El estrés por calor afecta al rendimiento de los terneros recién destetados

Álvaro García

Está bien documentado que los terneros destetados, criados durante el verano, tienen ganancias reducidas. Las razones son multifactoriales e incluyen el estrés por calor pre y postnatal, las moscas y el efecto de la lluvia en las camas. Sin embargo, el estrés por calor parece ser el principal culpable, con mecanismos para aumentar el enfriamiento (es decir, enfriamiento evaporativo respiratorio y cutáneo) que se activa cuando la temperatura ambiente excede los 20 °C. Estos mecanismos usan energía y, como resultado, las terneras necesitan más energía para mantenimiento con lo que disponen de menos energía para crecimiento.

Para empeorar las cosas, la ingesta de pienso de arranque se reduce a altas temperaturas. Se ha demostrado que la productividad de la primera lactancia se ve afectada por el crecimiento de las terneras antes del destete. Además, también hay efectos sobre la inmunidad de los animales, las terneras que se destetan con un nivel nutritivo alto muestran una mayor resistencia a enfermedades

Un experimento reciente (Orellana Rivas et al., 2020) analizó el efecto del sustituto de leche sobre el rendimiento y el metabolismo de terneros destetados durante el verano. Terneros de tres días de edad fueron asignados a 1 de estos 3 tratamientos:

  1. Control; CON; 0.55 kg de sustituto/d con 20% de proteína y 20% de grasa.
  2. Intermedio; IN; 0.66 kg de sustituto/d con 26% de proteína y 17% de grasa.
  3. Alto; AG; 0.77 kg de sustituto/d con 26% de proteína y 17% de grasa.

El sustituto de leche tenía un 12.5% de sólidos y se ofreció dos veces por día hasta el día 42 de vida. Posteriormente, se alimentó solo una vez por día para reducir la ingesta en un 50%. Los terneros se destetaron en el día 49 y se mantuvieron en corrales hasta el día 56 con ración inicial y agua ofrecida ad libitum. La tasa de respiración y las temperaturas rectales se determinaron 3 veces por semana. Los pesos corporales se midieron en 5 puntos durante el ensayo. Se recolectó plasma para analizar la glucosa, β-hidroxibutirato, triglicéridos, ácidos grasos no esterificados, nitrógeno ureico e insulina. Durante el experimento la temperatura ambiente promedio y la humedad relativa fueron de 25.4 ± 4.0 °C y 79.2 ± 16.3%, respectivamente.

Los terneros que recibieron la dieta AG tuvieron puntuaciones fecales mayores durante las primeras 4 semanas de vida y una mayor incidencia de diarrea en comparación con los terneros que recibieron la dieta CON, con valores intermedios para terneros IN. Durante la semana 2, los terneros en todas las dietas tuvieron un consumo similar de sustitutos. Sin embargo, de las semanas 3 a 7 los terneros en AG consumieron más sustituto que aquellos en CON, siendo IN intermedio. De las semanas 4 a 6, los terneros en la dieta AG comieron más grasa en comparación con IN y CON, que fueron similares. Como resultado, de las semanas 3 a 6 los terneros en AG consumieron más energía metabolizable, pero solo en comparación con CON, la ingesta de energía de los terneros IN fue intermedia.

Los pesos corporales no fueron diferentes para los terneros alimentados con AG e IN a los 42, 49 y 56 días. Sin embargo, los terneros en estos dos tratamientos pesaban más que los CON, tenían mayor circunferencia de pecho y altura, pero, nuevamente, no había diferencias entre ellos. Para el día 28 y hasta el 56, los terneros alimentados con AG e IN también eran más altos y tenían mayor ganancia que los CON y no hubo diferencias entre ellos. No se observaron diferencias entre tratamientos o interacciones para glucosa en plasma, ácidos grasos no esterificados, betahidroxibutirato (BHB) y triglicéridos. Las concentraciones plasmáticas de insulina fueron más altas para AG, intermedias para IN y más bajas para los CON. La concentración de glucosa en plasma no fue influenciada por la ingesta de lacto remplazante, pero la concentración de insulina aumentó a tasas de alimentación más altas.

Los terneros en esta prueba estaban bajo condiciones de estrés por calor tanto en el corral como en el exterior. Los terneros alimentados con más leche en relación con el control, tuvieron una mayor incidencia de diarreas, lo que sugiere una alteración de la digestión. Los terneros alimentados con la dieta AG no consumieron tanto sustituto como el ofrecido. Se especuló que la alimentación de grandes cantidades de leche, dos veces por día bajo estrés por calor, retrasó la velocidad de vaciado del abomaso y dio lugar a la producción excesiva de gas y la hinchazón, lo que limita la ingesta adicional. La alimentación con mayor cantidad de sustituto lácteo (IN y AG) aumentó la ganancia y el crecimiento en comparación con los CON, sin embargo, no hubo diferencias entre los dos regímenes de alimentación. Todos los terneros tuvieron concentraciones plasmáticas similares de BHB durante el experimento, lo que sugirió un desarrollo ruminal similar.

Lo importante es señalar que alimentar con más sustituto lácteo condujo a una utilización ineficiente de energía y nutrientes. Esto probablemente se debió al resultado de hipertrofia gastrointestinal debido al mayor tamaño de ingesta y al vaciado tardío del abomaso. El aumento de peso tuvo la mayor correlación con la ingesta de energía metabolizable, lo que es muy importante tener en cuenta al alimentar a los terneros bajo estrés por calor. Este experimento demostró que la alimentación de verano de un sustituto de leche (26:17 a 0.66 kg/d dos veces al día) mejoró el crecimiento en comparación con un sustituto convencional (20:20 a 0.55 kg/d).

Referencia:

Orellana Rivas, R.O., Komori, G.H., Beihling, V.V., Marins, T.N., Bernard, J.K., Tao, S. 2020. Effects of milk replacer feeding levels on performance and metabolism of preweaned dairy calves during summer. Journal of dairy science. 103(1): 313-324.

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