Álvaro García
La condición corporal de las vacas lecheras es un indicador clave del estado de sus reservas corporales subcutáneas. Las fluctuaciones de estas reservas suelen producirse al principio de la lactación y afectan profundamente al rendimiento y al bienestar de estos animales. En las vacas que están demasiado gordas o delgadas en el momento del parto o que presentan una rápida disminución de la condición corporal al principio de la lactación, no sólo puede que se reduzca su producción de leche, sino que también pueden tener problemas de salud y comprometer su rendimiento reproductivo. Además, una disminución excesiva de la condición corporal durante este periodo tan crítico puede reducir la longevidad de las vacas en el rebaño. Por lo tanto, el control y la gestión de las alteraciones de la condición corporal en las distintas fases de la lactación son fundamentales para mejorar el rendimiento y el bienestar de las vacas lecheras. Por lo general, la evaluación de la condición corporal de las vacas se basa en la valoración visual de unos puntos anatómicos específicos realizada por operarios. Sin embargo, esta técnica es subjetiva y puede requerir la inmovilización de las vacas, con la consiguiente reducción del número de animales que pueden evaluarse en un día y de la frecuencia de estas valoraciones. Con la introducción de los sistemas automatizados de evaluación de la condición corporal es posible eliminar la subjetividad, reducir el estrés de los animales y aumentar la frecuencia de las mediciones. Otro componente de la ganadería de precisión son los sensores automatizados, los cuales están continuamente perfeccionándose. Estos dispositivos identifican a las vacas con transpondedores mediante lectores de identificación por radiofrecuencia y realizan múltiples mediciones de la CC a lo largo del día. También registran diariamente los valores individuales de CC en cada sesión de evaluación y un promedio continuo de la misma. Algunos estudios han revelado una fuerte correlación positiva entre los parámetros de la CC obtenidos en las evaluaciones visuales y los obtenidos con las cámaras.
En una investigación reciente (Albornoz et al. 2021) se estudió si un sistema comercial de evaluación tridimensional de la condición corporal mediante cámaras sería una alternativa idónea a la evaluación visual de la condición corporal. Tres operarios se encargaban de llevar a cabo la evaluación visual de la condición corporal de los animales semanalmente. Al mismo tiempo, se realizaron evaluaciones automáticas de la condición corporal dos veces al día utilizando un sistema de cámaras 3D. Las evaluaciones visuales de la condición corporal seguían una escala de 1 a 8 con un incremento de 0,25 puntos, mientras que las evaluaciones automáticas de la condición corporal con cámaras 3D utilizaron dos escalas (1-5 y 1-10). En esta investigación se calculó la tasa promedio de cambio de la condición corporal mensualmente, así como el tiempo que cada método requería para detectar un cambio en la CC. Se realizaron mediciones de la puntuación de la condición corporal entre la fecha del parto y las 7-10 semanas posteriores al mismo, con lo que se pudieron observar cambios significativos en un corto periodo de tiempo. Las métricas estadísticas mostraron fuertes correlaciones entre la CC de la evaluación visual y la obtenida con las cámaras. Hubo pequeñas diferencias sistemáticas entre las evaluaciones visuales y las de la cámara, debidas probablemente a errores de calibración o inexactitudes. Es esencial calibrar correctamente las cámaras con la escala visual de la CC para que la interpretación sea coherente. No obstante, es recomendable no modificar la calibración que traen estas cámaras de fábrica, ya que suele ser la adecuada. Para que un método de evaluación sea eficaz, debe ser preciso y sensible, siendo este un criterio fundamental, ya que afecta a la capacidad de respuesta y a la precisión. La capacidad de respuesta indica que el sistema de cámaras 3D fue capaz de reconocer incluso los pequeños cambios en la condición corporal de las vacas, algo que no ocurrió con la evaluación visual tradicional. En otras palabras, el sistema de cámaras detectó con rapidez y precisión los cambios en la condición corporal, lo que lo convierte en una herramienta muy útil para controlar y gestionar la salud y el bienestar de las vacas lecheras, especialmente durante periodos críticos como el inicio de la lactación. Hay que tener en cuenta un aspecto importante: tanto el método de evaluación basado en imágenes 3D sin procesar como el basado en imágenes 3D procesadas pueden utilizarse para evaluar la condición corporal de las vacas lecheras. He aquí la diferencia entre estas dos técnicas:
- Método basado en imágenes 3D sin procesar: hace referencia a los datos iniciales o sin procesar obtenidos del sistema de cámaras 3D. Se trata de la imagen en bruto que se obtiene del sistema de cámaras, que incluye las mediciones que se realizan en intervalos regulares varias veces al día. Estos datos en bruto pueden no ser tan precisos o sensibles a la hora de detectar cambios en la CC sin un posterior análisis o procesamiento.
- Método basado en imágenes 3D procesadas: son los datos brutos obtenidos de las cámaras que se han sometido a un procesamiento o perfeccionamiento adicional para mejorar su precisión y sensibilidad a la hora de detectar cambios en la CC. Este proceso de depuración consiste en aplicar algoritmos, filtros o técnicas estadísticas a los datos en brutos para mejorar su calidad y fiabilidad.
En este estudio se comparó el método tradicional de evaluación visual y con el que está basado en imágenes 3D procesadas, y se demostró que este último era más sensible y eficaz a la hora de detectar cambios en la CC. En resumen, el método de evaluación basado en imágenes 3D procesadas es una versión más sofisticada y elaborada del método basado en imágenes 3D sin procesar, ya que está diseñado para proporcionar información más precisa y rápida sobre la CC de las vacas. El aumento de la precisión y la sensibilidad de este método se debe en gran medida a que una mayor frecuencia de medición, por lo tanto, este método es el preferido en el sector de la investigación animal y se ajusta a los principios éticos y económicos de la misma.
El promedio general de los valores de la CC del método de evaluación basado en imágenes 3D sin procesar, el basado en imágenes 3D procesadas y los métodos visuales fue de 4,50, 4,49 y 4,44, respectivamente. La naturaleza discreta de la escala de puntuación visual sólo permitió analizar parcialmente las discrepancias observadas entre las puntuaciones obtenidas mediante las cámaras y con los métodos visuales. Según los componentes de la varianza, la mayoría de las variaciones se explicaban por las diferencias entre los animales y los momentos en los que fueron evaluados. La tasa estimada de cambio de la CC indicó que se necesitarían 44 días para detectar cualquier cambio utilizando el método visual de evaluación de la CC, pero sólo 21 o 12 días utilizando los métodos basados en imágenes 3D sin procesar o en imágenes 3D procesadas, respectivamente. También se presentaron los errores estándar de cada método para detectar diferencias entre los animales en el plazo de una semana y sus sensibilidades.
Estos resultados sugieren que el método de evaluación basado en imágenes procesadas es más sensible y eficiente a la hora de detectar cambios en la CC que el basado en imágenes no procesadas y los métodos visuales, los cuales requieren un número significativamente mayor de evaluadores para alcanzar un nivel similar de rendimiento. En comparación con la evaluación visual tradicional, el uso de cámaras 3D para evaluar la CC en vacas lecheras supone una mejora significativa en el manejo y el bienestar del ganado. No se debe subestimar la importancia de controlar y gestionar la CC de las vacas lecheras, especialmente durante las primeras fases de lactación. Una gestión inadecuada de la CC puede conllevar consecuencias como, por ejemplo, la disminución de la longevidad de las vacas, problemas de salud o la disminución de la productividad.
A pesar de que tradicionalmente se recurría a las evaluaciones visuales de la CC, éstas son subjetivas y presentan limitaciones en cuanto al número de animales evaluados y a la frecuencia de las mediciones. En cambio, los sistemas de evaluación de CC que utilizan cámaras tridimensionales son más objetivos, permiten un seguimiento continuo y no causan estrés a los animales. Las conclusiones de este estudio destacan la fuerte correlación entre los valores de CC obtenidos mediante los métodos de evaluación visuales y las cámaras, las cuales son superiores en términos de sensibilidad y eficacia. La capacidad de detectar cambios en el CC de forma rápida y precisa permite intervenir a tiempo y realizar una gestión más eficiente. En resumen, las cámaras 3D son una herramienta fiable, objetiva y eficaz para garantizar el bienestar y la productividad de las vacas lecheras, lo que, en última instancia, beneficia tanto a la industria lechera como a los propios animales.
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