Álvaro García
La alcachofa (Cynara cardunculus var. Scolymus) es una es una planta de la familia de los cardos (familia Asteraceae) que se cultiva como alimento. La porción comestible de la planta son los botones florales antes de que florezcan. Una vez que los brotes florecen, la estructura cambia a una forma gruesa y apenas comestible. Las alcachofas se cultivan en varias partes del mundo. En Europa contribuyen a la economía agrícola de la región mediterránea, representando casi el 60% de la producción mundial.
El brócoli es una planta verde comestible de la familia Brassicaceae (género Brassica) con una gran cabeza de floración comestible. El brócoli es una variedad de la especie Brassica oleracea con grandes cabezas de flores generalmente de color verde oscuro, rodeadas de hojas y dispuestas en una estructura similar a un árbol que se ramifica desde un grueso tallo de color verde claro. Se parece a la coliflor, que es una variedad diferente de la misma especie de Brassica. Es originaria del Mediterráneo donde, junto con las regiones del sudeste asiático, se produce más del 40%.
Utilización de los coproductos de alcachofa y brócoli para alimentar al ganado
Una vez que se cosechan las cabezuelas de alcachofa (20% de la biomasa) para consumo humano, lo que queda en el campo son las hojas, los tallos y algunas inflorescencias (80% de la biomasa). Este coproducto se ha utilizado para alimentar al ganado en Europa, Asia y América.
[ihc-hide-content ihc_mb_type=”show” ihc_mb_who=”3,4,5″ ihc_mb_template=”1″ ]Cuando se utilizan para alimentar a rumiantes, estos recursos subutilizados reducen la extensión de tierra necesaria para la producción de forraje, al tiempo que reducen los costes de alimentación, que son el principal coste individual asociado con la producción ganadera. Además, dado que estos son coproductos no utilizados para la nutrición humana, no compiten con la tierra utilizada para este propósito.
La investigación ha demostrado que si las dietas suplementadas con este tipo de coproductos se formulan cuidadosamente, de modo que se cubran las necesidades nutricionales de los animales, su uso puede no comprometer la producción y la calidad de la leche.
Sin embargo, dos de sus inconvenientes son su marcada estacionalidad, que requiere encontrar métodos para su conservación, y su alto contenido en agua, que puede suponer un reto para obtener una fermentación adecuada durante el proceso de ensilado.
Por otro lado, los cambios que se producen durante el proceso de ensilado, como la acidez, por ejemplo, pueden ejercer una influencia positiva en la reducción de los factores antinutricionales (es decir, los polifenoles) presentes en estos alimentos. Hasta ahora se han realizado varios estudios con microsilos, pero ninguno en silos a escala comercial, en particular durante un periodo prolongado de conservación.
Un estudio reciente (Paula Monllor et al. 2020) caracterizó el proceso de ensilado de coproductos de brócoli y alcachofa y rastrojos de plantas de alcachofa en rotopacas (300 kg) durante 200 días para determinar la vida útil y la idoneidad de estos ensilados como alimento para rumiantes.
El estudio incluyó cambios en la fermentación del ensilado, la dinámica de la población microbiana, la composición nutritiva y la digestibilidad in vitro. Se repartieron los tres ensilados (7 rotopacas cada uno) de la siguiente manera:
- Alcachofas ensiladas.
- Brócoli ensilado.
- Rastrojo de alcachofa ensilado.
La temperatura ambiente promedio durante la prueba fue de 15 °C con una humedad relativa del 68%. Las alcachofas se cortaron y picaron a 2 cm con una picadora de forraje. El mismo día se ensilaron las 21 rotopacas de cada alimento con aproximadamente 300 kg y 0.64 m3 cada uno, con una empacadora, usando cinco capas de envoltura de red convencional interior y 13 capas de película de plástico convencional para cada paca.
La recolección de muestras se realizó el día 0 (día de ensilado), 4, 7, 10, 15, 30, 60 y 200. Para el día 0 se recogieron tres muestras de tres partes diferentes del lote completo del material picado que se iba a ensilar. El resto de los días de muestreo, se recogió una muestra de 1 kg de tres rotopacas diferentes diariamente en el centro, arriba y abajo, a 20 cm de la base de la paca. Después las tres submuestras se mezclaron en una.
Evolución de las poblaciones microbianas
Las poblaciones de bacterias lácticas aumentaron en los primeros días (0–7) en los tres ensilados, alcanzando el máximo el día 7. Después disminuyeron y se estabilizaron el día 30 en el ensilado de brócoli [6.88 log ufc/g materia fresca (MF)] y el día 60 en la alcachofa y rastrojo de alcachofa (7.13 y 7.08 log ufc/g MF, respectivamente). La población de enterobacterias disminuyó notablemente en los tres ensilados desde el día 0 y desapareció por completo el día 15 en el brócoli y el día 60 en los otros dos ensilados.
La evolución de la población aeróbica mesofílica varió según el subproducto. En el brócoli, disminuyó gradualmente desde el día 0 (8.84 log ufc/g MF) y se estabilizó el día 60 (4.56 log ufc/g MF), mientras que en las alcachofas la reducción comenzó el día 15 (7.77 log ufc/g MF) hasta el día 200, alcanzando un valor de 1.57 log ufc/g MF.
En el rastrojo de la alcachofa se observó un aumento significativo en la población aeróbica mesofílica el día 7 (8.75 log ufc/g MF), seguido de una reducción y estabilización el día 30 (4.52 log ufc/g MF). Las levaduras se redujeron en los tres ensilados durante todo el experimento, alcanzando 3.17, 1.65 y 3.42 log ufc/g MF en el día 200, respectivamente para brócoli, alcachofas y rastrojo de alcachofa.
Los mohos se mantuvieron estables en el brócoli y las alcachofas durante todo el experimento, con un valor promedio de 1.07 y 2.11 log ufc/g MF, respectivamente. Sin embargo, en el rastrojo de alcachofa se observó una reducción desde el día 0 (5.15) hasta su desaparición el día 30.
A juzgar por los parámetros fisicoquímicos y los componentes fermentativos y nutricionales, los coproductos ensilados se estabilizaron en el día 30, y su calidad se mantuvo alta hasta el día 200. La alta calidad microbiana y la composición nutricional al final del experimento (día 200) sugieren que eran alimentos adecuados para el ganado.
Las variables con las mayores diferencias entre los tiempos de muestreo fueron las poblaciones microbianas y los parámetros fermentativos. No hubo pérdidas de materia seca, mientras que se observaron algunas diferencias significativas en la composición nutricional, particularmente en la proteína bruta y la fibra, pero no afectaron al valor nutritivo de los ensilados. Los residuos fitosanitarios evaluados en el día 200 estaban por debajo de los límites máximos establecidos por las normas europeas.
Estos resultados demuestran que ensilar estos coproductos en rotopacas parece ser una técnica adecuada que permite su conservación prolongada.
Referencia
Paula Monllor, Gema Romero, Raquel Muelas, Carlos A Sandoval-Castro, Esther Sendra, José Ramón Díaz. Ensiling Process in Commercial Bales of Horticultural By-products from Artichoke and Broccoli. Animals (Basel). 2020 May 11;10(5):831.
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