Evaluar la condición corporal con imágenes: resultados de un estudio realizado en una granja comercial | Dellait

Álvaro García

La evaluación de la condición corporal (CC) sirve para valorar, con rapidez, las reservas de grasa de una vaca y aporta información crucial sobre su balance energético. Tradicionalmente, para evaluar la CC se utilizaba una inspección visual realizada por personal cualificado, en la que la experiencia y la formación del evaluador influían subjetivamente en el procedimiento. Sin embargo, la fiabilidad de las puntuaciones varía incluso entre individuos con formación, ya sea entre diferentes evaluadores o entre el mismo evaluador a lo largo de periodos cortos de tiempo. Por lo tanto, para minimizar cualquier factor subjetivo, es esencial contar con una formación y experiencia consistentes.

Fluctuaciones de la CC durante la lactancia

El periodo que rodea al parto afecta significativamente a la CC, ya que las vacas experimentan una disminución de las reservas de grasa de entre un 30% y un 40%. A menudo, este periodo provoca un balance energético negativo, es decir, que la demanda nutricional de la vaca supera al consumo, algo que se puede observar en más del 80% de las vacas lecheras durante la lactancia. Al principio, las vacas sufren una pérdida de condición, seguida de un proceso gradual de recuperación a medida que la demanda de energía disminuye a lo largo de la lactancia. Hay estudios que demuestran que la mayoría de las vacas recuperan un balance energético positivo a los 45 días en leche (DEL), y que el 90% lo logra a los 63 DEL. Hasta la siguiente gestación, las vacas priorizan la asignación de recursos a la producción de leche, lo que les permite reponer las reservas corporales. Normalmente, durante los primeros 30 DEL se produce la mayor pérdida de condición corporal, seguida de un periodo de mantenimiento hasta alrededor de los 90 DEL, tras el cual las vacas empiezan a recuperarla. Sin embargo, el momento en que se alcanza el punto más bajo de CC puede variar entre 60 y 100 DEL. La paridad, los DEL y las puntuaciones anteriores de CC influyen en la condición corporal y, en general, las vacas primíparas obtienen puntuaciones más altas que las vacas de más edad. Además, el índice de pérdida de condición corporal difiere entre grupos según la paridad, ya que las vacas que se encuentran en su segunda lactancia experimentan una menor pérdida tras el parto en comparación con las vacas viejas.

Se ha asociado la cría selectiva para la producción de leche con un aumento de la movilización de las reservas corporales. Aunque existe una relación no lineal entre la CC en el parto y la producción de leche, se ha relacionado una CC baja con una mayor producción de leche. Las vacas con un CC de 3,5 aproximadamente son las que más leche producen en 60 días, lo que contradice los datos anteriores, dejando entrever que es posible que exista una correlación entre la CC y la producción. El estado de las vacas al inicio de la lactancia repercute en su desarrollo y en la curva de la condición corporal, ya que las vacas con una buena CC consumen menos materia seca, lo que provoca una mayor pérdida de condición corporal a lo largo de este periodo. También es posible que las vacas con problemas subyacentes como la acidosis ruminal, recuperen más lentamente su puntuación de CC, mientras que las vacas sobre-condicionadas tienden a bajar más rápidamente de peso que las que no lo están. Ambas suelen mantener sus respectivas puntuaciones de CC tras el parto. A pesar de los esfuerzos por mejorar la objetividad y la precisión de la evaluación de la CC utilizando tecnologías como los sistemas de evaluación automáticos, la mayoría siguen siendo poco prácticos para su uso en explotaciones comerciales.

Últimos estudios

En un estudio realizado en una granja lechera comercial que cuenta con un rebaño de 3.000 vacas, se recopilaron datos de 2.343 vacas Holstein, tanto secas como lactantes, durante todo un periodo de lactancia. La paridad media de las vacas era de 2,1 ± 1,1, la media de los días en leche (DEL) era de 186,1 ± 111,1, la de la CC obtenida con una cámara 3D era de 3,42 ± 0,24 y la media del rendimiento lácteo previsto era de 12.721± 2.028 litros. A las vacas se les suministró una ración total mezclada acorde con sus necesidades y en función de la CC que se deseaba obtener en las distintas fases de la lactancia.

Se instalaron dos cámaras de evaluación de la condición corporal (CC) sobre las salidas de las dos salas de ordeño de la granja. Además, se colocó un sensor de identificación por radiofrecuencia (RFID) en cada puerta de clasificación para identificar a las vacas mediante sus correspondientes crotales. Esta cámara creó una imagen única en 3D de cada vaca, en la que se destacaron los contornos de los músculos y la grasa corporal de su lomo. El software de la cámara procesó las imágenes en 3D para calcular automáticamente la CC en una escala de 0,1 a 5 puntos en función de las principales características anatómicas del lomo de la vaca.

Conclusiones

Según los resultados del estudio, la media de CC registrada durante el parto y a lo largo del periodo de lactancia fue de 3,42 ± 0,22 y 3,29 ± 0,25, respectivamente, y osciló entre 2,2 y 4,0 puntos. Las vacas primíparas alcanzaron su puntuación más baja a los 38 días postparto, mientras que las multíparas lo hicieron a los 54 días postparto, registrándose una pérdida media de CC de 0,24 puntos (±0,25). Las vacas tardaron una media de 256 días (3,42 ± 0,23) en recuperar la CC que habían perdido tras el parto. A los 300 días en leche, cuando finalizó el estudio, el promedio de CC era de 3,47 ± 0,22. Las estratificaciones por número de lactancia revelaron un recorrido uniforme de la CC a lo largo de todas ellas, ya que las vacas de primera lactancia mostraron una pérdida de CC inferior y mantuvieron una puntuación más alta a lo largo de la lactancia. Las vacas multíparas sufrieron una pérdida de condición corporal de más del doble con respecto a las primíparas, pero alcanzaron el punto más bajo 16 días más tarde. Al comparar la CC con la producción de leche, se observó un balance energético negativo asociado a la movilización de la CC en torno a los 16 DEL, y se alcanzó un balance energético positivo a los 230 DEL.

Los resultados de la evaluación automática de la condición corporal obtenidos a lo largo de la lactación concuerdan con los modelos recientes de curvas de la CC basados en los métodos de evaluación visual realizados por profesionales. Cabe destacar que la media de la CC obtenida por evaluación automática durante el parto registrada en este estudio fue superior a la de otros estudios realizados con vacas estabuladas. Mientras que la evaluación visual de la CC puede tener errores debidos a factores humanos como la experiencia y la formación, la evaluación automática de la CC es más precisa, mejorando potencialmente este proceso. Los modelos de curvas de la CC aportaron datos sobre los distintos factores que influyen en la evolución de la CC a lo largo de la lactancia, lo que permite seguir investigando e incorporarlos a los modelos de predicción o a las estrategias de gestión de las granjas. Es fundamental recordar que la predisposición genética puede afectar a la evolución de la CC, y que los factores ambientales pueden influir en la capacidad de una vaca para ceñirse a su ruta genética. Para optimizar el potencial genético de las vacas es imprescindible realizar un seguimiento al inicio de la lactancia, mientras que realizarlo al final de la lactancia les brinda la oportunidad de reconstituir su capacidad genética, aunque este proceso puede plantear riesgos. El valor genético también influye en la pérdida de CC postparto, ya que las vacas con un alto valor genético experimentan una mayor pérdida y alcanzan el punto más bajo de forma tardía.

Consecuencias

Aunque el estudio arroja luz sobre los aspectos relacionados con la predicción de la CC, es preciso seguir investigando la posibilidad de incorporar una herramienta de predicción de la CC a la gestión de las granjas. Los próximos estudios que se realicen sobre este tema deberían investigar otros factores que influyen en la CC, como por ejemplo la genética, con el fin de mejorar la precisión del modelo y su aplicabilidad en la granja. Si se utilizan los sistemas de evaluación de la CC para recopilar datos periódicamente y se integran en los protocolos de gestión, se podrán comprender mejor los cambios en la CC de las vacas lecheras, mejorando así el bienestar de los animales y de las prácticas de gestión de las granjas comerciales. Mientras que otros estudios han examinado la evolución de la CC a lo largo del periodo de lactancia, este estudio tenía como objetivo analizar estos cambios mediante un nuevo sistema automático de evaluación de la condición corporal. Este sistema permite realizar este proceso de manera más precisa que los métodos de evaluación visual, lo que permite conocer mejor las distintas dinámicas de la CC. En este estudio también se identificaron algunos factores relevantes para la predicción de las curvas de la CC durante la lactancia, los cuales podrían servir de base para el monitoreo o el establecimiento de puntos de referencia para las vacas lecheras en lactación. Además, el contar con la evaluación automática de la CC en futuros estudios y protocolos de granjas puede ayudar a perfeccionar las ecuaciones de la demanda energética con el fin de reducir el balance energético negativo durante el periodo de transición y comprender mejor los cambios en la condición corporal de estos animales.

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