Maria Villagrasa & Fernando Diaz
En la actualidad, el sorgo (Sorghum bicolor), representa el principal cereal en algunas partes de África, Asia, India, Pakistán y China donde constituye gran parte de la dieta de la población. Se emplea también en alimentación animal para producir forrajes.
Dada su resistencia a la sequía y al calor, es un cultivo importante en las regiones áridas y además, presenta otras ventajas: con respecto al maíz, por ejemplo, el sorgo forrajero utiliza el agua de forma más eficiente y produce más biomasa.
El contenido medio de almidón del grano de sorgo es de un 64.8% (sobre materia seca; MS); también contiene pequeñas cantidades de monosacáridos libres, sacarosa y oligosacáridos. La relación amilosa:amilopectina es de 20:80. La fracción fibrosa (fibra neutro detergente 8% MS) está muy poco lignificada (0.7% MS) y la componen principalmente celulosa, hemicelulosas y pentosanas.
Su nivel de grasa es apreciable (3.0% MS), pero menor que el del maíz. Su contenido en ácido linoleico es también inferior. La concentración de proteína es algo superior a la del maíz y también más variable (proporción de albúminas, globulinas, prolamina y glutelinas de un 5.7; 7.1; 52.7 y 34.4%, MS respectivamente).
La planta de sorgo, al igual que el trigo o el centeno, posee la capacidad de ajustar su crecimiento aumentando el número de macollos o tallos producidos así como la producción de grano cuando la densidad de siembra es reducida. De este modo se mitiga la reducción en la producción cuando la densidad de siembra es baja.
Dentro de los sorgos cultivados para ensilado se encuentran los de tipo BMR (con el gen Brown Mid-Rib) que presentan la nervadura central de la hoja de color marrón. Además, el tallo y las hojas están menos lignificados lo que permite una mayor digestibilidad de la fibra. Otro esfuerzo para mejorar la producción y calidad del sorgo ha sido mediante prácticas agrícolas, entre ellas el control de la densidad de sembrado.
Debido a las diferencias y avances en la genética híbrida, las respuestas a las diferencias en la densidad de siembra deben evaluarse continuamente para optimizar la producción de forraje de sorgo.
En ese sentido se realizó una investigación (McCary et al., 2020) para evaluar los efectos de la densidad de siembra del sorgo forrajero híbrido enano marrón midrib-6 sobre el valor nutritivo, la producción de materia seca (MS) y la producción de leche estimada.
Se sembró sorgo en cinco campos, cada uno con una cantidad diferente de semillas: 148,000 (D1), 198,000 (D2), 247,000 (D3), 297,000 (D4) y 346,000 (D5) semillas/ha. Todas las parcelas se cosecharon 99 días después de la siembra. En la cosecha se cortaron a mano las dos hileras centrales de cada parcela; cada una se procesó con una picadora de ensilado y se colocó en un contenedor.
La densidad de siembra no tuvo efectos significativos sobre la MS y la FDN
La concentración de MS del forraje de sorgo (% en el momento de la cosecha) se incrementó de forma lineal con la densidad de siembra, con valores que iban desde 30.6% en la D1 a 34.6% en la D5. Es probable que estas diferencias se deban a que aumentó el número de tallos secundarios de la planta cuando las densidades de siembra eran más bajas lo que redujo la concentración de MS del forraje de sorgo.
No se observaron efectos significativos de la densidad de siembra sobre la producción de forraje húmedo (28.8 ton/ha), de MS (9.4 ton/ha), fibra (4.76 ton FND/ha), fibra digestible (2.18 ton/ha) y almidón (1.3 ton/ha).
La densidad de siembra tampoco afectó a la concentración en proteína (11.1% MS) ni almidón (16.5% MS) pero influyó en el contenido en fibra. El contenido en FND aumentó linealmente de 48.9% MS en el grupo D1 a 53.3% MS en el D5.
Estos resultados indican que la densidad de siembra tuvo escaso efecto sobre el valor nutritivo, la producción de materia seca y la producción de leche estimada, lo que respalda el hecho de que el sorgo posee la capacidad de ajustar su crecimiento fisiológico aumentando el número de tallos y la producción de grano cuando la densidad de siembra se reduce.
Por ello, los autores afirman que aumentar la densidad de siembra de este tipo de sorgo por encima de las 247,000 semillas/ha puede ser innecesario y los costes de producción se podrían reducir si se utilizan estas bajas densidades de siembra cuando se plantan híbridos similares.
Referencia
C. L. McCary, C. Heinzen Jr., E. M. Paula, M. O. Wallau, and L. F. Ferraretto. 2020. Short Communication: Effects of planting density on nutritive value, dry matter yield, and predicted milk yield of dairy cows from 2 brown midrib forage sorghum hybrids. Applied Animal Science 36:320–328.
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