Álvaro García
El periodo de transición hacia la lactación es una fase crítica para la salud, la productividad y la rentabilidad de las vacas lecheras. Durante este periodo aparecen la mayoría de las enfermedades infecciosas y los trastornos metabólicos, y sólo el 56% de las vacas conserva la buena salud a los 60 días posparto. Estos trastornos no sólo causan reducciones temporales en la producción de leche, sino que también afectan al rendimiento global de la lactación, contribuyendo a una tasa de sacrificio aproximada del 25% en los dos primeros meses tras el parto. Uno de los principales desencadenantes de estos problemas de salud es el balance negativo de nutrientes, provocado por la disminución del consumo de alimento y el aumento de la demanda de nutrientes durante el desarrollo fetal y la lactogénesis. Este desequilibrio conduce a una disminución de los niveles de minerales, aminoácidos y glucosa en sangre, lo que provoca la movilización de la grasa corporal a través de los ácidos grasos no esterificados (NEFA) y la acumulación del ácido betahidroxibutírico, un compuesto derivado de la oxidación incompleta de los NEFA. Todos estos cambios metabólicos están asociados a la inmunosupresión y al incremento de la susceptibilidad a las enfermedades tras el parto.
La importancia de la puntuación de la condición corporal (CC) antes del parto
Es importante comprender por qué algunas vacas sufren una reducción drástica del consumo de alimento durante el periodo de transición. Algunos estudios han relacionado la presencia de una CC superior a 3,75 antes del parto con una disminución más pronunciada del consumo de materia seca (CMS). La presencia de una CC elevada en el momento del secado se asocia a trastornos reproductivos como distocias, retención de membranas fetales, metritis y endometritis. Por otro lado, se ha asociado la pérdida de CC durante el periodo seco con una mayor incidencia de problemas uterinos y trastornos digestivos, una reducción de la producción de leche y una disminución de las tasas de preñez tras la inseminación artificial. Pero a pesar de estos datos, todavía no está claro cuál es la CC ideal que debe tener la vaca antes del parto para que su CMS pre y postparto y su producción de leche postparto sean óptimas, ni tampoco cuál es la relación entre la CC preparto y el balance energético (BE) antes y después de este.
Resultados de las últimas investigaciones
En un estudio realizado en la Universidad de Florida (Casaro et al., 2024) en el que participaron 402 vacas Holstein multíparas, se analizó la relación entre la puntuación de la condición corporal 21 días antes del parto y varios parámetros, como el CMS antes y después del parto, el CMS como porcentaje del peso corporal, la BE y la producción de leche.
Conclusiones más importantes
- Cuanto mayor era la puntuación de la condición corporal 21 días antes del parto, menor era el CMS y el BE, tanto antes como después del parto, lo que sugiere que las vacas con sobrepeso pueden experimentar una reducción del apetito a causa de una menor capacidad del rumen o de señales hormonales como la leptina.
- A medida que la CC aumentaba de 2,5 a 3,5, el rendimiento lácteo se incrementaba, pero, a su vez, disminuía cuando la CC superaba los 3,5 puntos. Las vacas con una CC comprendida entre los 3,25 y los 3,75 preparto tendieron a maximizar su producción de leche.
- En el caso de las vacas con sobrepeso, el consumo de materia seca antes y después del parto fue sistemáticamente inferior y el BE fue negativo, lo que podría deberse a una inflamación desencadenada por la movilización excesiva de lípidos.
- Aunque las vacas más delgadas mostraban un CMS y un BE elevados antes del parto, su producción de leche tendía a ser menor, debido probablemente a la insuficiencia de reservas para hacer frente a la lactación y a sus propias necesidades metabólicas.
- Parece que lo mejor es mantener una CC moderada de entre 3,25 y 3,75 antes del parto, a fin de garantizar unos resultados favorables en la lactación.
Casos reales
La vaca 1028 comenzó el periodo de lactación hace 98 días, con una puntuación de condición corporal (CC) de 4,4, que la clasifica como vaca con sobrepeso. En un principio, alcanzó el pico de producción de leche previsto, pero a los 70 días de lactación, su producción de leche se volvió errática, fluctuando, cada dos días, entre los 13 y 32 litros al día.
La irregularidad de la producción, unida a la ganancia de condición a partir del día 20, a pesar de contar con unos niveles de leche estables, sugieren que existe un desequilibrio entre el consumo y el uso de energía. Tener una CC elevada tras el parto y seguir engordando podría desembocar en trastornos metabólicos como la cetosis o el hígado graso. Su rendimiento irregular también puede indicar que hay otros problemas de salud que afectan a la productividad. Para tratarla eficazmente, es necesario ajustar su dieta para reducir la densidad energética, vigilar la aparición de trastornos metabólicos y mantener un entorno de poco estrés junto con la supervisión de un veterinario para optimizar su salud y productividad.
La vaca 895 lleva actualmente 177 días en leche y se clasifica como vaca de condición moderada. Comenzó el periodo de lactación con una CC de 3,6, y bajó a 3,2 a los 10 días. A continuación, se estabilizó en torno a 3,3, con descensos ocasionales debido a la cojera en torno a los 100 y 120 días en leche. A pesar de todo, superó sistemáticamente las expectativas de producción y mantuvo una CC equilibrada. Esto sugiere que consiguió compensar eficazmente su consumo de energía y su producción, a pesar de sufrir problemas de salud como la cojera. Según Hut et al., el aumento de la CC de 2,5 a 3,5 predijo un aumento de 6 litros en la producción diaria de leche, mientras que el aumento de 3,5 a 4,5 pronosticó una disminución de 5 litros. Del mismo modo, el aumento de la CC de 2,5 a 3,5 se relacionó con un aumento de 146 litros en el rendimiento lácteo total, mientras que el aumento de 3,5 a 4,5 predijo una disminución de 115 litros.
La vaca 896 es otra vaca multípara clasificada como «delgada» según los criterios del estudio realizado en Florida en el 2024. Parió con una CC de 3,2 y durante el primer mes de lactación, no perdió mucha condición, lo cual es típico de las vacas delgadas, ya que tienen menos grasa corporal que movilizar. Sin embargo, a partir de ese momento, empezó a perder peso, bajando a una CC de 2,6 en el día 48, y después se mantuvo en torno a esa cifra. Alcanzó su pico de producción de leche a los 30 días post-parto, pero su curva de producción ha sido muy errática, caracterizada por «picos y valles» significativos.
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