Lucas Pantaleón
Mycoplasma bovis (M. bovis) es un patógeno con distribución global que tiene un impacto económico negativo debido a su capacidad para causar mastitis, artritis y neumonía en vacas adultas. La leche infectada puede ser una fuente de infección para los terneros jóvenes y las manifestaciones clínicas de la enfermedad son otitis media, neumonía y artritis. Otras fuentes de infección son el contacto directo, los trabajadores del ganado y los fómites.
Las novillas de reemplazo que están expuestas a M. bovis cuando acaban de nacer podrían correr el riesgo de desarrollar la enfermedad y transmitir el patógeno a los animales susceptibles del rebaño. Sin embargo, hay una falta de información en la literatura sobre estos riesgos y la duración de la diseminación del patógeno desde los terneros infectados a medida que maduran.
Es importante comprender la prevalencia de M. bovis en novillas de reemplazo expuestas a largo plazo para evaluar el riesgo de la compra de novillas de reemplazo a cualquier edad.
Para desarrollar protocolos de muestreo para la compra de novillas de reemplazo, es clave comprender la prevalencia de este patógeno en diferentes lugares anatómicos. Las pruebas serológicas también podrían ser una herramienta de diagnóstico adicional para identificar portadores de M. bovis o novillas de alto riesgo, aunque la literatura sugiere que la respuesta de anticuerpos es de corta duración.
Un grupo de investigadores (Hazelton et al., 2020) diseñó un estudio longitudinal de dos años con 450 terneras predestetadas de 8 hatos. Dentro de cada uno de ellos se aplicaron las mismas prácticas de manejo a todas las terneras hasta el destete. Siete de los rebaños estaban infectados con la enfermedad clínica y uno estaba libre de M. bovis. Después del destete, los rebaños de las terneras del estudio se mezclaron y se juntaron con terneras que no eran del estudio, pero pertenecían al mismo propietario, en una sola área de cría.
Se obtuvieron muestras con hisopos para cultivo de las fosas nasales, conjuntiva y vagina al destete, antes de criar, antes del parto y un mes después del parto. Se recogió sangre para las pruebas serológicas de Mycoplasma spp. vía ELISA. Además, al parir se obtuvo una muestra de calostro y un mes después del parto se tomó una muestra de leche, muestras que se utilizaron para realizar un cultivo de Mycoplasma spp.
Seroprevalencia de Mycoplasma bovis en novillas lecheras
En este estudio se encontró que la seroprevalencia de M. bovis para las novillas clínicamente afectadas fue alta (72%); curiosamente el cultivo de M. bovis solo arrojó resultados positivos en el 4% de las mismas novillas. El mayor número de resultados positivos (74%) se obtuvo de las muestras de la cavidad nasal, lo que indica que este fue el sitio de colonización predominante para M. bovis.
Solo una novilla del rebaño infectado dio positivo para el cultivo de las fosas nasales en diferentes momentos. Por lo tanto, esto indica que, aunque es raro, es posible que exista un estado de portador de M. bovis a largo plazo en novillas de reemplazo.
Como era de esperar, la seroprevalencia de M. bovis en el hato no infectado fue baja (2%) y los resultados del cultivo fueron todos negativos. Además, desde el destete hasta el final del periodo de estudio, no se detectó enfermedad clínica en ninguna novilla.
¿Cuál es el riesgo de colonización del patógeno en las novillas de reemplazo?
Los resultados de este estudio revelaron que para cada novilla de reemplazo de hatos con enfermedad clínica generada por M. bovis en el grupo de ordeño y expuesta a M. bovis antes del destete, el riesgo de colonización después de su primer parto es bajo pero no nulo. Si lo que se quiere es ampliar el rebaño, la compra de 50 o más novillas de reemplazo de hatos con enfermedad clínica generada por M. bovis en el grupo de ordeño en el momento en el que las novillas eran recién nacidas, presentó un riesgo no trivial de introducir el patógeno en el hato. Una medida preventiva importante es conocer el estado de M. bovis en el rebaño de origen antes de comprar reemplazos.
El diseño de protocolos de bioseguridad adecuados para prevenir la introducción de este patógeno al comprar novillas de reemplazo puede ser todo un reto. La detección de la colonización nasal por M. bovis en una sola novilla en el destete, antes de la cría y después del parto es importante si se va a instaurar un plan de erradicación a nivel de rebaño o región. Sin embargo, en este estudio, la prevalencia nasal más alta de M. bovis se registró al destete y después fue muy baja.
¿Cuándo utilizar el kit ELISA en las novillas?
Los resultados serológicos de este estudio sugieren que si se usara ELISA para detectar grupos de novillas de reemplazo que han estado expuestas a M. bovis cuando eran muy jóvenes, la prueba sería más sensible a nivel de grupo si las novillas se analizaran en el destete.
Debido a la baja seroprevalencia en el preparto, los autores no recomiendan el uso del kit ELISA como herramienta para la evaluación previa a la compra de grupos de novillas de reemplazo de preparto para evidenciar su exposición a M. bovis cuando eran muy jóvenes.
Otras pruebas ELISA más actualizadas con mayor sensibilidad y especificidad podrían ser más valiosas. Este estudio mostró que, en ausencia de reexposición, los anticuerpos de la mayoría de las novillas seropositivas al destete no persisten más allá de los 9 meses.
Conclusión
Los resultados de este estudio sugieren que es difícil determinar con precisión el historial de exposición a M. bovis del rebaño de origen de las novillas de reemplazo utilizando hisopos nasales, conjuntivales y vaginales para el cultivo de Mycoplasma y el kit ELISA utilizado para evaluar la seroprevalencia en el estudio actual. Además, es importante tener en cuenta que otros Mycoplasma spp. pueden colonizar el mismo lugar anatómico analizado en este estudio, complicando aún más el diagnóstico.
Referencia
Hazelton, Mark & Morton, John & Parker, Alysia & Bosward, Katrina & Sheehy, Paul & Dwyer, C.J. & Niven, P.G. & House, John. (2020). Mycoplasma bovis and other Mollicutes in replacement dairy heifers from Mycoplasma bovis-infected and uninfected herds: A 2-year longitudinal study. Journal of Dairy Science. 113. 10.3168/jds.2020-18921.
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