María Villagrasa
Los posos de vino o vinazas de cerveza, coproductos de la industria de las bebidas alcohólicas, se pueden utilizar como fuentes alternativas de proteína en alimentación animal. En China, por ejemplo, la producción de posos de vino alcanza el millón de toneladas y dado que para su elaboración se utiliza arroz o trigo su contenido en proteína es muy elevado.
No obstante, en estado fresco estos productos son difíciles de preservar o de ofrecer a los animales dada su baja concentración en materia seca (MS), pero gracias a un pretratamiento microbiano, se ha conseguido aumentar el valor nutritivo de los posos de vino fermentados lo que ofrece un gran potencial como alimento para el ganado. Este pretratamiento puede incrementar de forma considerable el contenido de proteína, por lo que se cree que los posos fermentados tendrían un efecto ventajoso sobre la productividad lechera en comparación con el no fermentado.
Para comprobar esta hipótesis se realizó un estudio en la Universidad de Zhejiang (China) (Yao et al., 2020), con el objetivo de determinar el efecto de añadir una mezcla de posos de vino sin fermentar o fermentados en la dieta de vacas lecheras en el rendimiento lechero y fermentación ruminal.
Se utilizaron 15 vacas lecheras Holstein multíparas y se dividieron en tres grupos que recibieron tres dietas diferentes de ración completa mezclada con (base MS):
- 0% posos de vino (control)
- 5% de poso sin fermentar
- 0% de poso fermentado
Los posos sustituyeron principalmente a harina de soja en las dietas. Todas las raciones eran isonitrogenadas e isocalóricas con una ratio de forraje/concentrado de 60:40 (base MS). En las tablas 1 y 2 se muestra la composición nutricional de los alimentos y de las dietas, respectivamente.
Como se observa en la tabla 1 las principales diferencias entre la harina de soja y los posos se encuentran en las proteínas de modo que en la harina de soja su porcentaje es casi el doble (44.3% MS) que en el poso sin fermentar (26.3% MS), mientras que en el poso fermentado es de (31.3% MS).
Por lo que respecta al contenido en grasa, sin embargo, en la harina de soja el porcentaje es mucho menor (1.29% MS) que en los posos (sin fermentar: 2.40% MS; fermentado: 2.80% MS). Lo mismo sucede con la FND (harina de soja: 14.3; poso sin fermentar: 36.4; poso fermentado: 41.1% MS) y la FAD (10.4; 15.6; 19.0% MS, respectivamente).
El consumo de MS fue menor en las vacas alimentadas con poso sin fermentar (18.1 kg/día) respecto a las que recibieron poso fermentado (19.5 kg/día) y las del grupo control (19.4 kg/día). El mayor consumo de MS de las vacas alimentadas con poso fermentado pudo deberse a la mayor palatabilidad de este ingrediente y también a su mayor degradabilidad en el rumen.
Las vacas alimentadas con posos sin fermentar produjeron menos leche
El grupo alimentado con poso sin fermentar produjo menos leche que los otros dos grupos (23.2; poso fermentado: 24.3; control: 24.5 kg/día); lo mismo sucedió con la proteína láctea (814; poso fermentado: 855; control: 846 g/día) y la leche corregida por energía (27.3; poso fermentado: 28.6; control: 29.2 kg/día). Este aumento en la producción de leche pudo deberse al mayor consumo de MS de las vacas de los grupos control y poso fermentado.
Por lo que respecta a la proteína, existe una relación significativa entre la proteína consumida y la producción de proteína láctea en las vacas en lactación. Se sabe que un mayor nivel de CNF en la dieta mejora la síntesis de proteína ruminal y el rendimiento productivo. En el presente estudio, la mayor concentración de CNF en la dieta control pudo contribuir a la mayor producción de proteína y rendimiento productivo en las vacas del grupo control.
El poso fermentado produjo más péptidos lo que también pudo contribuir a la mayor síntesis de proteína ruminal de ese grupo. Por otro lado, el mayor consumo de MS tanto en las vacas del grupo control como en las del grupo de poso fermentado indica que hubo un mayor aporte de nitrógeno y energía en el rumen, lo que pudo ayudar a aumentar la producción de la proteína ruminal.
No hubo diferencias entre las dietas respecto al porcentaje de grasa (4.40%) y proteína (3.49%) lácteas. El nitrógeno ureico en leche (11.8 mg/dl) y el recuento de células somáticas (un indicador del estado de salud de la ubre) tampoco se vieron afectados por la composición de las dietas.
Parámetros de fermentación ruminal
No se observaron diferencias entre el pH ruminal (6.27) o el amoniaco (11.3 mg/dl) entre las tres dietas. La concentración de ácidos grasos volátiles totales fue mayor en los grupos control (132 mM) y con poso fermentado (127 mM) que en las vacas que recibieron posos sin fermentar (121 mM).
La proporción molar de acetato también fue menor en la dieta de posos de vino sin fermentar, mientras que la proporción de butirato fue más elevada en ese grupo que en los otros dos. Seguramente los valores más altos de los ácidos grasos volátiles totales y de la porción molar del acetato en las vacas alimentadas con poso fermentado en comparación con el poso sin fermentar también contribuyeron a la mejora en su rendimiento productivo.
El consumo de nitrógeno y la excreción urinaria fueron menores en el grupo alimentado con poso sin fermentar que en los otros dos y no se observaron diferencias entre las dietas control y con poso fermentado. La concentración de nitrógeno ureico en sangre fue menor con la dieta de poso sin fermentar que con las otras dos, sin diferencias entre los dos últimos grupos (4.95 vs. 5.48 mmol).
Conclusión
El consumo de MS, la producción de leche, la producción de proteína láctea y la producción de leche corregida por energía fueron más altas en las vacas alimentadas con las dietas control y con poso fermentado que en las vacas alimentadas con el poso sin fermentar. Por lo tanto, estos resultados indican que el poso de vino fermentado puede utilizarse como fuente de proteína alternativa en las dietas para vacas en lactación sin tener efectos negativos en el rendimiento productivo.
Referencia
K.Y. Yao, Z.H. Wei, Y.Y. Xie, D.M. Wang, H.Y. Liu, D. Fang, M.R. Ma, J.X. Liu. Lactation performance and nitrogen utilization of dairy cows on diets including unfermented or fermented yellow wine lees mix. Livestock Science 236 (2020): 104025.
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