Álvaro García
La producción de lácteos puede mejorarse aumentando el consumo de alimento sin afectar negativamente la salud y el bienestar de los animales. Esto requiere una comprensión profunda de los mecanismos de consumo y la salud del rumen. En los sistemas de producción intensiva, el equilibrio correcto entre los carbohidratos fermentables (almidón y azúcares) y los fibrosos (fibra bruta) es fundamental para mantener un rumen saludable. Cuando se altera este equilibrio, además de modificarse la fermentación ruminal, también se altera la motilidad de los preestómagos. Esto puede provocar una mayor incidencia de acidosis y desplazamiento del abomaso, entre otros problemas metabólicos.
Las vacas durante la transición y al comienzo de la lactancia son propensas a estos desafíos de salud. El balance energético negativo los hace ávidos de alimentos densos en energía que pueden exacerbar este problema. La alimentación de TMRs puede ayudar a reducir esto, siempre que la dieta tenga un tamaño de partícula adecuado y las vacas no seleccionen los ingredientes de la dieta. Sin embargo, esto puede ser un desafío, cuando se utiliza el llamado “sistema Kempen”, donde la dieta se suministra en forma de pienso compuesto y el heno ofrece libre elección.
En un experimento reciente (Rahim et al., 2020), el comportamiento alimentario y la función del rumen se alteraron agregando aroma al heno y variando el nivel de almidón y fibra en el alimento compuesto. Las vacas Holstein fueron alimentadas con piensos compuestos más heno de hierba a libre disposición. Había dos tipos de alimentación compuesta, uno con alto contenido de almidón y otro con alto contenido de fibra. El heno se ofreció libremente: sin tratar y con aroma. El producto aromático utilizado fue un sabor destinado a imitar las propiedades sensoriales del heno altamente apetecible. El aroma artificial se diluyó a razón de 80 g de aditivo por litro de agua y se roció uniformemente sobre el heno una vez al día (54 g de solución por kg de heno fresco).
Las visitas totales a comederos por día, las visitas al comedero de heno de pasto, las visitas al comedero de alimento compuesto y el tiempo de consumo del alimento compuesto fueron mayores en vacas que recibieron heno de hierba tratado. El tamaño del bocado y el tiempo de consumo del alimento no se vieron afectados por los tratamientos. Las vacas alimentadas con piensos compuestos con alto contenido de fibra tenían mayor grasa en leche, contenido de urea en leche y mayor contenido de grasa en leche. Las vacas alimentadas con heno tratado con aroma tenían mayor contenido de lactosa, producción de lactosa y contenido de urea en la leche. Estas vacas también tenían menores proporciones molares en el rumen de ácido acético y mayores proporciones molares de ácido propiónico en comparación con el heno no tratado.
En conclusión, el tratamiento del heno de hierba con aroma artificial aumentó el consumo de alimento compuesto y el consumo total de materia seca, pero no afectó el consumo de heno. Además, el heno de hierba tratada aumentó la frecuencia de visitas a ambos comederos. El tipo de alimento compuesto no afectó los patrones de comida, el pH ruminal ni los perfiles de fermentación.
Referencia:
Abd Rahim, S., van Laar, H., Dijkstra, J., Navarro-Villa, A., Fowers, R., Hendriks, W.H., … Martín-Tereso, J. 2020. Effects of an artificial hay aroma and compound feed formulation on feed intake pattern, rumen function and milk production in lactating dairy cows. Animal. 14(3): 529-537.
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