Mercedes González & Fernando Diaz
Los rumiantes tienen un tipo de digestión altamente desarrollada y especializada, que les permite obtener energía de los alimentos fibrosos de una forma más eficiente que ningún otro animal herbívoro. Para mantener su salud y maximizar su producción, las vacas, como rumiantes, necesitan que se aporten forrajes en sus raciones que mantengan un ambiente estable y saludable en el rumen.
De forma habitual, en las granjas de vacuno lechero se utilizan fuentes de forraje ad hoc, de composición estable y conocida para formular raciones lo más estandarizadas posible. Se suelen emplear forrajes de alta calidad, cuya composición depende de la disponibilidad de la zona geográfica, pero en líneas generales suelen ser pastos (por ejemplo, festuca, raigrás), leguminosas (alfalfa, etc.), o cereales (maíz, trigo, cebada, y muchos otros). La forma de suministro de los forrajes también es variable (en fresco o conservada: ensilado, heno).
Sin embargo, desde hace tiempo el empleo de coproductos de la agricultura también está ligado a la alimentación de las vacas lecheras como fuente de fibra. Se trata de una fuente barata, en muchas ocasiones de un valor nutricional bueno o aceptable, y en los últimos años, dado el creciente impacto del cambio climático, son un gran aliado para el sector para ayudar a reducir el impacto ambiental ya que entra en el concepto de economía circular.
Muchos coproductos procedentes de la producción de la alimentación humana se desechan: se calcula que aproximadamente un tercio de la comida que se produce para la alimentación humana se desperdicia (supone 1.3 billones de toneladas anuales a nivel mundial). Como esto supone un impacto ambiental insostenible, cada vez se insiste más en la necesidad de implantar estrategias de manejo basadas en reducir, reutilizar y reciclar («las tres R»).
Aprovechar estos coproductos para la alimentación de vacas lecheras, que de otra forma se desperdiciarían, supone contribuir de una forma muy intensa y muy positiva a mitigar los efectos adversos de la contaminación y residuos que genera esta industria, participan en la economía circular, y se aprovechan de forma eficaz los recursos.
Utilización de los coproductos de la industria de las ensaladas
Un gran grupo de coproductos procedentes de la industria alimentaria humana son los cultivos vegetales destinados a ensaladas frescas envasadas. Se trata de una gran variedad de vegetales que se cultivan, se lavan, se cortan, se procesan y se envasan en un periodo no superior a 24 horas para que se consuman en los supermercados.
La mayoría de ellos incluyen ingredientes como lechuga, rúcula, repollo, coliflor, tomate, achicoria, perejil, acelgas, apio, escarola, endibias, flores de calabacín, zanahorias, brócoli, espinacas, patatas, cebollas, champiñones, melocotones, mangos, melones y naranjas.
El procesado de estos productos desde que se recolectan hasta que se sirven en los supermercados es complejo y se tiene que realizar cuidadosamente, porque son plantas con un alto contenido en agua, que se aumenta con el lavado, se deterioran fácilmente con la sección de la planta y el corte y el mezclado posterior para elaborar las ensaladas, y tienen una caducidad muy rápida. Por eso, los coproductos tienen también una vida muy corta y se pueden estropear fácilmente.
Los restos aprovechables para alimentación animal son los tallos y hojas que no se incluyen en las ensaladas por ser demasiado fibrosos o porque no tienen un aspecto agradable para el consumidor y se separan en las plantas de procesado, o son frutas que están golpeadas.
Esta tabla muestra la composición nutricional de los ingredientes más frecuentes de los cultivos para ensaladas (% materia fresca):
Un estudio examinó el valor nutricional de los coproductos de una planta de procesado de ensaladas para la alimentación de rumiantes (Pinotti et al., 2020). Para ello, extrajo diversas muestras de desechos de cosechas para ensaladas y analizó los nutrientes de mayor interés.
En esta otra tabla se muestran los valores nutricionales de los coproductos de ensaladas comparados con los de forrajes frescos (hierba o leguminosas) empleados en raciones estándar formuladas para rumiantes:
El contenido de proteínas es alto en los coproductos de ensaladas
Una de las ventajas de aportar coproductos de ensaladas es que por su alto contenido en humedad tienen alta palatabilidad y volumen, por lo que tienen efecto positivo sobre las paredes del rumen y favorecen la ingestión.
Respecto a la proteína, se observó que el contenido es alto en los coproductos de ensaladas, pero lo que no está claro es si procede de proteínas o de nitrógeno no proteico. Estos coproductos tienen un alto contenido en nitrógeno (en general, los brotes verdes de los vegetales suelen ser muy ricos en nitrógeno debido a su alta actividad metabólica por su rápido crecimiento), pero si no está correctamente equilibrado, pueden tener un efecto negativo en la ración.
Las proteínas altamente solubles deben ir acompañadas de un aporte correcto de carbohidratos para evitar que se produzca meteorismo o cojeras en las vacas. En este estudio no se valoró el contenido en aminoácidos de los coproductos de ensaladas, ni la digestibilidad de la proteína, ni si había alguna fracción de proteína bypass.
El contenido en fibra de los coproductos de ensaladas es alto, aunque menor en comparación con los forrajes, probablemente debido al estadio de crecimiento de las plantas. Esto puede tener un efecto sobre la digestibilidad, ya que pueden ser una fuente de fibra altamente digestible.
Los coproductos de ensaladas también son una fuente importante de micronutrientes, como vitaminas C, A y E, y el complejo B, así como minerales y polifenoles, carotenoides y glucosinolatos. Sin embargo, todavía se necesita realizar más estudios para conocer sus efectos sobre la producción o los parámetros reproductivos de los animales.
Debido a que todavía hay mucha escasez de estudios sobre la composición nutricional de estos coproductos, sería interesante avanzar en la investigación para conocer qué efectos tendrían sobre la ingestión de materia seca de los animales y su producción.
Conclusión
En conclusión, los coproductos de ensaladas parecen buenos ingredientes para añadir a las raciones, sobre todo por su impacto medioambiental y podrían constituir una parte de las raciones totalmente mezcladas, bien en fresco o en forma de ensilado o henificados para facilitar su conservación (especialmente por su alto contenido en humedad).
Podrían ser una buena alternativa a algunas fuentes de forraje, y suponen un buen ejemplo de aplicación de la economía circular para el aprovechamiento y reciclaje de materias primas. Sin embargo, todavía se necesita avanzar en la investigación para conocer mejor su composición nutricional, su digestibilidad y su impacto sobre la producción animal.
Referencia
Luciano Pinotti, Michele Manoni, Francesca Fumagalli, Nicoletta Rovere, Alice Luciano, Matteo Ottoboni, Luca Ferrari, Federica Cheli, Olivera Djuragic. Reduce, reuse, recycle for food waste: a second life for fresh-cut leafy salad crops in animal diets. Animals. 2020 Jun; 10(6): 1082-1092.
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