Álvaro García
Las altas temperaturas del verano son un factor muy limitante para la producción láctea en vacas lecheras. Para mantener la temperatura corporal, las vacas reducen la ingesta, lo que disminuye el incremento de calor resultante de la fermentación ruminal. Para mejorar la producción de leche en estas condiciones, es necesario restablecer la ingesta y/o mejorar la digestibilidad de los nutrientes.
Ya que la fibra forrajera requiere más tiempo para su degradación en el rumen, produce más calor de fermentación que los concentrados. Sin embargo, menos fibra en la dieta da como resultado menos masticación, menor producción de saliva, más fermentación de granos y en última instancia un pH ruminal más ácido.
Estas variaciones cambian el patrón de fermentación predominantemente del acético a propíonico→lactato, poniendo en riesgo la aparición de acidosis subclínica o clínica en el rumen. Investigaciones previas han demostrado que la suplementación con levaduras vivas o cultivos de levadura aumenta la producción de leche de las vacas bajo estrés por calor.
¿Puede ayudar Saccharomyces cerevisiae a las vacas que sufren estrés por calor?
Un estudio reciente realizado en la Universidad de Florida (Perdomo et al., 2020) evaluó la inclusión de levaduras vivas específicas del rumen en la dieta para mejorar la digestión de nutrientes, la función del rumen y el rendimiento de las vacas lecheras al inicio de la lactancia bajo estrés por calor. La levadura seleccionada fue Saccharomyces cerevisiae, que es bien conocida por sus propiedades de fermentación de los carbohidratos y se usa comúnmente como aditivo para piensos en rumiantes.
Su mecanismo de acción propuesto es un eliminador de oxígeno en el rumen, reduciendo así el potencial redox, lo que aumenta la actividad de las bacterias celulolíticas que utilizan lactato. También se ha propuesto que el aumento del pH ruminal es el resultado de cambios en los patrones de ingesta del alimento y comportamiento de alimentación, con una mayor frecuencia de consumo de alimento, lo que posiblemente alivia la carga de ácido en el rumen.
En este experimento, las vacas en sus primeros 20 días en leche (DEL) fueron dividias por parto y producción lechera, se les asignó de 30 a 107 DEL a los siguientes tres tratamientos:
- Control (0 levadura)
- 0.5, g/día de levadura viva (14.2 billones de células)*
- 1.0 g/día de levadura viva (37.6 billones de células)*
*Saccharomyces cerevisiae cepa CNCM I-1077.
Mejora en la producción láctea, el índice de conversión, la digestibilidad de la dieta y el pH ruminal
La temperatura ambiente promedio fue de 26.8 °C y la humedad de 83.2%; el índice de temperatura y humedad varió de 73 a 81. El ordeño se realizó dos veces al día, las ingestas de materia seca y la producción de leche se midieron diariamente, mientras que los componentes lácteos semanalmente.
La inclusión de levadura en las dietas no afectó la temperatura rectal (38.9 ± 0.04 °C) ni la ingesta de materia seca, pero sí aumentó la producción de leche con energía corregida (35.2 vs. 36.1 vs. 37.2 kg/día para 0, 0.5 y 1.0 g/día, respectivamente). Como resultado, la eficiencia de la conversión de materia seca en producción de leche con energía corregida también aumentó (1.70, 1.79 y 1.83 para 0, 0.5 y 1.0 g/d, respectivamente).
La alimentación con levadura viva aumentó la digestibilidad de la proteína bruta (65.1 vs. 68.8 vs. 70.4%) y la fibra neutro detergente (47.5 vs. 49.2 vs. 55.2%) y la concentración de acético (64.7 vs. 69.1 vs. 72.2 mM). Los cambios en las concentraciones ruminal del acético dieron como resultado concentraciones más altas de ácidos grasos de cadena corta en el líquido ruminal (110.3 vs. 117.7 vs. 121.4 mM).
El pH del líquido ruminal aumentó (5.99 vs. 6.03 vs. 6.26) con la adición de la levadura viva. Además, la proporción de vacas con pH por debajo de 5.8 disminuyó (42.9 vs. 34.9 vs. 7.7%) a medida que aumentó la inclusión de la levadura viva en la dieta.
La cantidad de alimento consumida en cada periodo de ingesta se redujo cuadráticamente (3.2, 3.5 y 2.9 kg de MS, respectivamente), sin embargo, el intervalo entre los episodios de rumia tendió a reducirse linealmente (122.0, 96.5 y 90.7 min, respectivamente) a medida que la levadura viva aumentó en la dieta.
El tiempo de masticación por kilogramo de fibra neutro detergente tendió a aumentar linealmente (71.6, 71.3 y 81.6 min/kg, respectivamente) a medida que aumentó la levadura en la dieta. La estimación de la energía neta para la lactancia de la dieta dio como resultado un aumento del 5.2%, de 1.72 Mcal/kg de MS para la dieta control a 1.81 Mcal/kg con 1 g de levadura viva.
En resumen, alimentar vacas bajo estrés por calor con 1 g de levadura viva por día aumentó la producción de leche con energía corregida y la eficiencia de la conversión alimenticia. La digestibilidad de la dieta y el pH del líquido ruminal también aumentaron, lo que puede atribuirse a los efectos de la Saccharomyces cerevisiae sobre la actividad microbiana ruminal o posiblemente a cambios en el comportamiento alimentario que resultaron en una mejor digestibilidad.
Referencia
Perdomo, M.C., Marsola, R.S., Favoreto, M.G., Adesogan, A., Staples, C.R., Santos, J.E.P. 2020. Effects of feeding live yeast at 2 dosages on performance and feeding behavior of dairy cows under heat stress. Journal of dairy science. 103(1): 325-339.
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