Álvaro García
El destino del nitrógeno (N) ingerido por las vacas lecheras es aproximadamente el 34% a la síntesis de proteínas lácteas, el 34% se elimina en la orina, el 27% en las heces y solo el 5% se retiene para ser utilizado en otros procesos corporales. Estas cifras muestran que cerca del 60% de la ingesta de nitrógeno termina siendo una carga medio ambiental.
No solo el nitrógeno está ligado a la orina y las heces, sino que también produce pérdidas de N gaseoso a través del óxido nitroso, un gas de efecto invernadero casi 300 veces más potente que el dióxido de carbono. La producción del gas amoniaco también es preocupante, ya que es peligrosa tanto para los humanos como para el ganado. Como resultado, mejorar la distribución del N tendrá un efecto positivo en la carga ambiental asociada con la producción ganadera, así como en la calidad del aire.
¿Qué efecto tiene añadir taninos al forraje antes de ensilarlo sobre metabolismo del nitrógeno en las vacas?
Los taninos de roble aplicados al forraje antes de ensilarlo mejoran la eficiencia proteica en las vacas disminuyendo la carga ambiental de N. La investigación ha demostrado que añadir taninos a los forrajes antes de ensilarlos puede contribuir a una reducción en la producción de amoníaco. Los taninos también se han utilizado para proteger la proteína fermentable de la degradación en rumen que posteriomente se digiere una vez que se libera del complejo de taninos cuando alcanza el pH más ácido del abomaso. Este último efecto produce menos N úrico en plasma, menos N úrico en la leche y una menor excreción de N en la orina.
Un experimento reciente en Bélgica (Herremans et al., 2020) evaluó los efectos de un extracto de taninos de roble sobre la preservación del ensilaje y la distribución de N en la alimentación de vacas lecheras. El forraje evaluado fue una mezcla de pasto dáctilo de tercer corte (Dactylis glomerata), trébol blanco (Trifolium repens) y trébol rojo (Trifolium pratense). El forraje se empacó con una empacadora de pacas cuadradas convencional equipada con un rociador frontal. Los tratamientos fueron los siguientes:
- La mitad de las hileras fueron rociadas solo con agua (control)
- La mitad se roció con un extracto de tanino solubilizado en agua (468 ± 6 g/kg de MS de taninos totales, con 5.4 g/kg de MS de taninos condensados)
Las vacas Holstein lactantes fueron asignadas a un experimento cruzado con dos tratamientos y dos períodos. Las dietas contenían 50% de ensilaje y fueron formuladas para satisfacer con el 100% de los requerimientos de energía, pero solo el 92% de la proteína verdadera digestible. Esto se hizo para corroborar si la producción de leche aumentaría una vez que los taninos suministraran más proteínas digestibles en el intestino delgado.
Como investigaciones anteriores han demostrado que los taninos aplicados al forraje antes del ensilaje tienden a disminuir la proteólisis y como resultado la concentración de amoníaco en el ensilaje. En este experimento, las vacas que recibieron el ensilaje tratado no usaron el N de la dieta para producir leche de manera más eficiente en comparación con los controles. Sin embargo, los perfiles de los ácidos grasos de la leche y el rumen se vieron afectados por el tratamiento con taninos sobre el forraje, lo que sugiere una modificación en las poblaciones microbianas del rumen.
Más nitrógeno en las heces y menos en la orina
Aunque no hubo efectos del forraje tratado con taninos en la producción de leche, hubo una ligera reducción en la digestibilidad aparente del N que resultó en una producción de N fecal ligeramente mayor (5%). Sin embargo, hubo una disminución en el N de la orina (−8% de la ingesta de N en comparación con la dieta control control) que compensó el aumento del N fecal. Este cambio del N de orina a heces reduce las emisiones de gaseosas de N, por lo tanto, el impacto es positivo en la calidad del aire. Estos resultados sugieren que esta estrategia puede usarse para reducir la carga ambiental de N de la producción ganadera.
Referencia
Herremans, S., Decruyenaere, V., Cantalapiedra-Hijar, G., Beckers, Y., Froidmont, E. 2020. Effects of hydrolysable tannin-treated grass silage on milk yield and composition, nitrogen partitioning and nitrogen isotopic discrimination in lactating dairy cows. Animal. 1-9.
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