Álvaro García
En el sector agropecuario, se han producido importantes avances tecnológicos que han contribuido a mejorar la producción de alimentos. Tanto los ganaderos como los agricultores ahora cuentan con herramientas que les ayudan a tomar mejores decisiones sobre sus cultivos y animales. En el sector ganadero, existe una modalidad en constante expansión llamada ganadería de precisión, que utiliza sensores y cámaras para hacer un seguimiento individual de los animales. De este modo, se detecta cualquier comportamiento anormal, lo que puede alertar sobre la presencia de enfermedades, trastornos nutricionales o problemas metabólicos. Además, se están utilizando estas técnicas para hacer frente a la escasez de mano de obra, uno de los principales problemas a los que se enfrenta el sector. El uso de maquinaria y herramientas inteligentes facilita las tareas; por ejemplo, actualmente, algunos ganaderos disponen de robots que ordeñan a las vacas automáticamente. De este modo, los ganaderos tienen menos trabajo y disponen de más tiempo para dedicarse a otros aspectos importantes de su negocio.
Sin embargo, todavía siguen surgiendo problemas a los que hay que hacer frente, sobre todo en el sector del vacuno de carne. Los cebaderos conllevan mucho trabajo y los empleados trabajan jornadas muy largas, ya que algunas tareas como el manejo del alimento son cruciales. En la actualidad, gran parte de esta gestión depende de que los empleados verifiquen visualmente las cantidades de alimento, un cálculo que no siempre termina siendo preciso. Cada trabajador tiene un proceso diferente a la hora de realizar las verificaciones, lo que da lugar a errores y a que se desperdicie comida. Para resolver este problema, se necesita mejorar los sistemas tecnológicos para que sean más precisos y requieran menos mano de obra. De esta forma, los ganaderos podrían saber exactamente la cantidad de alimento que necesita el ganado, lo que reduciría el desperdicio y facilitaría las cosas. La tecnología de detección de profundidad puede ser la solución perfecta para hacer frente a estos problemas.
Existen diferentes tipos de tecnología de detección de profundidad:
- Una cámara de tiempo de vuelo o TOF (del inglés time-of-flight): emite un haz de luz y mide cuánto tarda en rebotar (los móviles y los robots utilizan esta técnica para detectar objetos).
- Visión en estéreo: dos lentes enfocan un objeto y calculan dónde se encuentra en el espacio, del mismo modo que lo hacen nuestros ojos para calcular la profundidad.
- Luz estructurada: se proyecta un patrón de luz sobre un objeto, la cámara lo examina y calcula la distancia que hay entre las distintas partes del objeto.
- LiDAR (en inglés light detection and ranging): proyecta un láser y calcula la distancia que éste recorre tanto de ida como de vuelta.
- Cámara plenóptica (o cámara de campo de luz): capta información sobre el campo de luz que rodea desde todas las direcciones a un objeto. Es complicado conseguir una imagen precisa, pero se está trabajando en ello.
Los sensores de profundidad permiten que las cámaras midan la distancia a la que se encuentran los objetos. Los investigadores han estado analizando cómo funcionan distintas cámaras en diferentes situaciones para ver cuáles son las más precisas: algunas utilizan objetivos o sensores especiales para medir la distancia, y cada una tiene sus puntos fuertes y sus limitaciones.
Según un estudio, las cámaras que utilizaban lentes de tiempo de vuelo podían medir perfectamente objetos pequeños, pero en exteriores no funcionaban bien. En otro estudio, se comparó una cámara Kinect con un escáner láser de alta calidad y se comprobó que sus niveles de precisión eran bastante parecidos. Otro estudio comparó la precisión de una cámara de profundidad con la de un escáner láser para detectar pequeños movimientos en las estructuras. En general, el escáner láser fue un poco más preciso, sobre todo si se tenía en cuenta la forma completa de una estructura. También existe una cámara de mayor resolución que puede medir la profundidad de forma más precisa y resulta útil para detectar cualquier movimiento o crear modelos tridimensionales del entorno. Este tipo de cámaras es cada vez más popular, sobre todo en sectores como el ganadero, ya que ayudan a rastrear animales o a hacer mediciones detalladas. Para que funcionen correctamente, deben situarse siempre a una distancia prudente de lo que miden, lo que reduce los errores y aumenta la precisión.
Un equipo de investigadores está utilizando sofisticadas técnicas informáticas para ayudar a los ganaderos a cuidar mejor de sus animales. Con estas herramientas se puede controlar cuánto come cada animal, manejar el estiércol e incluso hacer un seguimiento de su salud. Pero para eso se necesitan numerosos datos, como la cantidad de comida o agua que consume cada animal e información detallada sobre su salud a lo largo del tiempo. Algunos estudios han utilizado cámaras especiales y sistemas de aprendizaje automático para predecir la cantidad de comida que consume cada vaca y, al ser capaces de predecirlo con exactitud, ayudan a controlar las dietas.
En el caso de los cerdos, es fundamental conocer su peso para criarlos y asegurarse de que están sanos y listos para su comercialización. Normalmente, para conocer su peso, se necesitan básculas muy caras y la experiencia necesaria para clasificarlos adecuadamente. Pero con las cámaras de alta tecnología es más fácil hacer un seguimiento de su salud y de sus necesidades sin que los animales o los ganaderos se estresen.
Se está observando una expansión en las granjas debido al aumento de la demanda de productos animales de calidad. Pero eso también significa que hacen falta más trabajadores, sobre todo en las granjas más pequeñas situadas en zonas rurales. Manejar mil vacas es un trabajo a tiempo completo que requiere un equipo de 8 a 10 personas que trabajen jornadas muy largas.
Cada vez hay más granjas que cuentan con sensores y dispositivos inteligentes para controlar a los animales de forma automática. Ya hemos podido ver cómo tanto los drones como los sistemas de riego automáticos han influido positivamente en la agricultura. Sin embargo, en la ganadería es más complicado, ya que los animales se mueven y tienen comportamientos y necesidades diferentes. Para que estas nuevas herramientas funcionen bien en animales, los investigadores están tratando de encontrar la forma correcta de recopilar y utilizar diferentes tipos de datos, como puede ser el estado de salud de un animal o lo que están haciendo en un momento concreto. Para ello, se utilizan sistemas de visión artificial que miden la temperatura o sensores que registran el comportamiento o el estado de salud actual de un animal y su evolución.
Actualmente, la agricultura está atravesando una época de cambios, los cuales están fomentados por el auge de la tecnología. Todas las mejoras que se han experimentado en la producción de alimentos se deben principalmente a la innovación, y la ganadería de precisión es un buen ejemplo de ello, ya que incorpora sensores y cámaras que actúan como vigilantes del ganado y realizan un seguimiento meticuloso de cada animal. Estos sistemas no se limitan solo a controlar a los animales, sino que también aportan información inmediata sobre cualquier anomalía que pudiera indicar problemas de salud, ayudan a prevenir enfermedades y garantizan el bienestar óptimo de los animales. Por otro lado, controlan la calidad del aire y los parámetros metabólicos, y han supuesto una revolución a la hora de organizar el trabajo, gracias al ordeño automático y a otras herramientas inteligentes que permiten que los ganaderos puedan dedicar más tiempo a otras tareas esenciales.
La tecnología de detección de profundidad es fundamental para la investigación que se está llevando a cabo para encontrar técnicas de producción ganadera más precisas y menos laboriosas. Su amplia gama de usos, que van desde el tiempo de vuelo hasta el LiDAR, se pueden utilizar para medir la distancia entre precisión y eficacia. Los investigadores se esfuerzan por analizar estas tecnologías, profundizando en sus puntos fuertes y sus limitaciones y asegurándose de que se comprendan y se apliquen de forma óptima. La incorporación de cámaras de alta tecnología para cuidar de los animales supone el comienzo de una nueva etapa, ya que permite un control preciso del consumo de alimento, de los desechos y de la salud. Estos avances permiten predecir con exactitud el consumo de alimento del ganado y estimar el peso de los cerdos sin la necesidad de utilizar básculas incómodas o caras. Sin embargo, aunque estos avances tecnológicos son importantes, también plantean algunos retos, como las limitaciones de costos o las imprecisiones puntuales, que impiden que su implantación se generalice.
Sabiendo que el sector agropecuario se encuentra en constante evolución, es necesario que los investigadores, las empresas de tecnología y los ganaderos y agricultores colaboren entre sí, con el objetivo de perfeccionar estas técnicas mediante la sinergia de sus conocimientos y experiencia, garantizando su asequibilidad, fiabilidad y eficacia. Mediante la integración de la tecnología en el sector y esta iniciativa colectiva, se augura un futuro más sostenible para la producción ganadera.
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