Nuria García
La leucosis bovina (LB) es una enfermedad del vacuno lechero causada por la infección con el retrovirus de la leucosis bovina. Aunque en la mayoría de las ocasiones esta infección aparece de forma subclínica, una gran proporción (30-50 %) de vacas con más de tres años desarrolla linfocitosis persistente y un pequeño porcentaje (5 %) desarrolla tumores malignos (linfosarcomas) en varios órganos internos. Se ha reportado que esta enfermedad puede reducir la producción láctea (hasta en 1000 kg/lactación), así como la fertilidad y longevidad de las vacas debido a muerte prematura. Además, genera pérdidas económicas asociadas con el decomiso de canales en el matadero.
Después de intensos programas de control y erradicación llevados a cabo durante décadas, la LB ha sido exitosamente controlada y erradicada en muchos países (países de la Unión Europea, Australia, Nueva Zelanda…). Sin embargo, la LB es muy común en ganado lechero de América del Norte. Trabajos de investigación recientes indican que un 89 % de las granjas de Estados Unidos tiene animales seropositivos a LB. Del mismo modo, en un estudio canadiense de 2015, se publicó que un 78 % de las 315 granjas lecheras analizadas en siete provincias tenían anticuerpos de LB.
No existe tratamiento curativo o vacunas para esta infección viral de las vacas, con lo que los productores lecheros deben basarse en prácticas de manejo para erradicar la LB de sus rebaños. Un estudio de la University of Calgary (Alberta, Canadá) publicado recientemente en el Journal of Dairy Science estimó el impacto económico de la infección de LB y las ventajas económicas de su control en granjas lecheras de Alberta. Usando un modelo basado en un árbol de decisiones, los investigadores (Kuczewski y col., 2019) simularon los efectos de cuatro estrategias de control sobre la prevalencia de la LB y la rentabilidad de la granja. Se realizaron pruebas de diagnóstico de LB en todos los animales adultos durante el primer año del modelo, mientras que los años siguientes solamente se realizaron pruebas diagnósticas en los animales negativos y los animales de reemplazo. Estos fueron los programas de control implementados:
- Diagnóstico e implementación de todas las buenas prácticas de manejo: control de moscas, desinfección del equipo, uso de un descornador eléctrico, agujas de un solo uso y guantes de examen de un solo uso para realizar inseminación artificial y diagnóstico de preñez mediante palpación rectal o ecografía. Además, se implementaron prácticas para el manejo del calostro (congelación o pasterización) o uso de reemplazante de calostro.
- Diagnóstico e implementación de algunas de las buenas prácticas de manejo: control de moscas, desinfección del equipo, uso de un descornador eléctrico, agujas y guantes de un solo uso.
- Diagnóstico y sacrificio de los animales positivos en combinación con la implementación de todas las buenas prácticas de manejo y el uso de calostro congelado.
- Diagnóstico y separación de los animales positivos en combinación con la implementación de todas las buenas prácticas de manejo y el uso de calostro congelado.
Cada una de estas estrategias se comparó con la opción de no llevar a cabo ninguna práctica de control durante un periodo de 10 años para una granja tipo de Alberta, con una media de 146 vacas. La prevalencia media del rebaño (vacas infectados) para LB es este estudio fue 39.5 % y el coste anual para implementar las estrategias de control 1 con calostro congelado, pasterizado o calostro comercial fue de Can$31.7, $38.9 y $84.7, respectivamente; la estrategia 2 costó $19.3; la estrategia 2 $35.3 y la estrategia 4 $46.4.
Los autores indicaron que la implementación de cualquiera de las 4 estrategias evaluadas en este modelo presentó beneficios netos positivos haciendo que el control de la LB fuese económicamente rentable. Al comparar con la estrategia de no realizar ningún control, el beneficio promedio por vaca y año durante un periodo de 10 años fue de Can$131 para la implementación de todas las buenas prácticas de manejo (1) usando un congelador, $124 usando un pasteurizador y $78 usando calostro en polvo; $103 para la implementación de algunas de las buenas prácticas de manejo (2), $159 para diagnóstico y sacrificio (3) y $159 para diagnóstico y separación (4).
En resumen, diagnóstico y sacrificio y diagnóstico y separación fueron las estrategias más rentables porque son muy efectivas en la prevención de nuevas infecciones y reducen la prevalencia de LB rápidamente. Estos resultados recomiendan la implementación de programas de control y erradicación de LB en granjas lecheras.
Referencia
Alessa Kuczewski, Henk Hogeveen, Karin Orsel, Robert Wolf, Jada Thompson, Eldon Spackman, and Frank van der Meer. 2019. Economic evaluation of 4 bovine leukemia virus control strategies for Alberta dairy farms. J. Dairy Sci. 102:2578–2592.
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