Efectos del estrés hídrico sobre el mijo forrajero

María Villagrasa & Fernando Diaz

Según las previsiones climáticas, se espera que la frecuencia y la gravedad de las sequías aumenten en los próximos años, lo que plantea grandes desafíos para los agricultores y ganaderos. Es necesario encontrar especies vegetales resistentes a la sequía con bajos requisitos de agua y capacidad para producir grandes cantidades de biomasa de buena calidad.

En este sentido el mijo es un candidato ideal para la producción de forrajes, ya que es más tolerante a las condiciones de sequía que otros cultivos y puede crecer en condiciones extremas, por ejemplo, de elevadas temperaturas, precipitaciones escasas e irregulares y suelos pobres con poca capacidad de retención de agua.

El mijo puede producir grandes cantidades de forraje, palatable y digestible, en un corto periodo de tiempo. Además no produce ácido prúsico, una sustancia tóxica que afecta al ganado y que sí puede generar el sorgo, un cereal similar en su productividad y valor nutricional.

Ante la creciente demanda mundial de productos animales es necesario investigar en busca de plantas forrajeras de alto rendimiento, buena calidad y bajos requerimientos hídricos para su uso como alimento para el ganado. En este sentido, se realizó un estudio (A. Nematpour, et al., 2020) para determinar los efectos del régimen de riego en el mijo sobre la producción de forraje y calidad del ensilado.

Dos variedades de mijo, el mijo común (Panicum miliaceum) y el mijo menor (Setaria italica), se cultivaron en suelos con dos condiciones de irrigación según el nivel de humedad del suelo determinado por diferentes variables (tasas de evapotranspiración, datos meteorológicos, etc.): control y déficit de agua (estrés hídrico).

El mijo se cosechó y las plantas se cortaron con una picadora. El material se ensiló en mini-silos y los silos se abrieron 45 días después.

Diferencias entre las variedades de mijo

Con respecto al mijo menor, el ensilado de mijo común registró niveles más bajos de materia seca (MS; 29.5 vs.31.8%), fibra ácido detergente (FAD; 27.3 vs 30.8% MS) y fibra neutro detergente (FND; 55.4 vs. 58.4% %), pero mostró niveles más altos de MS digestible (67.6 vs. 64.9%), valor relativo alimenticio (114 vs. 104), energía neta de lactancia (ENL; 1.58 vs. 1.49 Mcal/kg) y proteína (16.1 vs. 14.3% MS), confirmando que la calidad del forraje del mijo común es superior a la del mijo menor.

El estrés hídrico evita el desarrollo del tallo en las plantas, lo que aumenta la digestibilidad de la MS del ensilado. En general, se considera útil una concentración más baja de fibra, ya que puede favorecer un mayor consumo de forraje y también una mayor digestibilidad.

Dado que el índice de tolerancia al estrés del mijo común era más bajo que el del mijo menor, el común fue más sensible al estrés hídrico que el menor, lo que hizo que su producción fuera menor que la de este último (producción toneladas MS/ha: mijo menor: 7.01 control vs 3.86 estrés; mijo común: 8.59 control vs. 4.23 estrés).

Efectos del estrés hídrico sobre la ratio hoja/tallo, la prolina y los compuestos fenólicos

El estrés hídrico también aumentó la ratio hoja/tallo (1.84 vs. 1.28 en el mijo común y 1.61 vs. 1.40 en el menor). La relación hoja/tallo tiene un efecto muy importante en la selección de la ración, el consumo y la calidad del forraje, no solo por el mayor valor nutritivo de las hojas en comparación con los tallos, sino también porque los animales prefieren comerse las hojas ya que se mastican más fácilmente y tienen una mayor digestibilidad. Estos resultados coinciden con otras investigaciones que afirman que el aumento de la ratio hoja/tallo mejora la digestibilidad y la calidad del forraje.

También la prolina y los compuestos fenólicos aumentaron en las plantas bajo estrés hídrico ya que se sabe que esas sustancias están involucradas en el sistema de defensa de las plantas contra las especies reactivas del oxígeno; en este caso formaban parte de las respuestas de defensa de las plantas al estrés por sequía.

Conclusiones

  • La producción de forraje de mijo se redujo bajo estrés hídrico (45% y 51% en el mijo menor y en el común, respectivamente).
  • La calidad de ensilado mejoró como resultado de una mayor relación hoja/tallo, energía neta de lactancia y digestibilidad, y menor contenido en FAD.
  • Los resultados respaldan la afirmación de que la calidad del ensilado depende en gran medida de la variedad.

Referencia

Afsaneh Nematpour, Hamid Reza Eshghizadeh, Morteza Zahedi, Gholam Reza Ghorbani. Millet forage yield and silage quality as affected by water and nitrogen application at different sowing dates. Grass Forage Sci. 2020; 75:169–180.

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