Mercedes Gonzalez & Fernando Diaz
Los sistemas de producción de leche basados en pastoreo son estacionales, y requieren que las vacas queden gestantes cada 365 días para aprovechar la hierba fresca como una fuente económica de alimentación. Las vacas en pastoreo son más vulnerables a entrar en balance energético negativo que las vacas en sistemas intensivos porque son más propensas a sufrir desequilibrios nutricionales, dando como resultado peores resultados reproductivos y menor rentabilidad de la granja.
Por eso, para afianzar la sostenibilidad económica, se deben alinear los picos de máximo crecimiento de la hierba en primavera con los máximos requerimientos de los animales. El corto periodo de tiempo (unos 85 días) durante el cual las vacas en sistemas de pastoreo estacional deben concebir para mantener la eficiencia reproductiva deja muy poco margen para tener retrasos, y por ello se deben minimizar las patologías del posparto.
Durante el posparto, la inflamación fisiológica de los tejidos uterinos juega un papel precursor de la involución uterina. Sin embargo, cuando concurren factores como el balance energético negativo, distocias, partos gemelares, mortinatalidad, retención de placenta o un ángulo vulvar inclinado junto con infecciones uterinas tempranas, a partir de los 21 días posparto aumenta el riesgo de desarrollarse endometritis.
Sus consecuencias son importantes, causando reducción de las tasas de concepción y preñez, retraso de la involución uterina, aumento de las tasas de sacrificio, gastos en tratamientos, y pérdidas económicas graves. La respuesta inmunitaria de la vaca y la interacción con los patógenos presentes en el ambiente uterino son fundamentales para evitarlo.
Las vacas que sufren una inflamación más prolongada e intensa experimentan cambios en el microbioma de su tracto reproductivo los primeros días tras el parto, seleccionando una población microbiana menos diversa que la de sus compañeras sanas.
Para valorar la presencia y la gravedad de endometritis en las granjas, un parámetro objetivo a emplear es la presencia de flujo vaginal purulento (FVP) a partir de los 21 días posparto. Anteriormente se pensaba que el FVP era el resultado del drenaje de material purulento desde el útero hacia la vagina, aunque actualmente se considera que el FVP refleja la inflamación del tracto reproductivo inferior, incluyendo el cérvix y la vagina.
Por este motivo, basándose en su hallazgo, se recomienda que se use el término “flujo vaginal purulento” en vez de “endometritis clínica”, para proporcionar una descripción más precisa de la presencia de enfermedad del tracto reproductor.
La valoración del FVP se realiza examinando el moco vaginal mediante un dispositivo Metricheck, un vaginoscopio, o una mano enguantada mediante el sistema de puntuación visual de Williams basado en la cantidad de pus observada:
- 0 (moco claro)
- 1 (manchas de material mucopurulento)
- 2 (<50% de material purulento en 50 ml de exudado)
- 3 (≥50% de material purulento en 50 ml de exudado)
Hasta el momento no se habían realizado investigaciones para determinar la propensión de las vacas de alta producción en pastoreo a desarrollar FVP, ni como este podría afectar a su fertilidad. En un estudio reciente (Ryan et al. 2020) se evaluó la prevalencia de FVP a los 21 días posparto, la relación entre la producción en la lactación previa y la tendencia a sufrir FVP, y la relación entre la producción en la lactación previa y la ineficiencia reproductiva. El manejo nutricional de las vacas del estudio consistía en pastoreo sobre hierba, suplementado con concentrado durante la lactación.
La prevalencia total de FVP en este estudio fue del 60%, oscilando entre el 38% y el 87% en las cinco explotaciones evaluadas (en otro estudio más reciente se reportó que la prevalencia de FVP en las granjas lecheras era del 54%). Las puntuaciones de FVP fueron las siguientes: el 40% de las vacas puntuó 0 (sanas), el 27% puntuó 1, el 15% puntuó 2 y el 18% puntuó 3.
La alta producción es un factor de riesgo para presentar flujo vaginal purulento
No se encontraron diferencias significativas en la producción ni en la composición de la leche entre las vacas con y sin FVP. La tasa de sacrificio fue ligeramente superior en el grupo de vacas con FVP, aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa.
Este estudio identificó la alta producción durante la lactación previa (por encima de 6,571 kg) como un factor de riesgo para presentar FVP en el posparto de las vacas en pastoreo. Aquellas vacas con FVP mostraron tres veces menos probabilidad de concebir, dos veces más probabilidad de requerir múltiples servicios para concebir y dos veces más probabilidad de fallo en la concepción antes de los 100 días posparto. También presentaron un periodo parto a concepción nueve días más largo que las vacas sanas.
Además, las vacas con FVP y una alta producción en la lactación previa tuvieron cinco veces más probabilidad de fallo en la concepción, y más del doble para requerir más de un servicio para concebir y fallar en la concepción antes de los 100 días posparto.
En conclusión, el desarrollo de FVP tuvo un impacto negativo sobre la fertilidad de las vacas en pastoreo, especialmente aquellas con una alta producción en la lactación previa. Los efectos de las patologías uterinas sobre los malos resultados reproductivos posteriores reflejan la importancia de realizar un diagnóstico preciso para tomar medidas preventivas y correctivas precoces.
Referencia
Nicholas Ryan, Kieran G. Meade, Erin J. Williams, Cliona O’Farrelly, Jim Grant, Alexander C. O. Evans, Marijke E. Beltman. Purulent vaginal discharge diagnosed in pasture-based Holstein-Friesian cows at 21 days postpartum is influenced by previous lactation milk yield and results in diminished fertility, J Dairy Sci. 2020 Ene; 103(1):666-675.
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