Manejo de dietas de vacas secas con alta inclusión de paja de trigo

Nuria Garcia

Las semanas previas al parto, las vacas lecheras deben consumir una dieta equilibrada de manera constante con el objetivo de mejorar el consumo de materia seca (MS) y la salud metabólica después del parto.

Se puede lograr que las vacas presenten un consumo regular al final de la gestación ofreciéndoles dietas controladas en energía, que incluyen alimentos con baja densidad de nutrientes (por ejemplo, paja de trigo). Estas dietas están diseñadas para fomentar el consumo ad libitum, mientras se controla el consumo de energía para que las vacas no ganen excesiva condición corporal durante el periodo seco.

Recientemente, se ha demostrado que la reducción del tamaño de partícula de la paja en dietas de vacas secas con alto contenido en paja mejora el consumo y promueve la salud ruminal y metabólica después del parto. Sin embargo, aunque un tamaño más pequeño de paja reduce el comportamiento de selección del alimento en el comedero, no elimina este comportamiento por completo, lo que lleva a pensar que existen otros factores relacionados con la dieta que afectan a esta selección.

Generalmente, las dietas del periodo seco con energía controlada contienen una alta proporción de forrajes secos y, por lo tanto, tienen menor contenido de humedad que las dietas de lactación. La adición de agua a raciones de vacas lactantes con bajo contenido de humedad tiene algunos efectos beneficiosos, como es la reducción de la selección de alimento y un mayor contenido de grasa y proteína en la leche.

Sin embargo, el efecto de la adición de agua a las dietas de vacas secas con alto contenido en paja no se ha estudiado previamente. Así, el objetivo de este trabajo, publicado en Journal of Dairy Science en febrero de 2020 (Havekes et al., 2020), fue determinar el efecto de la adición de agua a una dieta de periodo seco con alto contenido en paja sobre el comportamiento alimenticio, la salud y la producción de las vacas en el periodo posparto.

Para ello, en la Universidad de Guelph (Canadá), se asignaron 40 vacas de dos o más lactaciones, 45 días antes de la fecha prevista de parto, a uno de los dos tratamientos dietarios que consistieron en una ración total mezclada (RTM) con alto contenido en paja de trigo (36 % MS), ensilado de maíz (41% MS) y concentrado en forma de pellets (23 % MS) a la que:

  • No se le añadió agua (MS = 53.4%)
  • Se le añadió agua para reducir la MS en aproximadamente 10 puntos porcentuales (MS = 45.4%).

La dieta fue formulada para un 11.6 % de proteína, 1.35 Mcal/kg de energía neta de lactación (ENL). Después del parto, se alimentó a todas las vacas con las misma RTM de lactación (45.2 % de MS, 14.9 % proteína, 1.68 Mcal/kg de ENL) durante 28 días.

El consumo de MS, el comportamiento alimentario, y la actividad ruminal se registraron automáticamente. La RTM fresca y los sobrantes se recogieron dos veces a la semana para determinar las preferencias en la selección de alimento de las vacas. Se utilizó un separador de partículas para separar las muestras de alimento en cuatro fracciones: partículas largas (>19 mm), medias (<19, >8 mm), cortas (<8, >4 mm) y pequeñas (<4 mm). La selección de alimento se calculó a partir del consumo real de cada fracción de partícula expresado como el porcentaje del consumo previsto.

Las vacas alimentadas con la dieta con agua consumieron más MS

Los resultados pusieron de manifiesto que las vacas alimentadas con la dieta con agua presentaron mayor consumo de MS durante el periodo seco que las vacas alimentadas con la dieta sin agua, pero la actividad ruminal no difirió entre los dos grupos.

Después del parto, el consumo de MS y el comportamiento alimentario no se vieron afectados por el tratamiento recibido durante el periodo seco. Las vacas del grupo que recibió agua experimentaron un descenso del pH ruminal diario más lento durante los primeros siete días en lactación.

No se detectaron diferencias en la puntuación de condición corporal, en la ganancia de peso o en la producción y composición de la leche entre las vacas de ambos grupos.

Por lo tanto, el aumento del contenido en humedad de la ración de las vacas secas con alto contenido en paja, mediante la adición de agua, mejoró el consumo durante el periodo seco, resultado de una menor selección de alimento, y mantuvo constante el consumo la semana previa al parto.

Durante la primera semana posparto, las vacas que se alimentaron previamente con la dieta con más contenido en humedad presentaron un pH retículo-ruminal mejor y más estable. En general, estos resultados demuestran que disminuir el contenido de MS de una dieta de periodo seco con alto contenido en paja tiene efectos positivos en el consumo y el comportamiento alimentario durante en el periodo seco y en la salud ruminal en el posparto.

Referencia

Havekes CD, Duffield TF, Carpenter AJ and DeVries TJ. Moisture content of high-straw dry cow diets affects intake, health, and performance of transition dairy cows. J. Dairy Sci. 103:1500–1515

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