La concentración de proteínas en la dieta: la importancia de la dinámica del peso de la vaca | Dellait

Álvaro García

En los estudios en los que se analiza la influencia de la proteína de la dieta en la producción de leche de las vacas lecheras, a menudo no se tiene en cuenta el peso corporal (PC), alegando que es complicado medirlo con precisión en periodos cortos de tiempo. Sin embargo, los últimos hallazgos destacan el papel clave del PC en la evaluación del consumo residual de alimento (CRA), un parámetro crucial para evaluar la eficiencia alimentaria. El consumo residual de alimento mide la eficacia con la que los animales convierten el alimento en leche o carne, lo que repercute en la productividad general y reduce los costes operativos. Si bien la movilización de las reservas corporales favorece la producción de leche al principio de la lactación, muchos estudios pasan por alto los cambios en el peso corporal y la puntuación de la condición corporal (CC) en vacas que se alimentan a base de dietas bajas en proteínas. Esto puede llevar a subestimar la producción a largo plazo y las pérdidas económicas, a pesar de que la falta de proteína en la dieta desencadene la movilización de las proteínas corporales.

Resultados de las investigaciones

En un estudio realizado recientemente en la Universidad Estatal de Michigan (Liu et al., 2021) tenían dos objetivos principales: (1) evaluar si pueden observarse cambios en el peso corporal de vacas alimentadas a base de dietas bajas en proteína durante un corto periodo de tiempo, y (2) medir en qué porcentaje el cambio de peso corporal contribuye a la respuesta global frente a una ligera deficiencia de proteína en la dieta. En este estudio participaron 166 vacas Holstein lactantes, de las cuales 92 eran primíparas y 74 multíparas. En total se estudiaron 97 vacas en el pico de lactancia, que producían, en principio, 41 litros de leche al día, y 69 vacas en el final de la lactancia, entre los 190 y 250 días en leche.

Pico de la lactancia:
  • Dieta baja en proteínas: 31% de fibra detergente neutro, 32% de almidón y 14% de proteína bruta.
  • Dieta rica en proteínas: 29% de fibra detergente neutro, 30% de almidón y 18% de proteína bruta.

Ambas dietas contenían al menos un 9,8% de proteína degradable en el rumen sobre una base de materia seca.

Final de la lactación:
  • Dieta baja en proteínas: 40% de fibra detergente neutro, 26% de almidón y 13% de proteína bruta.
  • Dieta rica en proteínas: 38% de fibra detergente neutro, 24% de almidón y 16% de proteína bruta.

Ambas dietas contenían al menos un 9,0% de proteína degradable en el rumen.

El rendimiento de las vacas

En comparación con las vacas que recibieron una dieta rica en proteínas, las que siguieron una dieta baja en proteínas comieron menos, produjeron menos leche y ganaron menos peso corporal y peso corporal vacío durante el pico y el final de la lactación. En general, las vacas primíparas consumieron menos alimento y produjeron menos leche, aunque presentaron mayores concentraciones de componentes lácteos durante ambas fases de lactación.

Consecuencias de una dieta baja en proteínas sobre la digestibilidad de los nutrientes

  • Pico de la lactancia: disminución de la digestibilidad de la materia seca (62,9% frente a 65,7%), de la fibra detergente neutro (45,5% frente a 48,3%) y de la proteína bruta (60,0% frente a 66,2%).
  • Final de la lactancia: disminución de la digestibilidad de la materia seca (67,8% frente a 69,8%), de la fibra detergente neutro (55,8% frente a 57,6%) y de la proteína bruta (65,7% frente a 72,9%).

Análisis económico

Al analizar económicamente las estrategias de alimentación se hace hincapié en el importante papel que desempeña el hecho de tener en cuenta los cambios de peso corporal. Una pérdida de peso puede dar lugar a pérdidas económicas que no se tienen en cuenta, como indican los cambios en el valor de la ganancia o pérdida de peso corporal en relación con los ingresos totales obtenidos. Es esencial medir con precisión el peso corporal y ajustar el consumo de proteínas para que los ganaderos lecheros puedan optimizar la producción de leche y la rentabilidad. Los resultados de este estudio demuestran que los cambios en el peso pueden detectarse incluso a corto plazo y que influyen significativamente en la producción de leche y en los ingresos económicos. Si bien no resulta práctico pesar frecuentemente a las vacas de forma manual, sería muy beneficioso realizar mediciones precisas del peso corporal mediante sistemas de cámaras 3D, ya que garantizarían una recogida de datos coherente y sin estrés para los animales. Este enfoque mejoraría la gestión nutricional, la salud del rebaño, el bienestar de las vacas y los resultados económicos de los ganaderos.

Consecuencias económicas de la reducción de proteínas en la dieta

En este estudio, reducir la proteína de la dieta del 16% al 13% en las vacas de lactación tuvo consecuencias económicas significativas. Esta reducción provocó unas pérdidas diarias de 2,4 Mcal de energía en leche, 2,5 Mcal de energía en grasa corporal, 118 gramos de proteína en leche y 20 gramos de proteína en grasa corporal, lo que se tradujo en una disminución de 1 euro en los ingresos lácteos y de 0,50€ en el valor de rescate corporal. Estos datos indican que, cuando se alimentó a las vacas al final de la lactancia con una dieta baja en proteínas, la pérdida de tejido corporal supuso el 51% de la pérdida estimada de energía, el 14% de la pérdida estimada de proteína y el 25% de la pérdida de ingresos brutos, en comparación a cuando se les alimento con una dieta alta en proteínas. Aunque el coste de la alimentación disminuyó en 0,84€ por vaca, al reducirse el consumo de materia seca y al disminuir el contenido proteico, el impacto económico global fue negativo. Las pérdidas económicas, derivadas de una menor producción de leche (25 litros al día frente a 22 litros al día), superaron el ahorro en los costes de alimentación. En consecuencia, la dieta baja en proteínas generó una pérdida económica neta, lo que subraya la importancia de mantener unos niveles de proteína adecuados para mantener tanto la producción como la rentabilidad de las vacas que se encuentran al final de la lactancia.

Uso práctico en las explotaciones

Para este estudio, fue crucial obtener el peso exacto de las vacas para controlar la puntuación de la condición corporal (CC) y su salud general, así como para calcular parámetros como el consumo residual de alimento (CRA) y evaluar la eficiencia alimentaria. Además, sirvió para evaluar el uso de los nutrientes y la respuesta fisiológica a los distintos niveles de proteína, lo que proporcionó datos imprescindibles para el análisis económico de la producción de leche, los costes de alimentación y la rentabilidad. Si bien es poco práctico realizar pesajes semanales en las explotaciones lecheras comerciales, la implantación de pesajes diarios mediante sistemas de cámaras 3D, como sugiere el estudio, podría ser muy beneficiosa. Esto permitiría monitorizar en tiempo real los cambios de peso corporal, algo crucial para optimizar las estrategias de gestión de la alimentación y mantener la producción y la rentabilidad de las explotaciones lecheras. Un control diario preciso puede detectar cambios tempranos en la CC y la salud, lo que garantiza una evaluación exacta de la eficiencia alimentaria y el impacto económico producido por los cambios en la dieta sin estresar a los animales, mejorando así la salud del rebaño y la rentabilidad de la explotación.

La respuesta negativa a la reducción de proteína en la dieta, tanto en el pico de la lactancia como al final de esta, pone de relieve la importancia de los cambios en el peso corporal a la hora de evaluar el impacto de la proteína en la dieta. Según los resultados de este estudio, los cambios en el peso se pudieron detectar a lo largo de un periodo de cuatro semanas, lo que demuestra que la movilización o el aumento de la proteína en el organismo influye significativamente en la producción de leche, especialmente con dietas bajas en proteína. Mediante la integración de un control exhaustivo del peso corporal y unos cambios nutricionales concretos, los ganaderos lecheros pueden mejorar eficazmente la producción de leche, optimizar la eficiencia alimentaria y maximizar la rentabilidad.

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