La colza forrajera es un buen forraje alternativo

María Villagrasa & Fernando Diaz

La leche y sus productos tienen un papel muy importante en la dieta de miles de hogares por lo que la industria lechera debe ofrecer a los consumidores productos lácteos inocuos y seguros para fomentar su consumo y asegurar así la viabilidad del sector. Por lo tanto obtener una leche de calidad se debe considerar como una prioridad esencial.

Las características organolépticas de la leche, su color, sabor y olor, son algunos de los atributos de calidad y, entre ellos, probablemente el sabor sea uno de los factores más importantes a la hora de evaluarla. Esta característica es la que más influye en la aceptación del producto por parte del consumidor de modo que, si le gusta el sabor es probable que lo vuelva a consumir mientras que si no le agrada seguramente no volverá a comprarlo.

La presencia de sabores extraños en la leche puede deberse a la alimentación de la vaca con determinados alimentos o forrajes. Uno de ellos es la colza forrajera (Brassica napus ssp. biennis). Tanto esta como otros forrajes de otras especies de Brassica contienen componentes secundarios que, pueden alterar las características sensoriales de la leche e incluso provocar desórdenes nutricionales.

No obstante, sus características nutricionales la convierten en un alimento muy adecuado para el ganado: es altamente digestible (75-85% de materia orgánica digestible), contiene entre 10-20% de proteína (materia seca, MS), la proporción de fibra neutro detergente (FND) es baja (18-20% MS) y elevada la concentración de carbohidratos fácilmente fermentables como el almidón (6-11% MS), los azúcares (10-15% MS) y las pectinas (9% MS).

Un estudio realizado en la Universidad Austral de Chile (Keim et al., 2020) tuvo como objetivo determinar el consumo de MS, la fermentación ruminal, las características sensoriales de la leche y las respuestas productivas de vacas lecheras en mitad de la lactancia alimentadas con concentraciones crecientes de colza forrajera en la dieta.

Se utilizaron 12 vacas lecheras Holstein-Friesian gestantes, multíparas que se repartieron en tres dietas:

  • Control: ensilado de hierba (67.0%), concentrado comercial (15.5%), harina de soja (2.30%), harina de colza (13.9%) y sales minerales (1.30%)
  • 30CF: el 30% de la MS del ensilado de hierba, harina de colza y concentrado se sustituyó en las mismas proporciones por colza forrajera
  • 45CF: el 45% de la MS del ensilado de hierba, harina de colza y concentrado se sustituyó en las mismas proporciones por colza forrajera

La colza forrajera contenía: 46.3% hojas, 23.0% peciolos y 30.7% tallos. La cantidad de harina de soja se mantuvo constante para que las tres dietas fueran isoenergéticas e isonitrogenadas; tampoco se modificó la cantidad de suplemento vitamínico. La composición nutricional de las dietas se muestra en la tabla.

tabla 1

Las vacas alimentadas con colza produjeron más leche

Añadir colza forrajera en la dieta no tuvo ningún efecto sobre el consumo diario total de MS (19.5 kg/día) o el consumo de materia orgánica (17.5 kg/d). Respecto a los valores productivos, la inclusión de colza forrajera en las dietas hizo que aumentara la producción de leche respecto al grupo control (pasó de 23.4 en el grupo control a 25.2 en el grupo de 30% de colza y 24.9 kg/día en el de 45% de colza).

También se observó un aumento de la leche corregida por energía (de 24.3 en el grupo control a 25.9 kg/día en los dos grupos con colza) y la producción de proteína (pasó de 0.73 en el grupo control a 0.79 en el grupo de 30% de colza y 0.78 kg/día en el de 45% de colza), así como un incremento en la eficiencia alimenticia (de 1.20 vs 1.28 kg de leche/kg consumo de MS, grupo control vs. 45% de colza). Por otra parte, las concentraciones de grasa (3.85%) y proteína láctea (3.13%), así como la producción de grasa láctea (0.94 kg/día) no se modificaron con la adición de colza en las dietas.

Otro parámetro analizado fue el comportamiento alimenticio de las vacas que cambió al incluir colza forrajera; el tiempo que las vacas dedicaron a comer aumentó de 252 min/día en el grupo control a 418 min/d en el grupo de más porcentaje de colza, mientras que el tiempo de rumia se redujo de 539 en el grupo control a 338 min/d en el grupo de 45% de colza. El elevado contenido de agua de las Brassica aumenta el peso fresco que el animal tiene que ingerir lo que pudo afectar al tiempo dedicado a alimentarse.

También se realizaron análisis sensoriales de la leche cuyos resultados mostraron que la inclusión de colza forrajera no tuvo ningún efecto en el sabor y el olor de la leche.

Efectos de las dietas en la fermentación ruminal

Al añadir colza forrajera en las dietas aumentaron en el rumen las concentraciones de ácidos grasos volátiles totales (de 88 en el control a 100 mM en el grupo de 45% de colza) y las proporciones molares de acetato (de 64.1 a 67.3%) y butirato (de 14.4 a 16.5%), mientras que la proporción de propionato se redujo (de 16.9 a 15.0%).

Por otra parte, el pH medio del rumen disminuyó linealmente al incluir colza forrajera en las dietas de 6.10 en la dieta control a 6.07 en la dieta de 45% de colza. El tiempo diario en el que el pH ruminal estuvo por debajo de 5.8 fue de 253 minutos/día de media y no se vio afectado por las dietas lo que indica que no existió riesgo de que se produjera acidosis ruminal, trastorno que se produce cuando el pH está por debajo de 5.8 entre 284 y 475 minutos/día.

Por lo que respecta a la concentración de amoniaco en el rumen esta aumentó desde el grupo control (8.7 mmol/l) hasta el grupo de 45% de colza (10.9 mmol/l). También aumentaron las concentraciones de nitrógeno ureico en sangre y leche de 14.2 a 16.6 mg/dl y de 12.5 a 13.0 mg/dl, respectivamente, así como el nitrógeno excretado en leche (de 114 a 123 g/día) y el nitrógeno total excretado por las vacas (de 435 a 475 g/d).

Este resultado pudo deberse a un mayor consumo de nitrógeno por parte de las vacas ya que si bien las dietas estaban formuladas para tener la misma cantidad de nitrógeno, es posible que las vacas consumieran más hojas de colza forrajera que tallos, cuyo contenido en proteína es ligeramente inferior al de las hojas.

Conclusión

Estos resultados indican que la inclusión de colza forrajera en las dietas de las vacas lecheras, hasta en un 45% de la MS de la dieta, mejora la producción de leche y la fermentación ruminal sin tener efectos negativos sobre la salud animal o las características sensoriales de la leche.

Referencia

Keim, Juan & Daza, José & Beltran, Ignacio & Balocchi, Oscar & Pulido, R. & Sepulveda, Pilar & Pacheco, David & Berthaiume, Robert. (2020). Milk production responses, rumen fermentation, and blood metabolites of dairy cows fed increasing concentrations of forage rape. Journal of Dairy Science. 103. 10.3168/jds.2020-18785.

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