Álvaro García
Nuevas perspectivas sobre la gestión microbiana en las primeras etapas de la vida de las terneras
Las explotaciones lecheras modernas son cada vez más conscientes de que las primeras ocho semanas de vida de una ternera establecen las bases biológicas para su rendimiento a lo largo de toda su vida. Si bien los programas de alimentación láctea, el alojamiento y la bioseguridad merecen toda la atención que reciben, sigue sin tenerse lo suficientemente en cuenta la gestión de la microbiota intestinal como herramienta para el desarrollo y la salud. Los probióticos, microorganismos vivos que aportan beneficios para la salud cuando se administran en las cantidades adecuadas, se comercializan desde hace tiempo como aditivos alimentarios para mejorar el crecimiento y la resiliencia de las terneras, pero hasta hace poco las investigaciones que los analizaban ofrecían resultados inconsistentes e inconexos.
Un metaanálisis publicado en 2025 en la revista Journal of Dairy Science por Branco-Lopes et al. ha recopilado datos de 56 estudios controlados, ofreciendo el análisis cuantitativo más completo hasta la fecha. La pregunta es: ¿hasta qué punto influyen realmente los probióticos? ¿Merecen la pena?
Los resultados
Los suplementos probióticos aumentaron la ganancia media diaria (GMD) en aproximadamente 0,04 kg al día, lo que supone unos 2,4 kg durante un periodo de predestete típico de 60 días. Esta cifra puede parecer pequeña, pero incluso cualquier incremento mínimo en las primeras etapas se traduce en importantes beneficios a lo largo de toda la vida del animal. Los estudios demuestran que por cada 0,1 kg adicional de crecimiento antes del destete, la producción de leche en la primera lactancia puede aumentar entre 200 y 300 kg. Por lo tanto, el aporte de 40 g/día de probióticos podría traducirse en entre 800 y 1.000 kg adicionales de leche por novilla más adelante.
Este metaanálisis también reveló que las terneras alimentadas con probióticos consumían más alimento sólido, tanto en materia seca total como en alimento iniciador, mientras que presentaban una ligera reducción en el consumo de leche. Esto refleja un mejor desarrollo del rumen y una adaptación más temprana a las dietas sólidas, lo que supone un paso fundamental para facilitar el destete.
Los probióticos pueden favorecer el desarrollo del tracto gastrointestinal, como lo evidencia el aumento de la superficie de las papilas ruminales (terneras alimentadas con Bacillus subtilis natto, 1 × 10¹⁰ ufc/d; Sun et al., 2011) y el incremento de la altura de las vellosidades y la profundidad de las criptas del íleon (terneras alimentadas con Lactobacillus acidophilus y Propionibacterium freudenreichii, 5 × 10⁸ ufc/d; Dick et al., 2013). Esto puede deberse, en parte, a la capacidad de los probióticos para aumentar la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), conocidos por favorecer el crecimiento y la diferenciación del epitelio (Penner et al., 2011). Como señaló García (2023), los probióticos, a menudo llamados «bacterias buenas», fortalecen la microbiota intestinal al equilibrar la flora, mejorar la integridad epitelial y estimular las respuestas inmunitaria y antiinflamatoria, mejorando así la digestión, la absorción de nutrientes y el rendimiento general de los animales. En conjunto, estos mecanismos contribuyen a la mejora del crecimiento observada en las terneras suplementadas con probióticos.
¿Qué probióticos funcionan mejor?
No todos los probióticos son iguales. En este análisis se clasificaron según su tipo microbiano:
- Bacillus spp.: tienden a mejorar la eficiencia alimentaria y aumentan de forma constante la GMD. Estas bacterias formadoras de esporas sobreviven al peletizado y al paso por el rumen, lo que las hace ideales para iniciadores peletizados o TMR secas.
- Lactobacillus spp.: mejora el consumo de alimento iniciador y aumenta significativamente la GMD. Es probable que sus beneficios se deban a la estabilización del pH intestinal y a la producción de ácido láctico y bacteriocinas que inhiben los patógenos.
- Saccharomyces (levadura): muestran resultados variables. Son positivas para la salud intestinal, pero sus efectos sobre el crecimiento son inconsistentes. Los probióticos de levadura pueden resultar más útiles tras el destete o en entornos de mucho estrés.
- Mezclas multiespecie: generan respuestas intermedias, lo que sugiere que los efectos sinérgicos dependen de la proporción y viabilidad de las cepas.
En la práctica, los productos a base de Lactobacillus y Bacillus son, actualmente, los más respaldados por la evidencia científica para lograr mejoras consistentes en las terneras antes del destete.
¿Cómo funcionan?: de microbios a metabolitos
Los probióticos ejercen múltiples efectos complementarios que van más allá de una simple absorción de nutrientes:
- Estabilización de la microbiota intestinal: la exclusión competitiva de enteropatógenos como el E. coli y el Clostridium reduce la incidencia de diarrea y la necesidad de utilizar antimicrobianos.
- Mejora de la morfología intestinal: los estudios muestran un aumento de la altura de las vellosidades y de la superficie de las papilas ruminales, lo que se traduce en una mejor absorción de nutrientes.
- Balance fermentativo: la producción de ácidos grasos de cadena corta, en especial el butirato, favorece el desarrollo epitelial y modula las respuestas inmunitarias.
- Reducción de la inflamación: las terneras alimentadas con probióticos muestran con frecuencia unos niveles más bajos de haptoglobina plasmática y una consistencia fecal más estable, reflejando una mejora en la integridad de la barrera intestinal.
En conjunto, estos mecanismos optimizan la utilización de nutrientes y aumentan la resiliencia al estrés, lo que explica por qué los probióticos son particularmente eficaces en entornos exigentes, en condiciones climáticas frías, cuando la alimentación es irregular o cuando hay una elevada presión de patógenos.
Poner en práctica los resultados de la investigación
Desde la perspectiva del ganadero, los resultados deben justificar la inversión. Los probióticos comerciales cuestan aproximadamente entre 0,05 y 0,09 euros por ternera al día en Estados Unidos, dependiendo de la cepa y de la forma de administración. Si la ganancia media diaria aumenta entre un 2 y un 3 %, el retorno de la inversión puede multiplicarse por 3 o por 5, sin contar el potencial adicional de la producción de leche en el futuro. Para maximizar los resultados:
- Comenzar la suplementación desde el primer día, idealmente a través de la leche o de los sustitutos lácteos, para promover el desarrollo de una microbiota intestinal beneficiosa antes del contacto con patógenos.
- Prolongar la suplementación hasta, al menos, dos semanas después del destete, cubriendo la transición crítica en la que la digestión pasa del abomaso al rumen.
- Elegir productos certificados con identificación de cepa y recuento viable garantizado (≥10⁹ UFC/d).
- Mantener una higiene adecuada y una rutina constante, ya que los probióticos son un complemento, pero no sustituyen al calostro, las buenas prácticas de higiene ni una nutrición adecuada.
Contextualizando el incremento de 40 g/día
Un incremento de 0,04 kg/día puede parecer insignificante si se considera de forma aislada, pero al extrapolarlo al nivel del rebaño resulta significativo. Por ejemplo:
- En una explotación con 500 terneras, los probióticos podrían aportar entre 1.200 y 1.500 kg adicionales de peso vivo al año en el momento del destete.
- La precocidad en el desarrollo puede reducir los costes de cría entre 5 y 10 días, lo que supone un ahorro de 13 y 17 euros por novilla en alimentación y mano de obra.
- Las terneras que alcanzan antes los objetivos fijados pueden adaptarse de manera más eficiente al alojamiento en grupo o al alimento iniciador, lo que reduce el estrés y el riesgo de morbilidad.
Si se combinan con una buena gestión, los probióticos ayudan a reducir la brecha entre el potencial genético y el crecimiento observado.
Vacíos de conocimiento
A pesar de los resultados prometedores, existe una variabilidad considerable entre los distintos ensayos, en parte debido a las diferencias en dosis, duración del tratamiento y calidad del producto. Solo una minoría de los estudios proporcionó datos específicos sobre las cepas o confirmó la viabilidad de los probióticos a lo largo del periodo de alimentación. Es necesario realizar ensayos más estandarizados para determinar:
- Los niveles óptimos de unidades formadoras de colonias (UFC) para las fases previas al destete y posteriores al destete.
- Si la administración continua de suplementos es mejor que una dosificación intermitente.
- Los efectos a largo plazo sobre la producción de leche, la reproducción y la salud.
Aun así, la evidencia confirma que los probióticos mejoran el rendimiento de las terneras de manera eficaz, sin necesidad de antibióticos y respetando su bienestar.
Conclusión
Si bien los probióticos no son una solución milagrosa, cuando se utilizan estratégicamente pueden ser unos aliados muy poderosos. El metaanálisis de Branco-Lopes 2025 aporta pruebas sólidas de que las cepas de Lactobacillus y Bacillus pueden mejorar el consumo de alimento, el crecimiento y el desarrollo temprano del rumen en las terneras lecheras, sobre todo cuando están sometidas a condiciones de estrés de la producción comercial. En un sector que está dejando de lado los antibióticos profilácticos, los probióticos son una forma práctica y biológicamente sólida de cuidar la salud intestinal y el rendimiento. Cuando se integran en programas integrales para terneras, son beneficiosos para el crecimiento, el bienestar y la productividad a largo plazo.
Las referencias bibliográficas empleadas en este artículo están disponibles a solicitud.
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