Cómo influye la pérdida de condición corporal en las vacas lecheras | Dellait

Álvaro García

Para los ganaderos, es fundamental garantizar el bienestar de las vacas, no sólo por razones éticas, sino también para que sus granjas sean sostenibles. La puntuación de la condición corporal (CC) es un parámetro clave para evaluar el estado nutricional y la salud general de las vacas lecheras. Este parámetro mide las reservas de grasa de las vacas y proporciona a los ganaderos y veterinarios datos muy útiles sobre su bienestar. Las repercusiones de una mala condición corporal afectan a toda la granja, ya sea por la disminución de la producción de leche, el deterioro de la función inmunitaria o las dificultades reproductivas. Es esencial comprender cuáles son las causas subyacentes y adoptar prácticas de gestión proactivas para salvaguardar la salud, el bienestar y la productividad de las vacas lecheras, garantizando al mismo tiempo la viabilidad económica de estas granjas.

Los problemas que plantea la pérdida excesiva de condición corporal

Si las vacas lecheras sufren una pérdida excesiva de condición corporal, se pueden dar una serie de problemas de salud y producción que afectan tanto a los animales como al rebaño en su conjunto. Uno de los principales problemas asociados a la pérdida excesiva de CC es la disminución de la producción de leche. Cuando las vacas experimentan una pérdida significativa de CC, redirigen las reservas de energía hacia el mantenimiento de las funciones corporales básicas, lo que se traduce en una disminución de la producción de leche. Esta disminución no sólo afecta a la rentabilidad de la granja, sino que también suscita preocupación sobre el bienestar de los animales afectados.

Además, si las vacas sufren una pérdida excesiva de condición corporal, su sistema inmunitario puede verse comprometido, lo que las hace más susceptibles a contraer enfermedades infecciosas y otros problemas de salud. Si las reservas de grasa son insuficientes, las vacas pueden tener dificultades para enfrentarse a las infecciones, lo que aumenta los costes veterinarios y las intervenciones terapéuticas. Por otra parte, la pérdida excesiva de CC puede provocar problemas reproductivos, como un retraso del celo, tasas de concepción reducidas e intervalos entre partos más largos, lo que repercute aún más en la productividad general del rebaño.

Cómo frenar la pérdida excesiva de condición corporal

Para prevenir y gestionar la pérdida excesiva de condición corporal de las vacas lecheras, es necesario poner en práctica un enfoque multidireccional que aborde diversos factores relacionados con el estado nutricional y la salud metabólica. Algunas estrategias clave son:

  • Nutrición equilibrada: para mantener una condición corporal óptima es necesario suministrar una dieta equilibrada diseñada para satisfacer las necesidades energéticas y nutricionales de las vacas en el periodo de lactancia. Las raciones deben diseñarse de forma que favorezcan la producción de leche y, al mismo tiempo, eviten la acumulación excesiva de grasa y la pérdida de condición corporal.
  • Monitorización y gestión: una monitorización periódica de la CC y del rendimiento productivo ayuda a los ganaderos a identificar a las vacas en riesgo de una pérdida excesiva de CC y permite intervenir con prontitud. Se pueden prevenir los desequilibrios nutricionales y mitigar la pérdida de condición corporal mediante el uso de prácticas de gestión como un racionamiento adecuado, la administración de los comederos y la gestión del pastoreo.
  • Salud y bienestar: para evitar la pérdida excesiva de condición corporal es imprescindible garantizar la salud y el bienestar de las vacas lecheras. Los controles veterinarios periódicos, que incluyen programas de vacunación, el control de parásitos y el cuidado de las pezuñas, ayudan a mantener la salud de las vacas y su capacidad de recuperación frente a los factores de estrés. La pérdida excesiva de CC puede dar lugar a enfermedades metabólicas, como la cetosis y el síndrome del hígado graso, que pueden comprometer la función reproductiva de las vacas lecheras. Estas alteraciones metabólicas pueden alterar el equilibrio hormonal y la función ovárica, dando lugar a ciclos estrales irregulares, una disminución de la tasa de concepción y la prolongación de los intervalos entre partos. Además, cuando las vacas sufren una pérdida excesiva de CC, su sistema inmunitario puede debilitarse, lo que las hace más susceptibles a las infecciones uterinas y a los trastornos del tracto reproductivo, afectando aún más a la fertilidad.

Caso real: vaca 270

De la vaca 270, de 4,5 años y que se encontraba en su tercera lactación, lógicamente se esperaba que a esas alturas estuviera entre las mejores productoras del rebaño. Al principio de la lactancia tenía una CC de casi 3, pero a los 40 días en leche bajó a 2,6, perdiendo casi medio punto, y se mantuvo constantemente por debajo de la condición deseada. Esto se debe principalmente a que su condición al inicio de la lactación era inferior a la esperada, lo que la dejaba con pocas reservas de grasa que movilizar. Aunque está produciendo por encima de las expectativas, su rendimiento reproductivo se está resintiendo, como demuestran los tres intentos de inseminación fallidos.

En este caso se demuestra la importancia de mantener una CC apropiada, tanto al principio como a lo largo de la lactación, para conseguir un rendimiento reproductivo normal. Tener una condición corporal deficiente no sólo repercute en la producción de leche, sino que también afecta al éxito reproductivo. Cuando las vacas tienen reservas corporales insuficientes, pueden tener dificultades para concebir o para mantener la gestación, lo que conduce a una disminución de las tasas de fertilidad. Además de este deterioro, tener una condición corporal subóptima durante la lactación puede tener efectos perjudiciales sobre el desarrollo embrionario. En las vacas con una condición corporal más baja puede producirse un retraso de la ovulación, una reducción de la calidad embrionaria y un aumento de las tasas de mortalidad embrionaria. Además, el deterioro del estado metabólico debido a una nutrición inadecuada puede perjudicar al entorno uterino, afectando a la implantación y el desarrollo embrionarios. Por lo tanto, es esencial garantizar una condición corporal óptima mediante una gestión adecuada de la nutrición, antes y durante la lactación, para maximizar tanto la producción de leche como la eficiencia reproductiva de las vacas lecheras. Para ello, es necesario vigilar de cerca la CC, adaptar las prácticas de alimentación según sea necesario y suministrar los suplementos adecuados para mantener la salud y la fertilidad de las vacas.

Conclusiones

El caso de la vaca 270 demuestra que es fundamental que las vacas lecheras mantengan una condición corporal óptima durante toda la lactación para garantizar tanto la producción de leche como el éxito reproductivo. Una condición corporal deficiente no sólo afecta a la producción de leche, sino que también compromete la fertilidad, provocando una disminución de las tasas de concepción y prolongando los intervalos entre partos. Además, también puede afectar negativamente al desarrollo embrionario, aumentando el riesgo de muerte embrionaria y reduciendo la eficiencia reproductiva global.

Los ganaderos de vacuno de leche se enfrentan a importantes retos a la hora de gestionar la pérdida excesiva de condición corporal, ya que afecta a la salud, el bienestar y la productividad de las vacas. Si los ganaderos ponen en práctica estrategias de gestión proactivas centradas en la nutrición, la salud, el bienestar y la gestión reproductiva, pueden mitigar los riesgos asociados a la pérdida excesiva de CC y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de sus granjas lecheras. Para optimizar el rendimiento, la rentabilidad y el bienestar general del rebaño es esencial mantener una puntuación de condición corporal óptima en las vacas lecheras.

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