Mercedes González & Fernando Diaz
El consumo de insectos como fuente de alimento es tradicional en muchas partes del mundo, especialmente en Asia, África y países de América Latina, ya que son ricos en nutrientes, especialmente en proteínas, y son equiparables a la carne y al pescado. También contienen altos niveles de ácidos grasos, fibra, cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y zinc.
Sin embargo, hasta hace pocos años no ha sido culturalmente aceptable en los países occidentales, aunque se están empezando a incorporar en la gastronomía como un ingrediente exótico y cada vez tienen mejor acogida. La FAO los considera alimentos seguros y nutritivos, tienen muy buenas tasas de conversión cuando se cultivan, y son fuentes sostenibles de alimento ya que emiten tasas inferiores de gases de efecto invernadero que otras especies ganaderas.
Todas estas ventajas han supuesto que se plantee la posibilidad de incorporar los insectos también como ingrediente en la alimentación animal, incluyendo los rumiantes. El aumento progresivo de la población mundial está haciendo que se incremente también la demanda de proteína animal, por lo que la cría de animales como productores de carne supone un reto cada vez mayor, especialmente medioambiental.
Por otra parte, este aumento de demanda también significa que las granjas deben ser cada vez más eficaces y más productivas, y la incorporación de nuevas fuentes de alimentación que contribuyan a mejorar las tasas de conversión de los animales son fundamentales, sin descuidar la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Los insectos son una incorporación segura y nutritiva que se pueden añadir a las raciones de los rumiantes, generalmente en forma de harinas.
Principales especies de insectos utilizadas para alimentación animal
Las especies de insectos que se pueden cultivar como fuente de alimentación animal son la mosca soldado negra (Hermetia illucens), la mosca doméstica (Musca domestica), el gusano de la harina (Tenebrio molitor), el escarabajo menor de la harina (Alphitobius diaperinus), el grillo doméstico (Acheta domesticus), el grillo doméstico tropical (Gryllodes sigillatus) y el grillo de campo (Gryllus assimilis).
Por lo general, las moscas y los escarabajos se suelen suministrar en forma de larvas, y los grillos en formas adultas. Suelen presentar un inconveniente, y es que tienen una alta heterogeneidad en cuanto a su composición nutricional en su fase larvaria y adulta, aunque las técnicas de cría se van perfeccionando y cada vez consiguen producir lotes más predictivos en cuanto a su contenido en grasa (cuyo contenido es más variable, entre el 5 y el 50% de la materia seca [MS]) y proteína (que puede superar el 50-60% de la MS).
Los sustratos sobre los que se crían los insectos deben estandarizarse para conseguir productos alimentarios basados en insectos con una composición homogénea, rica en proteína de alta calidad, vitaminas y minerales.
Otra posible ventaja que aportaría la introducción de harinas de insecto en la alimentación de rumiantes sería disminuir la dependencia de algunas fuentes de proteína tradicionales como por ejemplo la soja en diferentes (harina, tortas) y otras oleaginosas, cuya producción comienza a verse amenazada por la escasez de tierras cultivables para hacer frente a la demanda creciente, sumado a la competición con la alimentación humana.
Sin embargo, al igual que ocurre con la alimentación humana, puede haber reticencias por parte de los ganaderos para introducir estos nuevos ingredientes en las dietas de los animales (neofobia) por desconocimiento, por la novedad que suponen, y por el hecho de que son insectos.
Los insectos podrían convertirse en una fuente de proteína alternativa para rumiantes
Por lo tanto, y aunque todavía queda mucho por investigar para mejorar el cultivo de las especies de insectos a incorporar a la alimentación de rumiantes para conseguir lotes homogéneos en cuanto a su composición nutricional para poder formular mejor las raciones, y conocer su impacto sobre la ingestión de materia secta y la producción, los insectos suponen una alternativa prometedora como fuente de proteína de alta calidad.
Su aporte podría afrontar en un futuro próximo la demanda creciente de proteína animal en una población mundial en aumento, y suponen una fuente de alimentación animal sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Además tienen una alta calidad nutricional, por lo que las nuevas líneas de investigación en este campo aportarán información interesante.
Referencia
Laura Gasco, Gabriele Acuti, Paolo Bani, Antonella Dalle Zotte, Pier Paolo Danieli, Anna De Angelis, Riccardo Fortina, Rosaria Marino, Giuliana Parisi, Giovanni Piccolo, Luciano Pinotti, Aldo Prandini, Achille Schiavone, Genciana Terova, Francesca Tulli, Alessandra Roncarati. Insect and fish by-products as sustainable alternatives to conventional animal proteins in animal nutrition. Italian Journal of Animal Science. 2020 Abr; 19(1): 360-372.
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