Influencia del cambio climático en el valor nutritivo del heno

Joaquín Ventura & Fernando Diaz

Según datos de la National Oceanic and Atmospheric Administration, una agencia dependiente del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, enero de 2020 fue el enero más cálido de la historia a nivel global desde que hay registros climáticos, hace 141 años: la temperatura de la superficie tanto terrestre como oceánica estuvo 1.14 ºC por encima de la media para enero durante el siglo XX, muy por encima del último récord que databa de enero de 2016. Es más, se trata del cuadragésimo cuarto mes de enero consecutivo con temperaturas superiores a la media del siglo XX. El cambio climático es un hecho y hemos de adaptarnos lo antes posible para que nuestras explotaciones ganaderas sufran lo menos posible ante esta circunstancia.

Una de las consecuencias de que la temperatura media del aire sea más alta es que se acelera la maduración de las plantas que forman parte de los pastos, lo que influye en su valor nutricional. Es necesario ajustar el momento en que se recoge el pasto para producir heno si queremos seguir contando con un alimento de una calidad óptima para el ganado.

Un estudio llevado a cabo durante 32 años en 48 parcelas de pastos de la región de Cantal, situada en el interior de Francia, en su mitad sur y entre los 900 y 1,200 m de altitud, ha monitorizado el valor nutritivo de su producción de heno. El objetivo fue evaluar la variación de la calidad del heno debido al cambio climático, por una parte, y determinar si el valor del alimento se puede predecir mejor combinando variables agroclimáticas con composición química, por otra.

Se midió la digestibilidad in vivo y la ingestión de materia seca de heno cosechado durante el primer corte anual en pastizales permanentes, utilizando ovejas. Durante los 32 años en los que se recogieron los datos, la temperatura media del aire entre febrero y agosto, periodo que corresponde con el nacimiento y mayor crecimiento vegetativo del pasto, aumentó en 1.34 ºC. Para compensar la maduración acelerada como consecuencia de este incremento de la temperatura, el primer corte se adelantó seis días. Se calculó que la suma térmica en el momento del primer corte había aumentado en un 13% durante el periodo de estudio.

El cambio climático influye en la digestibilidad del heno

El contenido de proteína bruta y la digestibilidad de la materia orgánica del heno cosechado durante el periodo experimental disminuyeron (un 22% y un 3%, respectivamente), mientras que la proporción de fibra bruta y el consumo de materia seca crecieron (un 8% y un 9%). Los cambios en la composición química y la digestibilidad de la materia orgánica fueron consistentes con el aumento de la suma térmica.

Se comprobó que los valores agroclimáticos tuvieron influencia en la digestibilidad del heno: cuando se intentó predecir la digestibilidad de la materia orgánica del heno solamente a partir de su composición química (proteína y fibra brutas), solo se logró explicar un 56.9% de su variabilidad; en cambio, cuando se añadieron al cálculo la suma térmica y los días tras alcanzar el óptimo de maduración, se consiguió explicar el 60.2% de la variabilidad.

Los autores de este estudio a largo plazo observaron que el cambio climático ha tenido un efecto significativo sobre la maduración del pasto, que se alcanzaba antes al final de periodo de estudio que al principio del mismo. En las parcelas estudiadas no es suficiente adelantar seis días el momento del primer corte, sino que para mantener la misma calidad del heno al final que al principio del periodo de recogida de datos, contando con el incremento de la suma térmica y observando el estado de maduración de las plantas, sería necesario adelantar el primer corte unos 19 días.

En conclusión, el estudio señala el efecto negativo indirecto del cambio climático sobre la calidad del heno de prado si no se compensa la maduración acelerada de las plantas con un adelanto significativo de la fecha del primer corte. Por otra parte, según los resultados obtenidos, tener en cuenta los criterios agroclimáticos ayuda a monitorizar y predecir la calidad del heno en relación con las variaciones climáticas intra e interanuales.

Referencia

Bertrand Deroche, Philippe Pradel, René Baumont. 2020. Long-term evolution and prediction of feed value for permanent mountain grassland hay: Analysis of a 32-year data set in relation to climate change. Grass Forage Sci. 75:18–27.

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