Andrés Haro
La escasez de agua es uno de los problemas más importantes que afecta hoy en día al desarrollo sostenible. El aumento de la demanda de productos agrícolas y ganaderos puede sobrecargar los recursos de agua dulce necesarios para sustentar toda esa producción.
Un indicador importante de sostenibilidad es la evaluación de la huella hídrica en ambos sectores. El concepto de huella hídrica hace referencia al volumen de agua dulce necesaria para producir un producto y se mide a lo largo de toda la cadena de producción de dicho producto.
La evaluación de la huella hídrica de los sistemas de producción ganadera ha generado la necesidad de cuantificar los consumos de este recurso, con el fin de establecer medidas de manejo en los sectores con gran demanda de materias primas como la ganadería lechera. Por lo tanto, aumentar la eficiencia del uso del agua en los sectores de producción de leche, mejorará la sostenibilidad en los sistemas ganaderos para minimizar posibles impactos sobre los recursos hídricos.
En un reciente estudio, Ibidhi et al., (2020) determinaron la huella hídrica y la productividad económica del agua de los sistemas de producción ganadera, para mejorar la optimización del líquido vital. Los investigadores trabajaron con ocho granjas lecheras ubicadas en el noroeste de Túnez.
Los usos del agua se controlaron entre el 2015 y 2016 sobre un área promedio de producción de 383 ha, para medir la huella hídrica y la productividad económica del agua. Los volúmenes de agua de cada granja se evaluaron mediante dispositivos instalados en puntos de extracción de agua de riego, consumo, enfriamiento de la leche, enfriamiento de los animales en la temporada de verano y aguas de servicio (la que se utiliza para limpiar la granja, los animales y mantener limpio el entorno).
Los forrajes fueron los principales cultivos producidos en cada granja y se muestrearon para obtener su contenido en materia seca (MS). La producción de leche se midió a lo largo del periodo de lactación y se registró diariamente por vaca en cada granja, corregida para el 4.0% de grasa y 3.3% de proteína.
Huella hídrica del cultivo
Los resultados muestran que el volumen de agua consumida fue diferente para las especies cultivadas. El volumen promedio de agua utilizada en el raigrás (5,982 m3/ha) fue mayor que el del maíz, sorgo, avena, alfalfa y triticale (valor promedio: 5,157, 4,970, 4,002, 5,769 y 3,272 m3/ha, respectivamente).
También se observó una gran variabilidad en la MS producida por los cultivos que en el caso de la alfalfa osciló entre 8,000-13,400 kg/ha. Esta marcada variación en el uso del agua y la producción de MS entre las granjas se podría explicar por las diferencias en el volumen de irrigación y por la longitud del ciclo vegetativo.
Por otra parte, la huella hídrica fue mayor en la avena (2.1 m3/kg de MS) en comparación con el maíz, sorgo, raigrás, alfalfa y triticale (0.9, 1.2, 1.6, 0.6 y 0.6 m3/kg de MS, respectivamente).
Huella hídrica del agua para beber, ordeño y limpieza
Las vacas en lactación fueron las que consumieron más agua (1,737 m3/año) mientras que las terneras (22 m3/año) y las novillas (247 m3/año) fueron las que menos. La proporción de agua potable consumida fue del 3.75% de la huella hídrica total de la leche. Sin embargo, el agua de servicio, que se dedica principalmente al ordeño, la limpieza y el enfriamiento de los animales supuso el 9% del agua total con una amplia diferencia entre las granjas (entre el 7% y el 12%).
Huella hídrica y productividad de la leche
Los resultados muestran que la huella hídrica volumétrica total (incluida el agua utilizada para la producción de alimentos, agua potable, agua de servicio y limpieza) promedio de 1 kg de leche corregida por grasa y proteína en las ocho granjas lecheras fue 1.36 m3/kg.
Como parte del estudio se compararon tres diferentes escenarios para evaluar cómo el cambio en los alimentos, la ubicación de las fuentes de alimento y el consumo de agua de servicio afectaban a la huella hídrica de la leche:
- Uso de ensilado de triticale (de secano) para reemplazar los ensilados de maíz, sorgo y raigrás.
- Reducir el desperdicio de agua dedicada al ordeño, enfriamiento, limpieza y mantenimiento en un 56%.
- Utilizar concentrados (harina de maíz y soja) importados de Brasil y Argentina.
Los resultados mostraron que aumentar el uso de triticale puede reducir la huella hídrica de la leche y también del agua en un 11%; desperdiciar menos agua de servicio puede reducir la huella en un 4%; e importar concentrados con una menor huella hídrica puede reducir la huella hídrica en un 16% (siempre con respecto al nivel basal, es decir, el promedio de MS con que se alimenta a los animales en la granja). Así pues todas estas propuestas pueden ser una opción para reducir el consumo de agua en las granjas del estudio.
Conclusiones
- La huella hídrica promedio de 1 kg de leche corregida por grasa y proteína fue de 1.36 m3/kg.
- La mayor parte del agua se destina a la producción de alimento (87% del total de la huella hídrica), pero muchos de los cultivos están sobre-irrigados por lo que se podría mejorar el uso del agua si se mejorara la eficiencia de irrigación.
- El agua potable y para limpiar representa el 3.7% y 9.0% del total de la huella hídrica de la leche respectivamente.
- Los concentrados que necesitan menos agua o la importación de alimentos de países donde su consumo de agua es bajo podría reducir el uso de agua para la producción de leche hasta en un 16%.
Los autores señalan que en el futuro se deben orientar los esfuerzos hacia la integración de la huella hídrica de la producción de leche con otros indicadores (huella del carbón, energía, etc.) para tener una perspectiva global del impacto del sector en el medio ambiente.
Referencia
Ibidhi, R., Salem, H.B. 2020. Water footprint and economic water productivity assessment of eight dairy cattle farms based on field measurement. Animal. 14(1): 180-189.
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