El futuro de los probióticos en la nutrición animal: novedades y tendencias | Dellait

Álvaro García

Los probióticos, frecuentemente denominados «bacterias buenas», desempeñan un papel clave en la nutrición y la salud de los animales, ya que ofrecen numerosos beneficios al enriquecer el microbioma intestinal. Cuando se administran en cantidades adecuadas, estos microorganismos vivos contribuyen significativamente a la salud digestiva, la absorción de nutrientes y el fortalecimiento del sistema inmunitario.

Las investigaciones revelan continuamente nuevas facetas de su funcionalidad dentro del ecosistema intestinal, destacando así su función más importante a la hora de mejorar no sólo la salud digestiva, sino también el bienestar general de los animales. Gracias a los avances tecnológicos y a la mejora de las técnicas microbiológicas, los investigadores han identificado y clasificado cepas probióticas específicas, descubriendo su compleja función en la mejora de la salud y el rendimiento de los animales.

Tipos de probióticos

Entre los probióticos se incluyen diversas cepas de bacterias y levaduras beneficiosas, cada una con características y funciones únicas. Se suelen clasificar en función de su género, especie y cepa. Algunos de los tipos más comunes son:

  • Lactobacillus: este género comprende numerosas especies como L. acidophilus, L. casei y L. reuteri. Las cepas de Lactobacillus suelen encontrarse en los intestinos y son conocidas por su función como apoyo para la digestión y el sistema inmunitario.
  • Bifidobacterias: las Bifidobacterias, que incluyen especies como la B. animalis y la B. bifidum, están presentes en el intestino y están relacionadas con la mejora del equilibrio de la flora intestinal, lo que favorece la digestión y la absorción de nutrientes.
  • Saccharomyces boulardii: esta cepa de levadura es conocida por su capacidad para ayudar a la salud gastrointestinal y combatir ciertos tipos de diarreas.
  • Streptococcus thermophilus: esta cepa, utilizada a menudo en la producción de yogur, ayuda a digerir la lactosa y contribuye a la salud intestinal.
  • Propionibacterium freudenreichii: esta bacteria interviene en la fermentación de los productos lácteos y puede proporcionar algunos beneficios probióticos.
  • Bacillus subtilis y licheniformis: estas bacterias, conocidas por su resiliencia, forman esporas que les otorga la capacidad de tolerar duras condiciones intestinales, lo que contribuye a mejorar la salud digestiva.

Estas son sólo una pequeña parte de las diversas cepas probióticas que existen, todas ellas con sus propios beneficios y usos potenciales para favorecer la salud intestinal y el bienestar general de los animales.

Mecanismo de acción

Los probióticos tienen un mecanismo de acción que abarca múltiples interacciones dentro del tracto gastrointestinal e influyen significativamente en la salud intestinal y el bienestar general de los animales. Una vez ingeridos, estos microorganismos vivos atraviesan el tracto digestivo y se integran en la microbiota intestinal preexistente. Su función abarca varios aspectos fundamentales. En primer lugar, los probióticos mantienen el equilibrio microbiano al inhibir a las bacterias nocivas de manera eficiente, adhiriéndose al revestimiento intestinal e impidiendo el desarrollo de patógenos. De este modo, se favorece una flora intestinal equilibrada y diversa, fortaleciendo la barrera intestinal y reduciendo la permeabilidad. Por otra parte, mejoran la barrera intestinal estimulando la producción de mucina, lo que forma una capa protectora, y refuerzan las proteínas de unión estrecha, reduciendo así eficazmente la invasión de patógenos. Además, los probióticos regulan la respuesta inmunitaria, fomentando la producción de compuestos antiinflamatorios y equilibrando la función inmunitaria. Gracias a la fermentación de la fibra dietética, producen ácidos grasos de cadena corta que sirven como fuente de energía para los colonocitos, mantienen un pH intestinal saludable e inhiben el crecimiento de bacterias nocivas. Los probióticos también facilitan la digestión de hidratos de carbono complejos, como el almidón y la celulosa, y contribuyen a una mejor absorción de nutrientes, especialmente vitaminas, minerales y ácidos grasos. Algunas cepas probióticas pueden incluso sintetizar nutrientes esenciales como las vitaminas B y K en el intestino, promoviendo colectivamente un entorno intestinal óptimo que favorece la digestión, el uso de nutrientes y el bienestar general de los animales.

Factores que influyen en la eficacia de los probióticos

Para que los probióticos resulten eficaces en los animales, deben tenerse en cuenta varios factores que afectan significativamente en su funcionalidad y beneficios. Entre ellos se encuentran la selección de la cepa, la dosis y los métodos de administración, todos ellos fundamentales para determinar su impacto global en la salud animal. Además, su eficacia depende en gran medida de la supervivencia y viabilidad de estas bacterias beneficiosas durante su almacenamiento, fabricación y tránsito por el sistema digestivo. Las condiciones ambientales, como las fluctuaciones de temperatura, el nivel de humedad y la exposición al oxígeno durante el almacenamiento, influyen profundamente en la estabilidad y viabilidad de los probióticos, lo que repercute directamente en su eficacia. Por otra parte, la edad del animal, su estado de salud y sus rasgos fisiológicos específicos influyen en la forma en que los probióticos interactúan con su sistema digestivo. Es esencial tener en cuenta estos factores multifacéticos para aprovechar al máximo los beneficios de los probióticos y garantizar su máximo impacto en la salud y el bienestar de los animales.

Por otra parte, los probióticos se enfrentan a importantes desafíos en el tracto gastrointestinal de los animales. Su exposición a la acidez gástrica y a las sales biliares puede disminuir su tasa de supervivencia, mientras compiten con la microbiota intestinal existente por colonizar zonas específicas y obtener recursos, lo que dificulta su establecimiento y supervivencia eficaz.

Marco normativo y futuras tendencias

Los marcos normativos aplicables a los probióticos en la alimentación animal están progresando, y hacen hincapié en la seguridad, la eficacia y el etiquetado preciso. Las instituciones están implantando estrictas normativas para verificar las declaraciones sobre las propiedades saludables de los probióticos, evaluar las cepas y supervisar su uso. En las evaluaciones de seguridad se da prioridad a las cepas libres de contaminantes, minimizando los riesgos de alergias o efectos adversos. Los fabricantes deben justificar sus declaraciones sobre las propiedades saludables con pruebas científicas sólidas. Disponer de un etiquetado que ofrezca información clara es esencial para que los ganaderos y veterinarios tomen decisiones informadas. En el futuro, las tendencias reglamentarias apuntan a evaluaciones más estrictas y personalizadas, así como a una estandarización de la dosificación de los probióticos. Con estos cambios se pretende aumentar la transparencia, de modo que los fabricantes garanticen que los productos cumplen unas normas de seguridad muy estrictas. Está previsto que se produzcan avances en materia de investigación, en particular en la identificación de cepas y en las técnicas de formulación. Estos avances podrían mejorar la estabilidad y la administración de los probióticos, además de ampliar sus aplicaciones, lo que podría mejorar la salud y el rendimiento general de los animales al combinarlos con otras estrategias nutricionales.

Los avances actuales en el ámbito de los probióticos destinados a la alimentación animal muestran unas tendencias que perfilan su futuro. Mediante una gestión precisa del microbioma, los probióticos pueden adaptarse a los ecosistemas intestinales de los animales para realizar intervenciones más eficaces. Del mismo modo, los simbióticos, fruto de la combinación de probióticos y prebióticos, están ganando protagonismo gracias a sus sinergias. Mientras que los probióticos modificados genéticamente auguran una mejora de sus funciones, los nuevos métodos de administración garantizan su viabilidad. Sin duda, gracias a la colaboración entre el mundo académico, la industria y las instituciones reguladoras se producirán importantes avances en el campo de los probióticos destinados a la ganadería.

En resumen, integrar los probióticos en la nutrición animal es un avance clave que ofrece un enfoque polifacético en la mejora de la salud y el bienestar de los animales. A lo largo de la historia y hasta nuestros días, estas «bacterias buenas» han mostrado tener un efecto positivo en la salud digestiva, el refuerzo inmunitario y la vitalidad general de los animales. La investigación en el campo de los probióticos alberga un inmenso potencial, que se ve reforzado por los últimos avances en la gestión del microbioma, las técnicas de formulación y las nuevas formas de aplicación. Gracias a la colaboración entre instituciones y a un compromiso constante con la investigación, los probióticos seguirán evolucionando y permitirán forjar un futuro próspero y sostenible para la nutrición animal y la agricultura.

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