Comparación de vacas lecheras con niveles altos y bajos de emisiones de metano

Joaquín Ventura García & Fernando Diaz

Aunque la agricultura realmente produce menos del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, varias referencias publicadas recientemente apuntan a la producción animal como uno de los principales sectores contaminantes. Se han realizado varios intentos para mitigar las emisiones de metano en las vacas lecheras, como son la inclusión en las dietas de aceites vegetales que contienen altos niveles de ácidos grasos poliinsaturados o algas marinas.

Estos métodos basados en la adición de suplementos dietéticos tienen un efecto inmediato, pero solo funcionan mientras se adicionan a la dieta. En comparación con las estrategias de alimentación, los esquemas de mejoramiento genético basados en el nivel de emisiones de metano necesitan más tiempo para tener un impacto, pero estos son acumulativos y permanentes.

Los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero son un rasgo hereditario en los rumiantes. Además, la medición de la producción de metano revela una variabilidad considerable entre animales alimentados con la misma dieta. Si estas diferencias fueran consistentes con el tiempo y con diferentes dietas, podría ser una estrategia exitosa en la cría de animales rumiantes para reducir las emisiones de metano en las vacas lecheras.

[ihc-hide-content ihc_mb_type=”show” ihc_mb_who=”3,4,5″ ihc_mb_template=”1″ ]Un estudio publicado este año en el Journal of Dairy Science investigó durante cinco meses la persistencia de las diferencias en las emisiones de metano entre vacas lecheras clasificadas como de baja o alta emisión. El experimento se llevó a cabo en Agroscope (Posieux, Suiza) con veinte vacas multíparas en lactancia de la raza Holstein Friesian. Estas vacas se mantuvieron en un establo con acceso libre a pastos durante los primeros tres meses y estabuladas durante los últimos dos meses del experimento.

Las vacas accedieron al pasto diariamente en un sistema de pastoreo rotacional de 08:00 a 14:00 y de 18:00 a 04:30 horas. Las praderas consistían principalmente en gramíneas [76 % de ryegrass inglés (Lolium perenne) y pasto azul (Poa pratensis)], con algunas leguminosas [16% de trébol blanco (Trifolium repens) y trébol rojo (Trifolium pratense)] y malezas [8% de diente de león común (Taraxacum officinale)]. Una vez que las vacas terminaron el período de pastoreo, recibieron una dieta compuesta de maíz, pasto y ensilaje de alfalfa (39,2%, 27,4% y 13,6%), heno (13,2%) y harina de soja (6,6%). Dispusieron de agua fresca, sal y una mezcla minerales y vitaminas en todo momento.

Las emisiones de metano se estimaron con un sistema GreenFeed. Este es un sistema automático que monitoriza los flujos de metano y dióxido de carbono procedentes del aliento de las vacas. Ofrece pequeñas cantidades de alimento para hacer que las vacas accedan al sistema varias veces al día y, una vez que el animal empieza a comer, un ventilador conduce el aire que rodea el hocico de la vaca hacia un colector donde se analizan las concentraciones de los gases continuamente.

Se permitió a las vacas visitar la estación de alimentación GreenFeed un máximo de 6 veces al día (1 visita / 3 horas) y se les motivó a permanecer en la cámara mediante el suministro de hasta 8 porciones de 32 g de alimento (planta de maíz entera granulada) por visita. Los autores Denninger et al. (2019) reportaron estos resultados:

  • Las 10 vacas clasificadas como de baja emisión tuvieron un 11% menos de emisiones metano que las vacas categorizadas como de alta emisión según las mediciones de GreenFeed (426 vs. 478 g/día).
  • Las vacas de baja emisión tenían un 18% menos emisiones de metano por kg de leche corregida por energía (LCE; 14,5 vs 17,8 g/kg).
  • En promedio, las vacas de baja emisión produjeron un 4% más de LCE (30,4 vs. 29,3 kg ECM/día).
  • Durante la temporada de pastoreo, las vacas de baja y alta emisión mostraron una ingesta similar de materia seca de 17 kg/día y un tiempo de rumia de 400 min/día. Sin embargo, las vacas de baja emisión pasaron menos tiempo comiendo (620 min/día) que las vacas de alta emisión (671 min/día).
  • Es interesante resaltar que la diferencias en emisiones entre las vacas con altos o bajos niveles fueron persistentes en el tiempo (5 meses) y en los dos regímenes de alimentación (pastoreo e intensivo).

Estos resultados indican que podría ser útil clasificar a las hijas de toros en pruebas de progenie basadas en emisiones de metano. Sin embargo, los investigadores creen que se necesitan más estudios con mediciones más precisas para mostrar si la precisión en la predicción de las emisiones de metano de los individuos es suficiente para ser fiable en un programa de mejoramiento genético.

Referencias

M. Denninger, F. Dohme-Meier, L. Eggerschwiler, A. Vanlierde, F. Grandl, B. Gredler, M. Kreuzer, A. Schwarm, and A. Münger. Persistence of differences between dairy cows categorized as low or high methane emitters, as estimated from milk mid-infrared spectra and measured by GreenFeed. J. Dairy Sci. 102:11751–11765.

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