Nuria García
Cada explotación ganadera tiene sus propias características. No obstante todos los productores comparten objetivos comunes: aumentar la rentabilidad y la eficiencia de su negocio, mejorar la calidad de la leche y mantener a su rebaño en condiciones óptimas.
Una manera de conseguir todos esos objetivos consiste en la automatización de los procedimientos que se realizan en la granja, como por ejemplo el ordeño. Ordeñar a una vaca de forma eficiente y rápida sin que se vea comprometido su bienestar debe ser el propósito principal de una explotación lechera.
Con ello se consigue, además, aumentar la información disponible sobre el estado de salud y la productividad de las vacas lo que permite mejorar las decisiones de gestión y, por tanto aumentar la rentabilidad.
Un ejemplo de esta automatización son los sistemas de retirada automática de pezoneras que aportan una ventaja muy importante en la granja: ahorran tiempo de trabajo en la sala de ordeño, de manera que pueden emplearse menos operarios para llevar a cabo la tarea o con los mismos operarios se puede hacer la tarea en menos tiempo.
Estos sistemas detectan la disminución del caudal de leche al final del ordeño de cada vaca, modifican el ritmo de pulsación para que se lleve a cabo un apurado completo y, a continuación, retiran de forma suave las pezoneras de la ubre. Como los sistemas de retirada automática de pezoneras se basan en el flujo de leche y no en el tiempo, es una manera de asegurarse de que los animales no sufren sobreordeño y se reduce así la probabilidad de que se produzcan mastitis y otros problemas de salud en la ubre.
Se sabe que la producción de grasa difiere entre las fracciones en los ordeños individuales, y que la mayor concentración de grasa láctea se extrae al final del mismo. En consecuencia, se ha sugerido que si la extracción de la leche no es completa se puede producir una reducción considerable de la grasa láctea.
Dado que los productores de leche reciben compensaciones según la grasa, la proteína y otros sólidos lácteos, la productividad de los componentes de la leche son de suma importancia e influyen en la rentabilidad general de las granjas lecheras.
Para proporcionar más datos sobre esta cuestión se llevó a cabo un estudio (Wieland et al., 2020) que analizó los efectos de dos configuraciones diferentes de los sistemas de retirada automáticos sobre las características del ordeño, la composición de la leche y la salud de los pezones.
Se partía de la hipótesis de que aumentar el umbral de flujo leche reduciría el tiempo de ordeño y mejoraría la condición del tejido del pezón, sin afectar de forma negativa a la producción de leche, de sus componentes o a la salud de la ubre.
Para llevar a cabo el estudio se utilizaron 689 vacas de raza Holstein de una explotación lechera comercial donde se ordeñaba a los animales tres veces al día. Las vacas incluidas en el estudio se dividieron aleatoriamente en dos grupos y se asignaron a dos tratamientos diferentes en los que se retiraban las pezoneras de forma automatizada cuando:
- el flujo de leche bajaba de 1.2 kg/min
- el flujo de leche bajaba de 0.8 kg/min
El estudio se prolongó durante 57 días consecutivos y se registraron los siguientes parámetros:
- Producción de leche y duración del ordeño, mediante los medidores electrónicos del sistema de ordeño de la granja.
- Grasa, proteína, lactosa y recuento de células somáticas de tres muestras de leche de cada vaca recolectadas 14 días antes de comenzar el estudio y los días 16 y 48 del estudio.
- Los cambios a corto y largo plazo inducidos por el ordeño automático sobre el tejido del pezón, de forma visual.
El número de partos influyó en el tiempo de ordeño
Se encontraron diferencias entre los dos grupos del experimento en el tiempo de ordeño en las vacas de segunda y posteriores lactaciones, mientras que en las vacas de primer parto no hubo diferencias significativas. Los tiempos de ordeño fueron de 260, 257 y 260 segundos en el grupo en el que el flujo de leche bajó de 1.2 kg/min y de 273, 279 y 295 segundos en el otro grupo, en las vacas de primer, segundo y tercer o más partos respectivamente; esto es, una diferencia de 21 segundos en las vacas de segunda lactación y de 35 segundos en las de tercera lactación.
Estos resultados respaldan la literatura existente que sugiere que las vacas con diferente número de partos requieren diferentes estrategias de manejo, como la separación en diferentes corrales de ordeño, para beneficiarse completamente del potencial de ahorro de tiempo al aumentar la intensidad del flujo en la granja lechera.
La producción de leche de las vacas (12.5 kg) y la leche corregida por energía (12.6 kg), así como la producción de proteínas (0.36 kg), grasa (0.45 kg) y lactosa (0.62 kg) fueron similares para ambos grupos experimentales.
Los sistemas de retirada automática de pezoneras y la salud de las ubres
El recuento de células somáticas es un indicador del estado de salud general de la ubre, y en este experimento los valores fueron similares entre ambos grupos de estudio.
En cuanto a las posibles lesiones del pezón, se encontraron diferencias significativas en la probabilidad de cambios a corto plazo en el tejido del pezón entre los dos grupos, que fueron más bajas para las vacas del grupo en el que el flujo de leche bajó de 1.2 kg/min. Esto está relacionado con el índice de bajo flujo de leche al final del ordeño (por debajo de 1 kg).
Existe una relación inversa entre el caudal de leche y el vacío de la unidad de ordeño de modo que el flujo de leche bajo aumenta la tensión inducida por el vacío en las puntas del pezón, lo que a su vez genera fuerzas en el pezón y crea congestión y edema del tejido de la punta del pezón. Por lo tanto, en las vacas del grupo en el que el flujo de leche bajó de 0.8 kg/min, el aumento del periodo de bajo flujo de leche al final del ordeño puede haber causado más congestión y edema, lo que provocó más cambios a corto plazo en el tejido del pezón.
Sin embargo, no se detectaron diferencias en los cambios a largo plazo en el tejido del pezón inducidos por el ordeño automático entre los grupos de tratamiento.
Conclusiones
Así pues, la retirada automática de las pezoneras cuando el flujo de leche cayó por debajo de 1.2 kg/min redujo el tiempo de ordeño y alivió los cambios a corto plazo en el tejido del pezón sin alterar la producción láctea, la composición de la leche o su nivel de células somáticas.
No obstante, los autores hacen hincapié en que sería necesario llevar a cabo estudios más prolongados para investigar el efecto de la retirada automática de pezoneras con diferentes flujos de leche sobre la producción láctea y la salud de los pezones y la ubre durante todo el periodo de lactación.
Referencia
M. Wieland, D. V. Nydam, W. Heuwieser, K. M. Morrill, L. Ferlito, R. D. Watters, and P. D. Virkler. A randomized trial to study the effect of automatic cluster remover settings on milking performance, teat condition, and udder health. J. Dairy Sci. 103:3668–3682
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