María Villagrasa & Nuria Garcia
El fleo (Phleum pratense) es una planta perenne originaria de Eurasia cuyo cultivo está muy extendido en países de climas frío. De hecho, junto al trébol rojo (Trifolium pratense), domina los cultivos forrajeros del norte de Suecia en los que se centra la producción láctea.
Es una especie que tolera bien las bajas temperaturas, pero es poco resistente a las sequías prolongadas. Se diferencia de la mayoría de las gramíneas en que uno u ocasionalmente dos de los entrenudos de la base del tallo se hinchan dando lugar a una especie de bulbo llamado “haplacorm”. Esta característica se usa a menudo para identificar a la planta durante sus primeras etapas de crecimiento.
Generalmente se siembra en primavera o verano y necesita unos 50 días para establecerse en la mayoría de los climas. Es una planta que rebrota lentamente después de ser cortada y se sabe que la cosecha temprana de primavera generalmente produce un ensilado altamente digestible que favorece el consumo de alimento y la producción de leche. Sin embargo, el ensilado preparado con el rebrote reduce la producción de leche porque tiene una menor digestibilidad.
Las diferencias en la digestibilidad de las distintas cosechas pueden estar relacionadas con cambios en la temperatura y en la intensidad de luz a lo largo del periodo de crecimiento.
El calentamiento global ha hecho que la estación de crecimiento dure más días y ha permitido que se puedan realizar tres cosechas al año para la producción de ensilado. No hay muchos estudios sobre el efecto del ensilado de fleo de tercer corte en la producción de leche, pero los resultados han sido variables. Para optimizar la cosecha y la alimentación en la granja, se necesita más conocimiento sobre la respuesta de la producción de las vacas lecheras a los ensilados de rebrote cuando se aplican diferentes estrategias de cosecha.
El objetivo de un estudio realizado en la University of Agricultural Sciences de Suecia (Pang et al., 2020) fue el de investigar los efectos de alimentar a vacas lecheras en lactación con ensilados de segundo y tercer corte obtenidos con diferentes estrategias de cosecha sobre su productividad.
A 30 vacas rojas nórdicas se les ofrecieron cinco dietas experimentales que contenían ensilados de rebrote (56.5% materia seca; MS), cebada aplastada (34.0% MS), harina de colza (8.0% MS) y minerales y vitaminas (1.50% MS). Cuatro de las dietas eran de ensilado de segundo corte, lo que permitió evaluar el efecto del tiempo de cosecha del primer corte —temprano o tardío— en el ensilado de segundo corte, intervalo de rebrote —corto o largo— en el segundo corte y su interacción con la productividad de las vacas.
Estas fueron las cinco dietas:
- A: primer corte temprano y ensilado de segundo corte temprano
- B: primer corte temprano y ensilado de segundo corte tardío
- C: primer corte tardío y ensilado de segundo corte temprano
- D: primer corte tardío y ensilado de segundo corte tardío
- E: primer y segundo corte temprano y ensilado de tercer corte
El ensilado de segundo corte cosechado después del primer corte temprano (A) tenía la concentración más elevada de proteína y energía metabolizable en comparación con los ensilados de segundo corte cosechados después del primer corte tardío (C y D)
Las concentraciones de MS y FND fueron menores en el ensilado de tercer corte, pero la concentración de proteína fue mayor que en los ensilados de segundo corte. Además el ensilado de segundo corte temprano después de un primer corte temprano (A) y el de tercer corte mostraron valores equivalentes de EM (E).
Las diferencias en la composición nutricional de las dietas reflejan las diferencias entre los ensilados, porque la fuente del ensilado fue la única diferencia entre ellas.
Efecto del ensilado de hierba de rebrote sobre el consumo de nutrientes
Las vacas que recibieron la dieta A fueron las que consumieron más MS (22.4 kg/día) y no se observaron diferencias en el consumo de MS entre las vacas que fueron alimentadas con la dieta del ensilado de tercer corte (20.8 kg/día) y el promedio de las dietas de segundo corte (21.1 kg/día).
El ensilado de hierba de tercer corte hizo que aumentara la producción láctea
Retrasar el primer corte e incrementar el intervalo de rebrote redujo la producción de leche (28.3 vs. 26.8 kg/día), grasa (1.22 vs. 1.13 kg/día) y la concentración de urea en la leche (4.50 vs. 4.01 mM). Lo mismo sucedió con la leche corregida por energía (LCE): su producción se redujo al incrementar el intervalo de rebrote, y esta reducción fue mayor después del primer corte temprano respecto al primer corte tardío (29.9 vs. 28.1 kg/día).
Por otro lado, las vacas alimentadas con ensilado de tercer corte tuvieron mayores producciones de leche (29.7 kg/día) y LCE (31.2 kg/día) que las que recibieron los ensilados de segundo corte (media de 27.5 kg/día y 29.0 kg/día respectivamente). Una posible razón es el diferente reparto de nutrientes entre la leche y los tejidos corporales, de modo que las vacas alimentadas con la dieta de segundo corte distribuían más energía hacia los tejidos que las vacas alimentadas con la dieta de tercer corte.
Respecto a la concentración de proteína láctea, esta disminuyó de 3.68 a 3.60% y aumentó de 3.56 a 3.61% al aumentar el intervalo de rebrote después del primer corte temprano y tardío, respectivamente. Lo mismo sucedió con la producción de proteína láctea que disminuyó de 1.06 a 0.96 kg/día y de 0.94 a 0.93 kg/día al aumentar el intervalo de rebrote después del primer corte temprano y tardío, respectivamente.
Al igual que sucedió con otros parámetros productivos, y en comparación con las vacas alimentadas con el ensilado de segundo corte, la alimentación con el ensilado de tercer corte hizo que aumentara la concentración de proteína láctea (3.61 vs. 3.67%) y urea (4.25 vs. 5.17 mM) y la producción de grasa (1.18 vs. 1.24 kg/día) y proteína (0.97 vs. 1.06 kg/día) lácteas.
La digestibilidad se reduce al aumentar el intervalo de rebrote
La digestibilidad del tracto total de los componentes de la dieta disminuyó de 83.1 a 78.0% y de 79.7 a 72.5% al aumentar el intervalo de rebrote después del primer corte temprano y tardío, respectivamente. La dieta con el ensilado de tercer corte fue más digestible que las dietas de ensilado de segundo corte (78.3 vs. 82.3%) lo que está en línea con informes anteriores.
Conclusiones
En definitiva, la alimentación con ensilado de rebrote en sistemas de dos o tres cortes cosechados después de un primer corte temprano y después de un intervalo de rebrote corto hace que mejore la producción lechera y el consumo de alimentos. De todos ellos, la alimentación con ensilado de tercer corte proporciona la mayor producción de leche.
Este estudio aporta información sobre las respuestas productivas de las vacas lecheras a los ensilados de rebrote a partir de diferentes estrategias de cosecha. Para las aplicaciones prácticas se deben considerar los efectos de los sistemas de cosecha sobre la producción de MS y las ganancias generales de la granja, incluyendo el valor nutritivo del ensilado y las respuestas de producción.
Referencia
Pang, Degong & Huhtanen, Pekka & Krizsan, Sophie. (2016). Effect of grass silage from regrowth on dairy cow performance.
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