplo, una ternera con 60 días que solo pesa 20 kg muestra un grave retraso en el crecimiento, posiblemente debido a una mala alimentación o a una enfermedad.
En esta etapa, el crecimiento del tejido magro es mucho más eficiente que el de la grasa. El músculo contiene más agua y requiere menos energía para formarse que la grasa. Las raciones con un alto contenido energético y bajo contenido proteico pueden favorecer la acumulación de grasa a expensas del desarrollo esquelético, sobre todo en novillas de gran tamaño que requieren un aporte proteico mayor.
Establecer los objetivos para el parto
La mejor forma de establecer los objetivos de crecimiento es basándose en el peso corporal de una vaca adulta. Las novillas deben ser inseminadas al alcanzar aproximadamente el 55 % de su peso adulto y parir al llegar al 82 %. Estos porcentajes se suelen estimar a partir de vacas en la mitad de su tercera lactancia con una puntuación de condición corporal de 3,0.
Peso adulto (kg) |
Peso en el momento de la inseminación (55%) |
Peso en el momento del parto (82%) |
454 |
249 |
372 |
635 |
349 |
522 |
816 |
449 |
669 |
Por lo general, la pubertad se produce cuando se alcanza entre el 45 % y el 50 % del peso adulto. Si la inseminación se lleva a cabo en el tercer celo tras la pubertad, la fertilidad mejora, mientras que retrasarla aumenta el riesgo de sobrealimentación y reduce las posibilidades de concepción. Para que el parto se produzca en el momento adecuado, es necesario gestionar activamente el crecimiento. La siguiente tabla muestra las ganancias diarias necesarias según el peso inicial y el peso y la edad previstos para el parto:
Peso adulto (kg) |
Edad en el momento del parto (meses) |
Peso a los 4 meses (kg) |
Peso en el momento de la inseminación (kg) |
Peso en el momento del parto (kg) |
Edad en el momento de la inseminación (meses) |
Ganancia necesaria (kg/día) |
454 |
22 |
95 |
249 |
372 |
13 |
0,54 |
635 |
22 |
125 |
349 |
522 |
13 |
0,82 |
816 |
24 |
159 |
449 |
669 |
15 |
0,86 |
Los planes de alimentación deben ajustarse para asegurar que cada novilla gane peso según sus necesidades en cada etapa. Las más jóvenes, con gran potencial de desarrollo muscular, necesitan más proteína en su dieta. Dar la misma ración a todas puede dejar a las terneras pequeñas sin suficiente alimento o hacer que las de mayor tamaño de más de un año engorden demasiado.
Aunque una utilizar dieta de calidad durante las primeras etapas de vida puede ser caro, su inversión se compensa con un parto en el momento óptimo y un mayor rendimiento a lo largo de la vida. Una novilla bien desarrollada no solo está lista para parir antes, sino que también tiene más probabilidades de convertirse en una vaca productiva y longeva. No existe una fórmula única para criar novillas de reposición, ya que el crecimiento depende de la genética, el entorno y el manejo. Sin embargo, si se sigue una estrategia de crecimiento estructurada y por etapas, con fundamentos biológicos, se obtienen los mejores resultados. El hecho de no limitarse a la ganancia media diaria y centrarse en el desarrollo específico de cada etapa permite a los ganaderos criar novillas realmente preparadas para la producción lechera.
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