Cómo optimizar los beneficios económicos: evaluación de los sistemas automáticos de detección de cojeras | Dellait

Álvaro García

La cojera en las vacas lecheras supone todo un reto; por un lado, es una carga económica considerable para las granjas y, por otro, pone en peligro el bienestar de los animales. Entre las repercusiones económicas se incluyen los elevados costes de los tratamientos, la reducción de la producción lechera, la disminución de la fertilidad y los sacrificios prematuros. Por desgracia, los ganaderos suelen subestimar tanto la prevalencia como el impacto económico de la cojera, lo que provoca retrasos en su detección y tratamiento, agravando así el problema. Para reducir las pérdidas económicas, mejorar el bienestar de los animales y reducir la prevalencia de la cojera en las granjas, es necesario identificar de forma temprana y precisa a las vacas que sufren esta enfermedad e intervenir a tiempo.

Sin embargo, la detección de vacas que sufren cojera es una tarea difícil, ya que normalmente se recurre a sistemas de evaluación visual del movimiento que son muy complejos y para los que se necesita mucho tiempo y experiencia. El hecho de que no se utilice rutinariamente la evaluación visual da lugar a diagnósticos erróneos, cojeras sin tratamiento y todas las pérdidas económicas que ello conlleva. Por ese motivo, los investigadores han estado estudiando la posibilidad de desarrollar sistemas automáticos de detección de cojeras que utilicen distintos tipos de sensores, como, por ejemplo, cámaras, placas de presión, alfombrillas de presión y acelerómetros. Pero los estudios sobre las ventajas económicas para los ganaderos de estos sistemas siguen siendo escasos y la mayoría de ellos se centran en el desarrollo de los sensores y la interpretación de los datos.

La detección automática de cojera: costes

Para evaluar económicamente los sistemas automáticos de detección de cojeras hay que tener en cuenta varios factores, como los costes iniciales (compra, instalación, amortización y mantenimiento), la disminución de las pérdidas económicas que conllevaría una mejor detección y un tratamiento más precoz, y los gastos de los tratamientos. Esta evaluación consiste en calcular cuales serían los costes totales relacionados con la cojera al usar la detección automática, en comparación con el método de detección visual, utilizado actualmente por los ganaderos, dentro de un escenario de referencia. El escenario de referencia varía de una granja a otra en función de la prevalencia inicial de la cojera y de sus prácticas de gestión, lo que también repercute en los posibles beneficios que ofrecen los sistemas de detección automática que, de por sí, son específicos para cada granja. Además, el rendimiento de estos sistemas también varía, lo que repercute aún más en su valor económico.

Los costes relativos a la cojera se ven influenciados por factores como la prevalencia, la incidencia y la duración media de los casos de esta enfermedad. Aunque la prevalencia nos ayuda a saber cuál es la situación de la cojera en un momento determinado, es necesario tener en cuenta la incidencia, la duración y la gravedad para comprender su impacto económico. Sin embargo, en las granjas no se suele disponer de los registros detallados necesarios para obtener estos datos.

El rendimiento de detección y la gestión de la cojera son fundamentales para determinar la eficacia de un método de detección. Detectar esta enfermedad a tiempo y tratarla adecuadamente puede mitigar las pérdidas económicas, ya que se reducirían tanto la duración como la gravedad de la cojera. Sin embargo, el método de detección visual actual suele retrasar o impedir el tratamiento. Los sistemas de detección automática aspiran a mejorar esta situación al identificar más casos, facilitando así un tratamiento a tiempo. No obstante, su eficacia depende de que los ganaderos se atengan a los resultados del sistema, los cuales pueden verse afectados por las tasas de falsos positivos y por la tendencia a retrasar o ignorar el tratamiento. Por lo tanto, el valor económico de estos sistemas depende de su capacidad de detección y de la posterior actuación de los ganaderos.

Simulación y cálculo del coste

La media de las pérdidas económicas derivadas de la cojera y de los costes del tratamiento, según estudios anteriores y ajustada a la inflación, mostraba, por ejemplo, que, en el caso de una cojera leve no detectada, el coste medio era inicialmente de 16,80 dólares, y en el caso de una cojera grave, de 87,80 dólares. Todos estos cálculos se realizaron en un estudio publicado en el Journal of Dairy Science, en el que se consideró que la vida útil del sistema de paso automático con alfombrilla con sensor de presión, el sistema de paso automático con placas de presión, los acelerómetros y las cámaras, cuatro sistemas de detección qué se utilizan en este proceso, era de 10 años cada uno. Se evaluó el valor económico de estos sistemas en dos supuestos: uno con despezuñados preventivos semestrales y otro sin ellos. No se tuvieron en cuenta las posibles reducciones de prevalencia o costes del primer escenario con respecto al segundo.

El funcionamiento del sistema de detección se determinó a partir de distintas publicaciones y estimaciones, ya que los sistemas de detección aún estaban en fase de desarrollo. En vez de utilizarse como resultados reales del sistema, estos datos se interpretaron como valores de simulación para mostrar el potencial del modelo. Los datos sobre el tamaño medio de los rebaños, la incidencia de la cojera y los costes de intervención se obtuvieron en base a otros estudios.

Se llevó a cabo un análisis de sensibilidad ajustando en un 10% las distintas variables de entrada con el fin de favorecer una mejor estimación del valor de evitar costos (EVAC), lo que permitió identificar la importancia de las variables en el valor económico.

Conclusiones

Se correlacionó un rendimiento de detección superior con un aumento de las pérdidas económicas potenciales evitadas y, en consecuencia, con un mayor EVAC. Todos los valores de EVAC fueron positivos, lo que indica que los sistemas de detección automática son mucho más rentables que el método de detección visual convencional. Además, realizar despezuñados semestrales preventivos influye significativamente en la EVAC.

Al aumentar la vida útil del sistema, se incrementó la EVAC, ya que con la misma inversión se evitaron pérdidas adicionales durante un periodo más largo. En el caso de los rebaños de mayor tamaño, los costes totales de ambos métodos de detección fueron más elevados debido a un mayor número de casos de cojera, pero los sistemas de detección automática redujeron las pérdidas proporcionalmente, aumentando así la EVAC. Por otro lado, al aumentar la prevalencia de vacas con cojeras leves y graves se incrementó el EVAC. La disminución de la tasa de descuento redujo los tipos de interés del capital, aumentando así el EVAC y haciendo que la inversión fuera más rentable. Reducir el tiempo de trabajo del ganadero y horas del despezuñado de las cojeras leves disminuyó los costes de tratamiento, con el consiguiente aumento de la EVAC. Además, la reducción de los costes de tratamiento para el despezuñado curativo aumentó el EVAC, ya que compensó un mayor número de pérdidas con la reducción de los gastos de tratamiento.

Para conseguir una EVAC más elevado es necesario minimizar los falsos positivos y los falsos negativos, teniendo siempre en cuenta que es necesario mejorar el rendimiento del sistema actual para reforzar la rentabilidad. Sin embargo, el aumento del rendimiento del sistema suele traducirse en un aumento de los costes de inversión. Por eso, es fundamental conocer las preferencias de los ganaderos en cuanto al rendimiento del sistema y los costes para poder determinar cuál sería el rendimiento de detección deseado y su precio. Los valores EVAC proporcionan una medida inicial para saber los costes máximos de inversión necesarios para garantizar la rentabilidad de los sistemas de detección automática. A pesar de todo, y ante la importante reducción del EVAC, que se puede atribuir a los despezuñados semestrales preventivos, es necesario seguir investigando para determinar la combinación de medidas preventivas y curativas y la detección automática económicamente óptima.

Las estimaciones iniciales del EVAC sugerían un importe económico relativamente bajo en comparación con los costes de los prototipos actuales, lo que muestra la necesidad apremiante de reducir los costes de los prototipos del sistema y mejorar las funciones de detección para optimizar la relación coste-efectividad. En el futuro, los investigadores deberían explorar posibles estrategias para mejorar la rentabilidad de la detección automática de cojeras mediante la integración de diversos sistemas de control sanitario. Aunque no se obtengan beneficios económicos significativos de los sistemas de detección automática, los efectos positivos que ejercen sobre el bienestar de los animales justificarían la inversión destinada a la mejora de la gestión de las cojeras, aunque cualquier avance que se hiciera sería difícil de cuantificar monetariamente.

Consecuencias

La evaluación económica de los sistemas de detección automática de cojeras revela una compleja relación entre los factores que influyen en su utilidad para las explotaciones lecheras. El problema es que la cojera supone una importante carga económica para las granjas y representa una gran amenaza para la salud de las vacas lecheras. Las repercusiones de esta enfermedad van desde los elevados costes de los tratamientos hasta la disminución de la producción lechera y el sacrificio prematuro de los animales. Este tipo de sistemas parecen ser la solución a estos problemas, ya que permiten identificar e intervenir con mayor rapidez en estos casos. Sin embargo, su valor económico depende de varios factores, entre ellos los costes iniciales, el rendimiento de la detección y la eficacia de las prácticas de gestión de la cojera. Para calcular este valor, hay que determinar los costes totales relacionados con la cojera en función de los distintos métodos de detección, teniendo en cuenta factores como la prevalencia, la incidencia y los gastos del tratamiento. Este análisis recalca la importancia de estimar con precisión los costes de la cojera, el rendimiento de la detección y la prevalencia en la granja para poder calcular correctamente el valor económico de estos sistemas.

Para las granjas lecheras, el valor económico de los sistemas automáticos de detección de cojeras resulta muy prometedor. Si bien existen algunos desafíos, como los costes iniciales y la variabilidad del rendimiento de la detección, los beneficios potenciales en cuanto a la reducción de costes y la mejora del bienestar animal justifican que se siga investigando y que se implementen. Con el perfeccionamiento de los modelos económicos, la optimización del rendimiento del sistema y la integración de medidas preventivas y curativas, los ganaderos pueden maximizar la rentabilidad de los sistemas automáticos de detección de cojeras y, a la larga, mejorar tanto la rentabilidad como el bienestar de los animales en el sector lácteo.

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