Maria Villagrasa & Fernando Diaz
El rendimiento de los animales de producción depende en gran parte de la digestibilidad de los nutrientes contenidos en los alimentos, y del grado en que estos nutrientes pueden ser absorbidos y utilizados posteriormente. Por este motivo, en los últimos años, las enzimas se han establecido como un aditivo estándar en la industria de la alimentación animal.
El uso de las enzimas en la alimentación de los animales permite la mejor utilización de los constituyentes del alimento y el uso de ingredientes de menor calidad. Esto se traduce en menos gasto en la compra de alimentos y una mejora de los indicadores productivos y de salud de los animales.
La mayoría de las enzimas utilizadas en la alimentación y el procesamiento de alimentos son de origen microbiano. Estas proteínas se producen, generalmente, a partir de bacterias (Bacillus), hongos (Aspergillus oryzae y A. niger) y levaduras.
Las especies del hongo Aspergillus producen una amplia variedad de enzimas polisacaridasas (celulasas, hemicelulasas) que podrían influir en la degradación de la pared celular vegetal. Igualmente, es posible que el alto contenido de enzimas fibrolíticas de A. oryzae favorezca la degradación de las fibras en el rumen. No obstante, recientes estudios sobre este hongo han mostrado resultados inconsistentes.
Una investigación (Sucu E. et al., 2019) tuvo como objetivo determinar los efectos de alimentar con una dosis alta de Aspergillus oryzae a las vacas lecheras en transición sobre el rendimiento productivo y la salud.
Un total de 33 vacas Holstein (22 multíparas y 11 primíparas) se distribuyeron en dos grupos para recibir un tratamiento dietético desde 21 días antes de la fecha prevista del parto hasta 60 días en leche. Un grupo recibió dietas control pre- y posparto que basadas principalmente en heno de alfalfa y maíz laminado al vapor y el otro la dieta de control junto con 15 g/d de A. oryzae.
La suplementación con A. oryzae incrementó la producción total de leche
No hubo ningún efecto general del tratamiento en el consumo de materia seca (MS) antes del parto (18.3 kg/d) o después (39.7 kg/d) y esto fue independiente del número de partos de las vacas.
La pérdida máxima de peso corporal (51.9 kg) no difirió entre los tratamientos, pero la semana del menor peso corporal tendió a reducirse en los animales alimentados con A. oryzae en comparación con los control (5.0 vs 6.2 semana).
La suplementación con A. oryzae durante el periodo de transición incrementó la producción total de leche (37.7 vs 34.6 kg/d). La máxima producción se logró antes en las vacas suplementadas con A. oryzae (3 vs 5-6 semanas) y esto produjo un diferencial de leche diario de más de 4.5 kg durante las semanas 3 y 4 de la lactación.
No hubo efectos generales del tratamiento sobre la composición de la leche, aunque se encontró una tendencia débil a que el contenido de grasa y lactosa de la leche aumentara y disminuyese, respectivamente, en los animales suplementados con A. oryzae. En un experimento similar en el que también se utilizaba A. oryzae pero la dieta consistía en ensilado de maíz y maíz aplastado, los autores encontraron que la producción de leche disminuía, pero la grasa láctea aumentaba.
Además, el tratamiento no influyó en las concentraciones de glucosa plasmática (66.05 mg/dl), y los niveles plasmáticos de ácidos grasos no esterificados tendieron a reducirse por la suplementación con A. oryzae. La mejora más grande se produjo en las semanas 1 y 2, de modo que los animales alimentados con A. oryzae mostraron una reducción del 19% y del 17% en las concentraciones de ácidos grasos no esterificados, respectivamente.
El ganado lechero es propenso a sufrir trastornos metabólicos durante el periodo de transición, lo que reduce su eficiencia productiva. Sin embargo, no se observaron diferencias entre los tratamientos sobre la salud de las vacas o su rendimiento reproductivo.
Los resultados indican que la adición de A. oryzae mejoró la producción de leche durante el periodo de transición.
La concentración plasmática de ácidos grasos no esterificados disminuyó en respuesta a la suplementación con A. oryzae durante el periodo posparto lo que sugiere que la alimentación con A. oryzae puede minimizar la duración del balance energético negativo al inicio de la lactación.
A la luz de estos resultados los autores sugieren que la efectividad de A. oryzae es variable, es decir, que si bien tiene el potencial de mejorar aspectos de la eficiencia en la producción de leche, el porcentaje y los tipos de forraje utilizados pueden influir en la respuesta.
Referencia
Ekin Sucu, Chel Moore, Matthew J. VanBaale, Howard Jensen, Maria V. Sanz-Fernandez, and Lance H. Baumgard. Effects of feeding Aspergillus oryzae fermentation product to transition Holstein cows on performance and health. Can. J. Anim. Sci. 99: 237–243 (2019)
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