Álvaro García
La preocupación actual por la producción de gases de efecto invernadero producida por los rumiantes incita a los investigadores a buscar diferentes estrategias de alimentación. El metano de origen entérico se ha considerado un contribuyente significativo a este problema. La composición de los carbohidratos de la dieta influye en el patrón de fermentación ruminal y la producción de metano. El almidón y los azúcares son fácilmente fermentables en el rumen, pero producen diferentes perfiles de ácidos grasos volátiles y, en consecuencia, diferentes niveles de metano.
En la producción moderna de vacas lecheras, el almidón y la fibra son los principales nutrientes de la dieta. Es lógico entonces intentar concentrarse en ellos para tener un efecto significativo en la reducción de metano. Cada vez que se produce más hidrógeno durante la fermentación ruminal (principalmente fibra), más metano será producido. Sin embargo, no hay mucha información sobre los efectos de reemplazar el almidón con azúcares. Se sabe que una reducción en el pH del rumen favorece la producción de propiónico. Estos cambios conducen a la inhibición de las bacterias que degradan la fibra y a la metanogénesis, aumentan el propiónico y como resultado, reduce la producción de metano.
Un experimento reciente (Børsting et al., 2020) analizó las emisiones de metano y su relación con dos diferentes suplementos de carbohidratos. La base del forraje fue ensilaje mezcla trébol-hierba de primer corte con una baja proporción de trébol (<10% de materia seca; MS). Las dietas se complementaron con hojuelas de trigo o melaza de remolacha que constituían el 35% de la MS en ambas dietas. Otros ingredientes utilizados fueron harina de soja, minerales y suplementos vitamínicos.
La ingesta de MS fue menor para el trigo (16.6 kg) en comparación con la dieta de melaza (17.9 kg). La digestibilidad de la materia orgánica no se vio afectada por la dieta en ninguna parte del tracto digestivo y la digestibilidad del tracto total de la materia orgánica fue en promedio 75.8%. La ingesta de almidón fue mayor en la dieta de trigo (3.77 kg) en comparación con la dieta de melaza (0.26 kg). La digestibilidad ruminal del almidón en la dieta de la melaza fue menor (32.3%) en comparación con la dieta del trigo (87.8%). Como se esperaba, la ingesta de azúcar fue mayor en la dieta de melaza (4.33 kg) en comparación con la dieta de trigo (0.57 kg). La digestibilidad total total de la fibra fue inferior en la dieta de trigo (64.6%) que en la dieta de melaza (67.9%). La digestibilidad de la proteína en el intestino delgado fue mayor en el trigo (73.8%) que en la dieta de melaza (65.0%).
La concentración total de ácidos grasos volátiles y las proporciones de acético y propiónico no se vieron afectadas por los tratamientos. Tampoco hubo efectos de la dieta sobre la síntesis total de las proteínas microbianas y su eficiencia.
Sustituir el trigo con melaza aumentó la producción de metano de 547 en la dieta de trigo a 671 litros/día en la dieta de melaza. La dieta de trigo condujo a una mayor producción de leche (22.2 vs. 19.3 kg/d) y leche corregida por energía (23.7 vs. 22.1 kg/d) en comparación con la dieta de melaza. Por el contrario, la concentración de grasa (4.81 vs. 4.44%) y proteína (4.15 vs. 3.99%) fue mayor en la dieta con melaza que en la dieta con trigo. El contenido en lactosa fue significativamente menor en la dieta de melaza que en la dieta de trigo (4.61 vs. 4.70%).
Este experimento llevó a dos conclusiones importantes. Primero, que la suplementación con trigo en vacas lecheras en lactación dio lugar a una mayor producción de leche que la melaza. En segundo lugar, el aumento de la relación azúcar:almidón mediante el uso de melaza como suplemento aumentó la producción de metano por kilogramo de MS ingerido.
Referencia
Børsting, C.F., Brask, M., Hellwing, A.L.F., Weisbjerg, M.R., Lund, P. 2020. Enteric methane emission and digestion in dairy cows fed wheat or molasses. Journal of Dairy Science: 103(2): 1448-1462.
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