Cómo optimizar la proteína del rumen sin gastar de más | Dellait

Álvaro García

A menudo, no tenemos en cuenta el hecho de que el rumen, siempre que el crecimiento microbiano reciba el apoyo necesario, puede cubrir una gran parte de las necesidades de aminoácidos de la vaca de manera eficiente y sin un coste adicional. La proteína producida por estos microorganismos no solo es fácil de digerir, sino que además suele tener un perfil de aminoácidos superior al de muchas fuentes comerciales de proteína bypass. Así como los productores hablan de «leche de oportunidad» para referirse a la producción que se desperdicia debido a errores en la gestión o en la nutrición, también podemos hablar de la «proteína desperdiciada», la proteína microbiana que se pierde cuando el rumen no recibe suficiente alimento. Antes de invertir en opciones caras, como harina de soja tostada o aminoácidos sintéticos, conviene preguntarse si estamos haciendo todo lo necesario para optimizar la producción de proteína microbiana.

Un factor clave en el suministro de aminoácidos

La proteína microbiana se genera en el rumen a medida que las bacterias, los protozoos y los hongos crecen al fermentar los carbohidratos de la dieta y utilizar el nitrógeno proveniente de las fuentes de proteína degradable en el rumen, como el amoníaco, los péptidos y los aminoácidos. Estos microorganismos se multiplican rápidamente y, junto con el contenido del rumen, pasan al intestino delgado, donde son digeridos y contribuyen, de manera significativa, al suministro de proteína metabolizable (PM) de la vaca.

Cuando una dieta está bien equilibrada, la proteína microbiana suele representar entre el 50% y el 60% de la proteína metabolizable total, y en algunos casos, especialmente en dietas con cantidades moderadas o altas de forraje, donde la energía y el nitrógeno están sincronizados, este porcentaje puede ser aún mayor (NASEM, 2021). Esto convierte a la proteína microbiana en una de las fuentes más constantes y rentables de proteína para las vacas en lactancia.

El perfil de los aminoácidos de la proteína microbiana se adapta muy bien a las necesidades de la vaca lechera. Es muy rica en lisina y metionina, los dos aminoácidos más limitantes para la síntesis de la proteína en la leche, y ofrece un equilibrio de aminoácidos más adecuado que muchas fuentes de proteína no degradable en el rumen de origen vegetal. Según el NASEM (2021), la proteína microbiana tiene una mayor digestibilidad intestinal y un valor biológico superior al de la mayoría de las proteínas presentes en los alimentos, lo que la convierte en una base ideal del aporte proteico total.

De hecho, la proteína microbiana se utiliza con frecuencia como referencia a la hora de evaluar la calidad de las fuentes suplementarias de proteína no degradable en el rumen. En comparación con la harina de soja, la harina de canola e incluso las proteínas de origen animal, la proteína microbiana ofrece:

  • Un aumento del contenido de lisina por unidad de PM
  • Una digestibilidad uniforme en todos los sistemas de alimentación
  • Mejor aprovechamiento del nitrógeno, ya que se genera en correlación con la disponibilidad de energía.

Gracias a su eficiencia y consistencia, maximizar la síntesis de la proteína microbiana no solo mejora el suministro de aminoácidos para la vaca, sino que también optimiza el uso del nitrógeno, reduciendo el coste del alimento y la excreción de nitrógeno al medio ambiente (Huhtanen et al., 2008; Bach et al., 2005). Para aprovechar al máximo este potencial, las dietas deben formularse de manera que favorezcan activamente el crecimiento microbiano en el rumen. Esto implica proporcionar carbohidratos fermentables que liberen energía a un ritmo compatible con la disponibilidad de nitrógeno, garantizar que las cantidades de proteína degradable en el rumen se ajusten a la energía disponible para los microorganismos, y suministrar micronutrientes clave como azufre y cobalto, vitales para el metabolismo microbiano y la síntesis de vitamina B₁₂. Cuando estos elementos están en equilibrio, la proteína microbiana deja de ser solo un subproducto de la fermentación para convertirse en un componente muy importante y cuidadosamente gestionado de la proteína metabolizable de la vaca, mejorando tanto su rendimiento como su sostenibilidad.

Cada vez que se suministran carbohidratos fermentables y proteína degradable en el rumen, lo que se está haciendo es alimentar a la población microbiana. Esto significa que la proteína microbiana ya forma parte del coste de la alimentación. En cambio, los suplementos de proteína bypass, como la harina de soja tostada o la harina de pescado, son un gasto adicional, que suele ser dos o tres veces más caro por unidad de proteína metabolizable que llega al intestino delgado. Si la síntesis de proteína microbiana se ve limitada por una nutrición ruminal deficiente o por un desequilibrio, significa que la proteína bypass se están utilizando de manera ineficiente. Es posible que se esté pagando por unas proteínas con un alto coste para compensar lo que la vaca debería ser capaz de producir por sí misma.

Cómo saber si se ha optimizado la proteína microbiana

Para maximizar la proteína microbiana hay que asegurarse de que los elementos nutricionales básicos para su crecimiento estén presentes y equilibrados. Esto significa proporcionar suficiente proteína degradable en el rumen, la cual suministra nitrógeno en forma de amoníaco, péptidos y aminoácidos; combinarla con carbohidratos fermentables como el almidón, azúcares y fibra digestible, que estimulan la proliferación de los microorganismos; y refuerzan el metabolismo con minerales esenciales como el azufre y el cobalto, necesarios para la actividad enzimática y la síntesis de vitamina B₁₂. Según el NASEM (2021), la síntesis de proteína microbiana depende de la sincronización entre la disponibilidad de energía y el nitrógeno; si alguno de los dos escasea, el sistema no rendirá de manera óptima.

Para evaluar en qué medida el rumen está favoreciendo el crecimiento microbiano, se pueden monitorizar determinados indicadores nutricionales y de producción. Unos niveles intermedios de nitrógeno ureico en la leche (NUL), normalmente entre 10 y 14 mg/dL, sugieren un suministro bien equilibrado de proteína degradable en el rumen y de energía fermentable. Un contenido bajo de almidón en las heces indica una captura eficiente de energía en el rumen, mientras que unos niveles bajos de ácidos grasos no esterificados (NEFA) y unos valores estables de nitrógeno ureico en sangre (NUS) reflejan una buena relación entre la energía y la proteína. Una producción estable de proteínas lácteas, sobre todo cuando se suministran unos niveles moderados de proteína bypass, indica también una síntesis proteica microbiana aceptable.

Por otro lado, existen varios indicios que sugieren que se está limitando el crecimiento microbiano. Un NUL por debajo de 8 mg/dL suele reflejar un suministro insuficiente de proteína degradable en el rumen. Cuando los niveles de proteína de la leche se mantienen bajos a pesar de una elevada inclusión de proteína no degradable en el rumen, esto puede indicar que la población microbiana está subalimentada. Los niveles de almidón fecal elevados o la mala digestibilidad de la fibra también pueden indicar una energía fermentable inadecuada en el rumen, lo que reduce el crecimiento microbiano y la producción de proteína.

En la siguiente tabla se compara la proteína microbiana con la harina de soja tostada, una de las fuentes de proteínas no degradables en el rumen más utilizadas. Si bien la harina de soja tostada ofrece proteínas no degradable en el rumen constantes, carece de la eficiencia metabólica de la proteína microbiana, especialmente cuando esta última ya se ha optimizado.

Características
Proteína microbiana
Harina de soja tratada térmicamente

Digestibilidad

80–90%

65-75% (varía con el procesado)

Contenido de lisina (en % de PM)

Alta

Moderada

Coste por kg de PM

Ya costeada vía el alimento

$$$

Equilibrio de los aminoácidos

Excelente

Entre bien y aceptable

El hecho de depender por completo de la proteína microbiana puede no bastar para satisfacer las necesidades de las vacas en el pico de la lactancia, cuando producen más de 45 kg de leche al día. En estos casos, es necesario contar con fuentes de proteínas no degradables en el rumen correctamente seleccionadas para complementar la síntesis ruminal. No obstante, la proteína bypass se debe añadir estratégicamente a una dieta que ya contribuya a un crecimiento microbiano total. Si la producción de proteína microbiana es subóptima, los suplementos más caros compensarán las deficiencias, lo que reducirá la rentabilidad de la inversión.

Antes de invertir en proteína bypass, asegúrese de que la capacidad de síntesis proteica de su vaca está funcionando a pleno rendimiento. Favorecer el crecimiento microbiano mediante proteínas degradables en el rumen y la energía fermentable equilibradas, junto con micronutrientes básicos, supone una fuente de proteína muy eficaz y de gran valor biológico.

El uso de herramientas como el NUL, el análisis del almidón fecal y las tendencias de la proteína láctea puede contribuir a afinar este equilibrio. Una vez establecida esta base, entonces, y sólo entonces, deben considerarse como suplementos estratégicos las fuentes de proteína bypass, no como sustitutos de lo que el rumen ya puede hacer perfectamente.

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