Restricción de alimento en vacas lecheras I: Efectos nocivos sobre la salud intestinal

Nuria García

Existen varias situaciones en la ganadería en las que el consumo de alimento está por debajo del nivel óptimo, ya sea debido a su escasez (por ejemplo, sequía, hacinamiento) o como resultado de una respuesta adaptativa (por ejemplo, estrés por calor, inmunoactivación).

La disminución del consumo de energía y nutrientes limita el rendimiento productivo del animal por debajo de su potencial genético y pone en peligro la rentabilidad de la explotación. En concreto, la restricción de alimentos y la desnutrición causan disfunción de la barrera intestinal: reducen el número de células epiteliales, las tasas de proliferación y migración celular y la altura de las vellosidades y, por otra parte, hacen que aumente la tasa de pérdida de células intestinales y la apoptosis.

Además, la restricción de alimento hace que se reduzca la funcionalidad de las células de Paneth que secretan antimicrobianos, lo que compromete la capacidad de defensa inmunitaria del intestino y altera el microbioma.

Debido a este efecto sobre la función de la barrera intestinal, la restricción de alimentos incrementa el riesgo de paso de endotoxinas desde la luz intestinal hacia la circulación portal, linfática y sistémica. Esto activa el sistema imunitario y provoca una respuesta inflamatoria bien caracterizada. La inmunoactivación reorganiza la repartición de nutrientes lejos de fenotipos económicamente importantes, contribuyendo a una reducción de la rentabilidad y comprometiendo el bienestar animal.

En la literatura científica, la gravedad y la duración de la restricción de alimento varía considerablemente y sus efectos sobre la salud intestinal no se han estudiado ampliamente en los rumiantes, por lo que no está claro qué magnitud de restricción de alimento se necesita para comprometer la función de la barrera intestinal.

Por este motivo, el principal objetivo de un estudio llevado a cabo por investigadores de la universidad estatal de Iowa (Kvidera et al., 2017) fue el de identificar cómo la progresiva restricción de alimento afectaba a los biomarcadores circulantes que reflejaban el aumento de la permeabilidad intestinal.

Un total de 28 vacas Holstein (157 días en leche) recibieron uno de los siguientes tratamientos durante cinco días:

  1. 100% del consumo ad libitum (AL100)
  2. 80% del consumo AL (AL80)
  3. 60% del consumo AL (AL60)
  4. 40% del consumo AL (AL40)
  5. 20% del consumo AL (AL20)

La restricción de alimentos produce cambios metabólicos en las vacas

Como se esperaba, a medida que aumentaba la magnitud de la restricción de alimento, el peso corporal, el balance energético y la producción de leche disminuían linealmente. Se observaron cambios metabólicos que incluyeron la reducción de la insulina y del nitrógeno ureico en la sangre y el aumento de ácidos grasos no esterificados circulantes de forma lineal al ir incrementando la restricción; no se observó ningún efecto sobre la glucosa.

Además, el contenido de grasa hepática aumentó en los animales de los tratamientos AL40 o AL20. Del mismo modo, las frecuencias cardiaca y respiratoria disminuyeron de forma lineal con la restricción de alimento.

No se observaron trastornos de salud evidentes, por lo que el aumento en los biomarcadores inflamatorios circulantes se originó aparentemente por el paso del contenido luminal intestinal a la circulación debido a la reducida integridad de la barrera intestinal. Las endotoxinas circulantes aumentaban al intensificarse la restricción de alimento.

La proteína fijadora de lipopolisacáridos, la proteína amiloide A sérica y la haptoglobina circulante aumentaron al aumentar la restricción de alimento, lo que indica que la respuesta inflamatoria también se fue incrementando. Los linfocitos circulantes también se incrementaron al aumentar la restricción del alimento, pero no se observaron efectos del tratamiento en ningún otro parámetro de las células inmunitarias, incluidos los glóbulos blancos totales, neutrófilos, monocitos, eosinófilos y basófilos.

La restricción de alimentos provoca cambios en la morfología intestinal

Se sacrificaron las vacas de los tratamientos AL100 y AL40 para evaluar la histología intestinal. La anchura de las vellosidades del yeyuno, la profundidad de la cripta y el área de las células caliciformes, así como la altura de las vellosidades del íleon, la profundidad de la cripta y el área de las células caliciformes, se redujeron (36, 14, 52, 22, 28 y 25%, respectivamente) en las vacas AL40 en comparación con los controles AL100. La proliferación celular del íleo tendió a disminuir (14%) en vacas AL40 vs AL100.

En resumen, la restricción de alimento progresiva aumentó los marcadores circulatorios de inflamación, debido seguramente a una mayor permeabilidad intestinal como lo demuestran los cambios en la barrera intestinal.

Referencia

S. K. Kvidera, E. A. Horst, M. V. Sanz Fernandez, M. Abuajamieh, S. Ganesan, P. J. Gorden, H. B. Green, K. M. Schoenberg, W. E. Trout, A. F. Keating, and L. H. Baumgard. Characterizing effects of feed restriction and glucagon-like peptide 2 administration on biomarkers of inflammation and intestinal morphology. 2017. J. Dairy Sci. 100:9402–9417.

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