Claves para obtener muestras precisas y mejorar la alimentación del ganado | Dellait

Álvaro García

Hoy en día, la calidad de los alimentos es clave para garantizar el éxito y la rentabilidad de las granjas ganaderas. Una nutrición adecuada repercute directamente en la salud de los animales, la productividad y los ingresos de la explotación. Por eso, es esencial realizar un muestreo fiable para tomar decisiones informadas sobre su gestión, lo que permite a los ganaderos ajustar las dietas con el fin de obtener el máximo rendimiento y rentabilidad de la inversión. Existen tres grupos de alimentos (ensilados, heno y alimentos compuestos) que, debido a su variabilidad, son especialmente importantes para satisfacer las necesidades alimentarias de los animales. Gracias a un muestreo preciso, es posible evaluar con exactitud su contenido nutricional, facilitando la formulación de dietas adaptadas a las necesidades específicas de los animales. A continuación, analizaremos los aspectos fundamentales del muestreo que debe realizar a estos grupos de alimentos.

Las posibles pérdidas económicas derivadas de no analizar los alimentos

Supongamos que en una granja lechera hay mil vacas lactantes, con una duración media de 150 días en leche y con una buena herencia genética, que siguen una dieta equilibrada, pero que no está corregida por los valores analíticos reales del ensilaje de maíz. El 50% de la cantidad de materia seca ingerida por las vacas proviene de ensilaje de maíz, y el ganadero asume que este forraje contiene un 9% de proteína bruta (PB). Sin embargo, al analizarlo, se comprobó que el contenido real de PB del ensilaje de maíz es del 8%. Procedamos a calcular las posibles pérdidas económicas ocasionadas por no haberlo analizado.

El «parámetro de respuesta de la leche» mide el cambio que se produce en la producción diaria de leche por cada variación del porcentaje de proteína bruta (PB) presente en los alimentos que ingiere el animal. Por ejemplo, si una vaca consume alimentos con un 1% menos de PB, esto se traduce en una reducción de 0,3 kilogramos de leche al día, por lo que el parámetro de respuesta de la leche sería de 0,3 kilogramos al día por cada 1% de variación de la proporción de PB.

Cómo se calcula:

  • Parámetro de respuesta de la leche: 0,3 kilogramos al día por 1% de variación de la proporción de PB.
  • Pérdida diaria por vaca: 0,3 kilogramos/día * 1% de variación de la proporción de PB = 0,3 kilogramos/día
  • Pérdida diaria de 1.000 vacas: 0,3 kilogramos/día * 1.000 vacas = 300 kilogramos/día
  • Pérdida de beneficios diarios del rebaño: 300 kg/día * 14€ /peso = 42€/día

Pérdida de ingresos anual:

Si multiplicamos la pérdida de ingresos diaria por 365 días, el potencial de la pérdida de ingresos anual asciende a:

42 €/día * 365 días = 14.977 €

Estos datos demuestran la importancia de analizar con precisión los alimentos para poder optimizar la nutrición del rebaño y maximizar la rentabilidad de las explotaciones lecheras.

Aspectos fundamentales del muestreo: ensilados, heno y alimentos compuestos

Los ensilados son fundamentales en la alimentación del ganado, ya que aportan nutrientes esenciales para su salud y productividad. Sin embargo, debido a las importantes variaciones en su composición nutricional, es esencial disponer de técnicas de muestreo precisas para realizar un análisis exacto. Para ello, es necesario recoger muestras en distintas profundidades de la pila de ensilado, de forma que se aprecien las diferencias en la fermentación y la distribución de los nutrientes. Gracias a este meticuloso método, los ganaderos pueden elaborar dietas adaptadas a las necesidades específicas de sus animales, lo que favorece un rendimiento óptimo y la salud general del rebaño.

Para garantizar la precisión y la fiabilidad de la recogida de muestras, es esencial utilizar el equipo adecuado, como, por ejemplo, sondas tomamuestras limpias y de acero inoxidable. En los muestreos manuales, es necesario que se manipulen las muestras con mucho cuidado para prevenir la contaminación. Además, se deben obtener varias submuestras de distintos puntos de la pila para tener en cuenta la variabilidad en la distribución de nutrientes y, a continuación, combinarlas en una sola. Aunque normalmente no es necesario congelar las muestras, este tratamiento puede ser útil para evitar que la fermentación y la degradación de los nutrientes continúen, en caso de que se produzcan retrasos prolongados o si el traslado es de larga distancia. Para evitar fugas o contaminación durante el almacenamiento y el transporte, es esencial etiquetar y envasar las muestras adecuadamente. Además, es recomendable consultar con el laboratorio los requisitos y recomendaciones específicos para la conservación de las mismas.

Al recoger varias muestras en distintas profundidades de la pila de ensilado, se obtiene una muestra representativa que refleja la composición de toda la pila. Para un análisis fiable, es fundamental que el tamaño de la muestra sea el adecuado, entre 1 y 2 kilogramos, y que la frecuencia de muestreo sea regular. Este tipo de muestreo permite controlar las fluctuaciones en la composición de los nutrientes a largo plazo, lo que facilita el ajuste inmediato de las fórmulas de los ensilados para mantener una nutrición óptima del rebaño.

Muestreo del heno

En el caso del heno, realizar las técnicas de muestreo de forma adecuada también es fundamental, ya que desempeña un papel importante en la dieta de la mayoría de los animales. Cuando se recogen muestras de balas rectangulares, es esencial seleccionarlas de distintas partes de las pilas de forma aleatoria para garantizar su representatividad. De este modo, se asegura que la muestra refleje la variabilidad presente en todo el lote. En el caso de las balas redondas, es fundamental recoger muestras de varias balas que se encuentren distribuidas por toda la zona de almacenamiento. Para tener en cuenta las posibles diferencias en la composición de nutrientes, hay que recoger muestras de varias partes de cada bala, incluidos el núcleo y las capas exteriores. Para obtener una muestra representativa, se debe muestrear al menos el 10% del total de las balas, con el fin de obtener una evaluación más precisa de la calidad general del heno. Si no se dispone de un tomamuestras de núcleos, una alternativa viable podría ser desenrollar las balas para recoger las muestras. De todos modos, es imprescindible tener en cuenta que, al desenrollar las balas, éstas quedan expuestas a la humedad y a otros factores ambientales, lo que puede afectar su calidad. Si las balas se desenrollan para el muestreo, hay que asegurarse de que las vacas las consumen en un par de días para minimizar su deterioro.

Para garantizar un análisis preciso de los nutrientes, hay que tener en cuenta las variaciones en los tiempos de recolecta, las condiciones meteorológicas y los métodos de almacenamiento durante el muestreo del heno. Por ejemplo, es posible que, dependiendo de la fase de madurez en la que se haya cosechado el heno, este muestre distintos perfiles nutricionales. Asimismo, las condiciones meteorológicas que se den en el momento de la cosecha o del almacenamiento también pueden afectar a la calidad del heno, ya que la lluvia o la humedad pueden provocar la aparición de moho y la pérdida de nutrientes. Para realizar el análisis, se deben recoger unos 200-500 gramos de heno por muestra y colocarlos en recipientes limpios y herméticos, etiquetados adecuadamente con la información de identificación de cada una. Para preservar el contenido de nutrientes, se recomienda congelar las muestras antes de enviarlas o almacenarlas en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa.

Si los ganaderos siguen estas directrices a la hora de recoger, manipular y enviar muestras de heno al laboratorio, se asegurarán de que lleguen en condiciones óptimas para un análisis preciso, lo que les permitirá tomar decisiones informadas sobre la gestión de la alimentación y la formulación de dietas para su ganado.

Muestreo de alimentos compuestos

Llevar a cabo un muestreo de los alimentos compuestos también es fundamental para la gestión del ganado, ya que garantiza la aportación de nutrientes necesarios para complementar eficazmente la dieta del mismo. Cuando se recogen muestras de los sacos o montones, hay que intentar garantizar la representatividad y la precisión. Si se recogen muestras de los sacos, es esencial tomar submuestras de varios sacos del lote para abordar las posibles variaciones de la composición de los nutrientes. Como los alimentos compuestos pueden sedimentarse durante el almacenamiento, hay que recoger muestras de diferentes profundidades dentro de cada saco para captar la variabilidad. Lo ideal para recoger muestras representativas es utilizar un tomamuestras, introduciéndolo hasta el fondo de las ranuras del saco en un movimiento descendente y una vez dentro, girarlo para recoger la muestra. Asimismo, cuando se tomen muestras de los montones, hay que recoger submuestras de distintos lugares y profundidades del montón para garantizar una muestra representativa. El objetivo es recoger, al menos, diez submuestras para crear una muestra compuesta que refleje con precisión la composición de todo el lote.

Una vez recogidas las muestras, es crucial manipularlas y almacenarlas adecuadamente antes de enviarlas al laboratorio para su análisis. Para mantener su integridad, se recomienda envasar las muestras en recipientes limpios y herméticos, como, por ejemplo, bolsas de plástico o contenedores debidamente etiquetados. La cantidad adecuada de muestra, que suele oscilar entre 200 y 500 gramos, debería ser suficiente para llevar a cabo el análisis, siempre en función de los requisitos del laboratorio y de las pruebas que se vayan a realizar. Para conservar los nutrientes de las muestras, es necesario almacenarlas en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa. Siempre que sea posible, congelar las muestras antes de enviarlas puede ayudar a evitar la degradación de los nutrientes. A la hora de enviar las muestras al laboratorio, es fundamental utilizar un servicio de mensajería fiable que garantice una entrega puntual. Además, es importante adjuntar en cada paquete un formulario de envío de muestras debidamente cumplimentado, en el que se indiquen detalles como la identificación de la muestra, los análisis deseados y cualquier instrucción especial para su manipulación o estudio.

Si los ganaderos siguen estas directrices para la recogida, manipulación y envío de muestras de alimentos compuestos al laboratorio, se asegurarán de que lleguen en condiciones óptimas para realizar un análisis preciso. De este modo, los ganaderos podrán tomar decisiones con conocimiento de causa sobre la gestión de los alimentos y la formulación de las dietas, lo que contribuirá a la salud y la productividad general de su rebaño.

En el sector ganadero actual, la clave del éxito radica en maximizar la producción mientras se garantiza una nutrición óptima para el rebaño. Al emplear las técnicas de muestreo adecuadas según los distintos alimentos, los ganaderos y nutricionistas pueden tomar decisiones informadas, ajustar las fórmulas de las dietas y mejorar tanto la productividad como la rentabilidad de sus granjas. El realizar la recogida de muestras correctamente es el requisito previo en el que se basa el éxito de la producción ganadera. Con el fin de garantizar la precisión y la fiabilidad de los análisis, es esencial seguir los protocolos de muestreo adecuados, entre ellos, la selección de un equipo de muestreo apropiado, elegir los lugares idóneos para el muestreo, manipular las muestras correctamente, elegir bien la forma de transporte, cómo llevar a cabo el análisis en el laboratorio y la metodología para una interpretación apropiada de los resultados.

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